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domingo, 24 de marzo de 2013

Carlos Gómez consiguió liberarse de las amarras que lo ataban

MARYVALE -- Muchas fueron las fórmulas y las variaciones que le recomendaron aplicar a su juego y a su ofensiva, sin que éstas dieran el resultado esperado.
Ya harto de seguir intentando y probando con esas alternativas que no daban resultados, con las que no se sentía cómodo y con las que estaba perdiendo su identidad, Carlos Gómez tomó la iniciativa y decidió decir basta.
Carlos Gómez Cerveceros
AP PhotosEn el 2012, Gómez puso topes personales en promedio, embase, slugging y OPS.
"Llegó el momento de que me escucharan, porque tengo plena experiencia en este nivel, entonces hablé con el manager (Ron Roenicke) y le dije que quería ser yo, que quería ir al home y hacer swing como yo quiero, no como siempre me han dicho, que es que batee para el piso y corra, porque yo corro, pero también la puedo sacar. Él me dijo que estaba bien, que lo había intentado por cinco años y no había dado resultados, entonces que cambiara para hacer eso que yo quería", relató Gómez la forma en la que finalmente consiguió liberarse de las amarras que lo ataban. La conversación que sostuvo con Roenicke fue durante el mes de septiembre de 2011, ya al final de la temporada. En el 2012, siguiendo su plan, el jardinero dominicano puso topes personales en su carrera en promedio al bate (.260), porcentaje de embasado (.305), slugging (.463) y OPS (.768).
Además conectó 19 jonrones y estafó 37 bases, ambas cifras máximas en su carrera.
Esa producción ofensiva confirmó el error de los técnicos, que habían tratado de cambiar su naturaleza e instinto como bateador, y le dio a él la satisfacción de demostrar lo que es capaz de hacer y de probar que su apuesta, aunque arriesgada, fue exitosa.
El impulso que Gómez le dio a su carrera tras la campaña del 2012, después de haber sido considerado como un eterno prospecto sin despuntar ni explotar, le valió para firmar una extensión de contrato con los Cerveceros de Milwaukee, el pasado 13 de marzo, por tres años y 24 millones de dólares.
"Personalmente significa mucho por el futuro que le puedo brindar a mi familia, a mis hijos, a los que le podré dar mayor comodidad y mejor educación, para que se preparen, ya que yo no pude hacerlo de la mejor manera, porque mi profesión ha sido solamente el deporte. No tuve la oportunidad de poder elegir otra carrera para quizás ser un profesional académico, pero Dios me bendijo y me dio las habilidades para que pueda ser el timón y abrirle el camino al resto de mis familiares, para que así pueden ir a la Universidad y estudiar las mejores carreras, sin tener que preocuparse por cuál sería el costo", dijo Gómez con los ojos brillantes, llenos de orgullo.
Más allá de esa seguridad y bienestar económico que el jardinero le puede ofrecer a los suyos, ese contrato tiene un valor especial para él, ya que al término del mismo tendrá diez años en Grandes Ligas, lo que representará el cumplimiento de uno de sus sueños y algo que automáticamente lo hará aparecer en la boleta de votaciones para el Salón de la Fama, cinco años después de que se retire. La confianza depositada en él, por los Cerveceros, es un aspecto que Gómez comprende debe honrar, pero el cuál no le genera una presión extra.
"No es responsabilidad, porque todo el tiempo, desde que comencé mi carrera he tomado estoy muy en serio, porque sé que la carrera de nosotros, los peloteros y los atletas, es muy corta. Un abogado va a ser abogado de por vida, yo voy a ser pelotero quizás hasta los 35 o máximo hasta los 40, y después de ahí qué. Seré una persona joven que puede hacer lo que quiera con su vida, porque empieza nuevamente con su vida regular", expresó el dominicano de 27 años de edad.
El desarrollo y progresión de Gómez dentro de las Grandes Ligas quizás se dio un poco más lento de lo que esperaban las organización por las cuales ha pasado, como los Mets de Nueva York, quien fue la que lo firmó en el 2002, los Mellizos de Minnesota y los propios Cerveceros.
El jardinero identificó esa tardanza, en mostrar el talento que floreció en el 2012, al tiempo de aprendizaje y ajuste que le tomó el llevar adelante en Grandes Ligas, donde hizo su debut en el 2007, a los 21 años de edad.
"Al principio era un poco difícil, ya que uno no tenía la experiencia ni la capacidad, sino solamente la habilidad para aprender de donde están los mejores, lo que es muy difícil, pero ya en los últimos dos años me he dado cuenta lo que tratan de hacer conmigo, cómo lo van hacer, por eso he aprendido a tener un plan, una consistencia de trabajo, para así poder ir ajustándome y enfocándome mejor para tener mejores partidos y mejor futuro", reveló.
Gómez, quien es capaz de batear con fuerza, de correr velozmente, de atrapar cualquier bola y de lanzar de forma certera y con potencia, lo puede hacer todo en el beisbol, de ahí que disfrute cada una de las facetas en las que se desempeña, sin reservarse un ápice de talento.
"Si tu das un jonrón para ganar un partido es algo emocionante, pero si tu te robas una base y anotas la carrera para ganar el partido también. Si tu haces una tremenda atrapada y ganan el partido por esa atrapada te sientes como si hubieras logrado lo que tu querías. Esas son las cosas por las que uno trabaja, para que cuando lleguen esos momentos uno las pueda ejercer", expresó.
El dominicano asegura que aún no se ha visto lo mejor de él, aún cuando lo hecho el año pasado habla de su gran nivel. Pero en este 2013 él apuesta a más, en lograr marcas que solo unos pocos han alcanzado.
"Voy a demostrar lo que de verdad soy. Estamos enfocados ahora mismo para ser un 30-30 o hasta un 40-40 y demostrarme a mí mismo que si puedo. Creo que me he preparado física y mentalmente para eso. Además ahora estoy más relajado, ya que tengo el futuro de mi familia asegurado", dijo Gómez, quien no planea jugar con límites.

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