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sábado, 31 de enero de 2015

Beneficios de Bud Selig en favor del beisbol de Grandes Ligas




Cambios en el Line Up
En los próximos días, en las Grandes Ligas se producirá un cambio de jefe. El comisionado Bud Selig terminará su gestión de 22 años y algo más, y entregará el mando a Ron Manfred, de quien se espera pueda continuar la obra de Selig, el cual introdujo nuevas reglamentaciones en el juego de béisbol.
Se argumenta que Selig llevó los beneficios del negocio desde US$1.2 billones en 1992 a US$9 billones en la actualidad.
Otra de las realizaciones de Bud fue el poner en ejecución el Wild Card. Esto dio oportunidades a más equipos y extendió la post-temporada. El nuevo Comisionado hará una visita al país en el próximo mes de febrero, a raíz de la celebración del Sexto Ceremonial del Salón de la Fama del Béisbol Latino, que tendrá efecto en La Romana.


 Llegó finalmente el día del adiós para Bud Selig. Tras casi 23 años al frente de las Grandes Ligas, le pasa el testigo a Rob Manfred y deja tras de sí un legado de crecimiento para las minorías, principalmente los latinos.
Cuando Selig asumió de manera interina como comisionado de la MLB en 1992, todavía algunos equipos preferían armarse exclusivamente con el talento local, mientras que otras franquicias apenas contaban con dos o tres latinos, principalmente puertorriqueños, dominicanos o venezolanos. El gran boom de los peloteros hispanos se desató en la década de los 90, en parte por los planes de internacionalización del béisbol encabezados por el comisionado. La minoría se convirtió prácticamente en mayoría. Hoy no hay equipo que pueda prescindir de los hispanos e incluso, varios de ellos figuran entre los peloteros mejor pagados de la historia. Nueve peloteros han firmado pactos por más de 200 millones de dólares y ocho de ellos pertenecen a minorías étnicas o raciales. Giancarlo Stanton tiene raíces africanas y boricuas, Alex Rodríguez, Miguel Cabrera, Albert Pujols y Robinson Canó son latinos. Prince Fielder es de raza negra, Joey Votto es extranjero también, nacido en Canadá y Clayton Kershaw es judío americano. Pero no solo latinos llegaron en masa. También vino un contingente japonés encabezado por Hideo Nomo en 1995 y que ha tenido en Ichiro Suzuki a su principal exponente. Antes de Nomo, solo Masanori Murakami, en 1964, había venido desde Japón a las Mayores. Aterrizaron además en la era Selig 29 representantes de Australia y en menor medida, de Curazao, Aruba, Holanda, Sudcorea, Taiwán y hasta del futbolístico Brasil. En su etapa como comisionado se concretó un sueño acariciado por décadas por los fanáticos de todo el planeta, al surgir el Clásico Mundial, que ya ha realizado tres ediciones. Un evento todavía muy mejorable, el Clásico ha echado ya raíces como la opción más genuina para buscar al verdadero campeón mundial. Pero no todo fue color de rosa durante el reinado de Selig en lo que a minorías e internacionalización se refiere. Él debió corregir un error cometido por su predecedor Fay Vincent en 1990, al incluir a los peloteros de Puerto Rico en el draft amateur, una medida cuyas consecuencias se han visto 25 años más tarde y que ha puesto en crisis el béisbol en la Isla del Encanto. Y esa debía ser una de las prioridades del nuevo mandamás Manfred, pues un béisbol boricua fuerte redunda positivamente, tanto en las Grandes Ligas, como en el concierto internacional. El comisionado que acaba de dejar las riendas también instituyó en 1997 el Día de Jackie Robinson, en el 50 aniversario de que se quebrara la barrera racial y retiró su número 42 de todos los equipos, en homenaje al primer pelotero negro en las Mayores. Sin embargo, los afroamericanos se han apartado del béisbol y cada vez son menos los que se interesan por el deporte de las bolas y los strikes. La internacionalización del béisbol ha provocado una competencia mucho más fuerte, donde incluso, pueden pasar años para que un pelotero llegue a subir a las Grandes Ligas o quedarse para siempre en las Menores. Entonces muchos atletas afroamericanos, con habilidades para otras disciplinas, han preferido emigrar hacia la NBA o la NFL, donde no tienen tanta oposición foránea y además, al ser escogidos en el reclutamiento, ya están prácticamente jugando de inmediato al máximo nivel de esos deportes. Le toca entonces a Manfred desarrollar programas intensivos para recuperar ese vínculo a beneficio de una de las principales minorías del país.


Nueva York, 24 Ene. (Notimex).- Con la certeza del deber cumplido, en más de 22 años al frente de las Liga Mayor de Beisbol de Estados Unidos (MLB), el todavía comisionado Bud Selig cuenta las escasas horas para dejar el cargo en manos de su colaborador Rob Manfred.
Selig, de 80 años de edad, fue el hombre que más cambios positivos hizo en el beisbol de Estados Unidos, logro por el cual será recordado, pese a las críticas que siempre recibió de un sector que consideró como regular su mandato.
Bud Selig dejará en buenas manos al beisbol de la “Gran Carpa”, al asumir el cargo este domingo su colaborador más cercano, Rob Manfred, quien se convertirá en el décimo comisionado en la historia de la MLB.
Para Selig, el beisbol de Grandes Ligas deberá afrontar muy pronto una expansión fuera de Estados Unidos y Canadá, ya que ésa sería la base para mantenerlo sano, fuerte y con un mayor ingreso económico del que ahora cuenta de forma positiva.
Luego de 22 años y medio de trabajo en el beisbol de las mayores, Selig dijo irse tranquilo y con la satisfacción del deber cumplido, sin arrepentirse de nada y, sobre todo, con la idea de que cumplió con un gran trabajo en pro del deporte de sus amores.
“Yo creo que el beisbol de Estados Unidos sí necesita equipos de otros países, por ahora Canadá está dentro de las Ligas Mayores, pero pronto se deberá enfocar la mira a otros destinos internacionales”, señaló Selig.
Bajo las órdenes de Bud Selig, el beisbol de Grandes Ligas tuvo destacados cambios, como la expansión de la postemporada, los juegos de comodines, la repetición de jugadas polémicas en video y la instalación de un sistema antidopaje fuerte y exigente.
En su momento, Selig comentó estar muy orgulloso por tener en la MLB el programa antidoping más estricto y duro de todo el deporte profesional de Estados Unidos, pese a que un sector de críticos consideró que se actuó demasiado tarde.
“Hay gente que dice que nos tardamos mucho, pero eso es un mito histórico, controlamos esta problemática de la mejor manera posible en beneficio de tener un deporte más limpio y profesional”, aseguró.
Además de todo ello, la MLB aumentó sus ingresos económicos, gracias a la mayor difusión que tuvieron todos sus partidos por medio de las múltiples plataformas del internet y, desde luego, por la radio y televisión.
De ser un exitoso vendedor de automóviles y después ser dueño fundador del equipo Cerveceros de Milwaukee, Bud Selig llegó a este puesto en las Grandes Ligas en 1992, sin embargo, su cargo fue ratificado de forma oficial hasta 1998.

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