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sábado, 16 de marzo de 2013

EE.UU. de nuevo queda fuera


 MIAMI -- Joe Torre podrá decir lo que quiera, pero a la selección de Estados Unidos le faltó la pasión que han mostrado dominicanos y puertorriqueños en este III Clásico Mundial de Béisbol.
"No fue falta de pasión. Hubo pasión por ambos equipos, sólo que cada cual tiene su manera de expresarla, pero no significa que quien más la exhibe sea quien más la siente", dijo Torre tras el partido en que los estadounidenses cayeron frente a los boricuas 4-3 y quedaron eliminados del torneo.
Quizás fue exceso de confianza, pues varios jugadores norteamericanos ya hablaban del próximo juego, cuando aún no habían celebrado el partido de vida o muerte contra los increíbles puertorriqueños, que contra todo pronóstico, se colaron entre los cuatro grandes del certamen. "No creo que hayamos subestimado al rival. Obviamente, esperábamos la victoria, pero nunca yo doy por seguro un triunfo hasta que no se logra", añadió el mentor que llevó a los Yankees de Nueva York a ganar cuatro veces la Serie Mundial.
La prensa le fue arriba a Torre por su decisión de sacar del juego al abridor Ryan Vogelsong, con 73 envíos realizados (el límite de pitcheos para la segunda ronda es de 80) y dos outs en la pizarra y un hombre en base en el sexto episodio, con la pizarra desfavorable 1-0, cuando podía haberle lanzado a un bateador más y retirar la entrada.
El resultado de tal decisión no pudo ser peor: el relevista Vinnie Pestano fue incapaz de sacar ese tercer out y en su lugar toleró dos imparables, regaló dos pasaportes y permitió dos carreras que a la larga resultaron decisivas.
"Bueno, el otro día dije que el hecho de que exista un límite de pitcheos no quería decir que yo iba a llevar a los lanzadores hasta ese extremo", explicó el manager.
"No hay que olvidar que aún estamos en la etapa de entrenamientos de primavera y no íbamos a presionar a nadie. El único que llegaría al límite sería R.A Dickey porque obviamente los lanzadores de bola de nudillos son diferentes a los pitchers convencionales".
En cuanto a Pestano, quien fue dejado demasiado tiempo pese a su manifiesta inefectividad, Torre dijo que estaba gozando de un buen arsenal, sólo que se esforzó demasiado, se puso demasiada presión a sí mismo.
Para Torre, dirigir a la selección de Estados Unidos ha sido una de las experiencias más memorables de su rica carrera.
"Soy un poco emocional, pero esto ha sido mucho más de lo que esperaba. Sabía que sería divertido, pero jamás imaginé cómo el nivel de compromiso de estos muchachos hicieron de esta una gran experiencia para mí".
Quizás la derrota sea al final positiva. Se aprende más de los reveses que de las victorias y este nuevo fracaso podría significar la chispa que lleve al béisbol estadounidense a tomar más en serio estos certámenes.
Así lo hicieron los jugadores de baloncesto. Luego de varias humillaciones en la arena internacional, finalmente se dieron las condiciones para conformar aquel Equipo de Ensueño que barrió a sus rivales con autoridad en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Los norteamericanos presentaron un buen equipo, después de todo, pero lejos de ser el mejor posible.
Faltaron nombres fundamentales, algunos de los cuales lamentaron no haberse comprometido, luego de ver la buena experiencia que vivieron sus colegas.
La diferencia con la NBA es que en el béisbol, no son sólo los estadounidenses los que pueden armar un Dream Team.
Pero, ¿qué tal si todos se entusiasman como debe ser y formar las mejores bandas posibles?
Ken Rosenthal, un experimentado colega estadounidense alabó mi optimismo, pero me dijo con resignación: "Olvídate de eso. No les interesa".
Por ahora no, Ken, por ahora no.

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