Al ex pleotero se le colocó una placa en "Monument Park" en Yankee Stadi
Paul O'Neill y su esposa Nevalee descubren la placa en honor del 'Guerrero'. “ Lo mejor que le puede suceder a un pelotero en su carrera es ser un Yankee. Babe Ruth, Lou Gehrig, Mickey Mantle, Yogi Berra, el hecho que mi placa esté cerca de esas figuras es simplemente increíble, jamás soñé con este momento.En sus nueve temporadas con los Bombarderos del Bronx, O'Neill bateó para un promedio de .303 con 185 jonrones y 858 carreras remolcadas y se coronó campeón de bateo de la Liga Americana en 1994, siendo considerado uno de los mejores jardineros de su generación.
” -- Paul O'Neill
La carrera de O'Neill estuvo marcada por su gran desdén por perder. O'Neill tenía que ser perfecto y el resto simplemente no era aceptable, demostrando pura ira después de hacer un out. Esas emociones fueron precisamente las que lo hicieron uno de los favoritos de los aficionados neoyorquinos, que no esperan nada menos que perfección de sus ídolos deportivos. "Paul O'Neill fue el pegamento que mantuvo a este equipo unido", dijo Torre, manager de O'Neill los últimos cinco años de su carrera. "Fue un jugador que nunca se rindió y un ser humano muy especial". O'Neill no era de esos peloteros que podían dar vuelta a la página rápidamente y ser perfecto era su motivación. Siempre sintió la necesidad de ser mejor y trabajar más duro cada día y estima que esa pasión fue la que lo hizo tener tanto éxito como pelotero, aunque también reconoció que fue parte de una era única en la historia de los Yankees.
"Seamos realistas, lo mejor que nos pudo haber sucedido fue el haber podido jugar para los Yankees de Nueva York, especialmente en aquel momento", dijo O'Neill. "Ahora todo el mundo, los medios, los aficionados, pueden reconocer y darse cuenta que fue un tiempo insuperable y muy especial".





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