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jueves, 23 de enero de 2014

Nadal-Federer, por el pasaje a la gran final de Australia

MELBOURNE -- Sencillamente, imperdible. El superclásico del tenis vuelve a vivir otro capítulo, que promete ser de alto vuelo. Se trata del partido Nº 33 entre Rafael Nadal, Nº 1 del mundo, y Roger Federer (6º) y el premio es nada menos que el pasaporte para la final del Abierto de Australia. El ganador jugará el domingo el choque decisivo con el suizo Stanislas Wawrinka (8º), quien eliminó en la primera semifinal al checo Tomas Berdych (7º).
Por eso, se trata de un día especial en el Melbourne Park. La 12ª jornada es esperada por este gran choque. El español lidera los enfrentamientos personales contra el suizo por 22-10, con marca de 8-2 en los Grand Slam. El de Manacor viene de vivir su mejor año y el de Basilea recuperó la sonrisa y está jugando otra vez muy bien, contento con su nueva raqueta, con buenas sensaciones y la alegría de esperar su tercer hijo.
Nadal, con molestias en la mano izquierda por ampollas (viene jugando con un vendaje especial y recibe atención una o dos veces en cada compromiso), le tomó la medida a Federer con su propuesta de complicarlo con la zurda cruzada, alta, sobre el revés del suizo. Además de su genial defensa y contragolpe, en 2013 mejoró mucho su agresividad y de hecho le ganó los cuatro partidos al ex rey del circuito (tres fueron en cemento).
Nadal y Federer
Se enfrentan por 33ª vez: Nadal supera a Federer por 22-10 y lidera 8-2 en los Grand Slam-
El aguerrido zurdo español y el completo y agresivo diestro suizo sólo cedieron un set en este primer Major del año, en ambos casos en el partido anterior, por los cuartos de final. Nadal se recuperó y le ganó sufriendo mucho al búlgaro Grigor Dimitrov (22º cabeza de serie), un espejo del estilo de Federer. Por su parte, el de Basilea venció en cuatro parciales al escocés Andy Murray (4º), actual campeón de Wimbledon.
Nadal acumula 13 títulos de Grand Slam en su palmarés y busca igualar la segunda mejor marca, en poder del estadounidense Pete Sampras, con 14. Sólo se coronó una vez en el Abierto de Australia, en 2009, y viene de ganar el último supertorneo, el US Open de 2013.
Federer es el hombre récord en muchos rubros y ostenta la hazaña de haber conquistado 17 Majors en su genial carrera. En Melbourne se impuso en cuatro ocasiones, en 2004, 2006, 2007 y 2010, y su última corona de las grandes la logró en Wimbledon 2012.
El español, de 27 años, busca llegar a su 19ª final de Grand Slam para así superar a Sampras y empatar al checo-estadounidense Ivan Lendl en el segundo puesto. El suizo, de 32, goza con ese registro máximo, ya que pretende alcanzar su 25ª final en los Majors.
En cuanto al duelo tenístico en sí, en lo que puede ocurrir en la superficie dura del Rod Laver Arena, ante una gran expectativa en el mundo entero, Rafa quiere jugar un partido de puntos largos, con una propuesta muy física y trabada, frente a un Roger renovado, que sabe muy bien que debe sacar bárbaro, ser agresivo y atacar para acortar el juego y tratar de definir en la red.
Nadal pretende transformarse en el primer hombre en ganar dos veces cada uno de los cuatro certámenes de Grand Slam desde que lo consiguió el australiano Rod Laver en la década del '60. Su coach y tío, Toni Nadal, aclaró que el desafío es grande y falta "lo más difícil", las dos últimas batallas.
La esperanza de Federer es poder derrotar al de Manacor y frenarlo un poco en los duelos personales. Sabe que para eso, para ganarle y poder disputar la primera final "grande" entre suizos, contra Wawrinka, requiere estar muy preciso, atento y sobre todo ser fuerte mentalmente para aprovechar sus oportunidades y ser letal en los puntos importantes.
Federer no le gana a Nadal en un Grand Slam desde la final de Wimbledon 2007, en cinco sets. Desde entonces, se enfrentaron cinco veces en los grandes campeonatos y la sonrisa final fue para Nadal, siempre con su ferrea defensa como bandera y sabiendo ganar la lucha psicológica.
Ahora el suizo, con el sueco Stefan Edberg como entrenador, cuenta con una motivación extra y un aliado de lujo para plantear los partidos. Sin dudas, esta semifinal adquiere para ellos un sabor diferente y esperan terminar felices, para que Roger acceda a su sexta final en Australia.
Otra página especial está por escribirse entre estos dos monstruos del deporte mundial. Nadal-Federer o Federer-Nadal, sinónimo de opuestos, de una rivalidad tremenda adentro de la cancha, con muy buena onda afuera. El juego está abierto...

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