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martes, 16 de julio de 2013

La llegada de Metta World Peace trae incertidumbre al mundo de los Knicks

No existe un mejor lugar para Metta World Peace que los Knicks. Verán, quizás su nuevo nombre pueda conspirar contra esta idea, pero es en la Gran Manzana donde esta clase de guerreros encuentran su verdadera esencia.
Al menos era así hasta que se esfumaron las pandillas de New York, a fines de los años noventa.
La llegada de World Peace puede transformar a este equipo en un conjunto de campeonato o en un manicomio con puertas abiertas. Anticipar un escenario acorde es como jugar a hacer meteorología, chupando un dedo, en temporada de tifones. Es una movida tan arriesgada como atractiva: será una pelea de ángeles contra demonios a capa y espada durante algo más de 82 partidos.
En cuanto a talento, la llegada de World Peace es excelente. Dos años de contrato con 1.6 millones por temporada -en el segundo la opción es del jugador- luce como una verdadera ganga teniendo en cuenta lo que le puede dar este hombre al equipo neoyorquino. El ex alero de Lakers es una joya defensiva en un equipo que, con la llegada de Andrea Bargnani, prometía ser una reedición del conjunto que alguna vez condujo Mike D'Antoni: muchos puntos, defensa nula y pocos triunfos.
World Peace será la piedra angular de este conjunto sin el balón en sus manos. Llega con la promesa de ser la kryptonita para neutralizar a los híbridos como LeBron James y Kevin Durant, y a los alumnos de la vieja escuela como Paul Pierce.
"No me importa si seré titular o compartiré el tiempo en cancha. ¿Me escuchas? Quiero ganar", dijo World Peace al ser consultado por ESPN tras la confirmación de su llegada a los Knicks.
En cuanto a talento, tendremos aquí uno de los equipos más dotados de la competencia. Ahora bien, las preguntas básicas salen a flote: a) ¿Podrá Mike Woodson controlar la psiquis de un conjunto de guerreros de este tipo teniendo en cuenta lo que vimos la temporada pasada? b) ¿Cómo distribuir el tiempo de las estrellas en función de un resultado colectivo? c) (y la más importante) ¿Quién será el psicólogo en la ciudad de los rascacielos? Nombre, apellido y currículum completo, por favor.
Este conjunto puede ser Dr. Jeckyll o Mr.Hyde según las circunstancias. Dependerá de la conducción en el banco de suplentes -y en la oficina frontal, claro- la transformación de oruga en mariposa, pero a priori tenemos que entender que hablamos de un equipo peligroso. Juntar a hombres como J.R. Smith, Carmelo Anthony y Metta World Peace es como darle una caja de fósforos a un piromaníaco en una habitación cerrada con llave: uno no puede quejarse luego si se produce un incendio. En definitiva, a una determinada edad la gente no cambia sus hábitos, sino que los profundiza.
Por lo tanto, todo tendrá que ver con el equilibrio. Un desafío mayúsculo teniendo en cuenta el pasado que atormenta el espíritu de estos hombres. En una mirada deportiva, si Woodson logra controlar las temperaturas, puede tener entre manos un equipo de campeonato. Muchas piezas ya se conocen de la temporada pasada y algunas tuercas deberán ajustarse en función de las necesidades básicas.
Los Knicks, con Anthony de comodín, pueden jugar con alineaciones grandes o chicas según el rival que se ponga enfrente. En ese sentido, se asemejan al Heat siendo Anthony la versión incompleta de LeBron James. Melo puede jugar de escolta en una alineación que incluya a World Peace y Andrea Bargnani/Amare Stoudemire y Tyson Chandler, de alero con World Peace/Andrea Bargnani o Amare Stoudemire en posición de ala-pivote o de cuatro con juego en el poste con algunas de las restantes combinaciones mencionadas.
Las posibilidades son infinitas, pero todo depende en la idea madre; como siempre decimos, no hay mejor jugador que todos juntos. El vestuario jugará una parada clave en esta apuesta, porque la suma de piezas individuales no siempre forma la maquinaria completa. El equipo de Lakers 2012-13 es el ejemplo más cercano para graficar esta apreciación.
"Se que su nombre estuvo dando vueltas por ahí", dijo Mike Woodson, en Las Vegas, a ESPN.com. "Puedo dirigir a cualquier jugador. Tuve bajo mis órdenes a jovencitos de 18, 19 y 20 años, construí un equipo en Atlanta y eso es difícil para un entrenador novato. Experimenté eso y no creo que haya aquí un jugador que no pueda ser dirigido... si alguien llega a este equipo, debe entender que todo tiene que ver con el equipo. No se trata de individuos ni de mí como entrenador. Se trata de la franquicia de New York tratando de ganar un campeonato. Si entendemos eso, tendremos chances", agregó.
El mensaje es alentador, pero estamos hablando de alguien que permitió a Anthony y Smith, en 2012-13, jugar a ser Starsky y Hutch con balas de goma en una instancia trascendental de playoffs. Tiros por todos lados sin demasiado control ni sentido. Para que New York tenga chances de lograr algo importante se necesita que Woodson vuelva a ser el capitán de barco que fue en los Hawks, años atrás, sin concesiones especiales.
No sabemos a ciencia cierta si World Peace traerá al vestuario de su equipo algo de paz o será un ingrediente más en la creación de un monstruo incontenible. Nosotros sólo prometemos una cosa: valdrá la pena seguir de cerca este experimento.
En definitiva, no hay nada más atractivo que abrazar lo impredecible.

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