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lunes, 12 de noviembre de 2012

Wilín Rosario surgió como uno de los mejores novatos en Liga Nacional N.


El receptor dominicano de los Rockies, Wilín Rosario, creció lentamente.
Aquel factor y el hecho de que su equipo perdió 98 encuentros y que fue el receptor para un grupo de lanzadores con una efectividad de 5.22 -- la peor en las Grandes Ligas -- dejó a Rosario por fuera de los candidatos para el Premio al Novato del Año de la Liga Nacional.
Rosario no estuvo entre los tres finalistas, pero tuvo una campaña que mereció que los votantes lo tuvieran como uno de los candidatos.
El quisqueyano enfrentó algunos retos, pero también tuvo varios logros. Su defensa es una obra en progreso, pero ya ha tenido un gran impacto con su bate, aunque también se está desarrollando en ese aspecto.
"Fue el catcher para un grupo de lanzadores más jóvenes con mayores problemas", declaró el gerente general de los Rockies, Dan O'Dowd. "Definitivamente puede mejorar, pero también debemos ser justos con el muchacho".
Rosario, quien dio el salto de Doble-A a la Gran Carpa desde los Entrenamientos de Primavera, estaba supuesto a ascender lentamente al puesto de titular. El plan era compartir la receptoría con el venezolano Ramón Hernández, quien se le pidió que fuera el tutor veterano.
Pero las cosas no salieron como esperaban. Con las lesiones de Hernández, el tiempo de juego de Rosario aumentó. Resultó detrás del plato para 100 compromisos. En ocasiones no fue muy brillante, pero demostró promesa.
Encabezó las Grandes Ligas con 13 errores y fue el receptor para 63 lanzamientos descontrolados -- más que el total de 14 grupos de lanzadores en el Viejo Circuto. Sin embargo, los serpentineros de los Rockies también tuvieron 31 lanzamientos descontrolados cuando Rosario no estaba detrás del plato. Y los lanzadores tuvieron un promedio de carreras limpias de 4.98 con Rosario como receptor, en comparación con las 5.59 de Hernández, el puertorriqueño Wil Nieves y Jordan Pacheco como catchers.
Rosario retiró al 32 por ciento de los corredores en intento de robo, en comparación con el 18.8 por ciento de los otros receptores de los Rockies.
"Estuvo a cargo de un grupo de lanzadores jóvenes que tuvieron problemas", señaló O'Dowd. "El también es bastante joven. Pero tiene la oportunidad de ser un excelente receptor debido a su deseo por mejorar y su pasión por el juego".
Rosario llegó a la Gran Carpa con solamente 284 juegos detrás del plato.
"Es un joven con una gran mentalidad y con una oportunidad realista de ser un receptor con un gran impacto en la ofensiva", agregó O'Dowd.
Observen sus estadísticas al final de su temporada como novato: Tuvo un promedio de .270 y pese a solamente 398 turnos al bate, conectó 28 cuadrangulares y empujó 71 carreras. Compartió el sexto lugar con jardinero de los Nacionales, Bryce Harper, entre los novatos con el mejor promedio con al menos 400 turnos y Rosario encabezó a todos los novatos de la Liga Nacional en jonrones y empujadas.
Mientras avanzaba la temporada, Rosario seguía mejorando. Después de que bateó .247 con 14 vuelacercas y un porcentaje de embasarse de .297 antes de la pausa por el Juego de Estrellas, tuvo un promedio de .291 con 14 jonrones y un porcentaje de embasarse de .342 en la segunda mitad, haciendo excelentes ajustes con las rompientes, que los lanzadores empleaban para aprovechar su agresividad antes del Juego de Estrellas.
No llamó mucho la atención durante la temporada.
Pero entre más jugó Rosario, más sobresalió.

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