La Comisión Disciplinaria de la FIFA, presidida por el suizo Claudio
Sulser, vigila muy de cerca a la selección de Camerún, después de que
una fuente cercana al organismo admitiera que se han recibido
informaciones que apuntan directamente al partido entre el combinado
africano y Brasil.
Alex Song fue expulsado ante Croacia
El choque, en el que puede decidirse tanto la clasificación de la
selección anfitriona como su posición final, está siendo muy controlado,
especialmente en lo que a las apuestas se refiere por cuanto en las
últimas horas se especuló con un crecimiento exponencial en lo que a una
goleada del equipo de Scolari se refiere.
México, a quien le vale con un empate para cerrar su pase a los octavos
de final, podría aspirar a la primera posición final del grupo A si
venciera a Croacia por dos goles más de los que lo hiciera Brasil a
Camerún. La igualada solo le daría ese primer puesto en el improbable
caso de un triunfo camerunés sobre los anfitriones mientras que perder
contra Croacia convertiría el pase azteca en un milagro, por cuanto esa
victoria ya inesperada debería ser por dos goles más que los que
encajase México ante los balcánicos.
CONTROL
Este lunes se decidirá la suerte de los dos primeros grupos, A y B, en
los que la FIFA tiene puestos sus ojos. Y es que además de Camerún, en
el grupo B se disputa un partido intrascendente entre Australia y España
que estará igualmente bajo estudio.
La Comisión de Disciplina no se ha manifestado, hasta el momento, en
este aspecto, pero antes de comenzar el Mundial, en una de sus últimas
reuniones, convino controlar muy de cerca el tema de las apuestas y
hacerlo especialmente en la última jornada de la fase de grupos, donde
habría ya equipos eliminados y, también, partidos intrascendentes.
El ambiente enrarecido que se adivina en el seno de la selección de
Camerún desde el comienzo del torneo, con una división evidente entre
nos pocos de sus jugadores, ha puesto en alerta al organismo.
El encuentro entre España y Australia está también bajo estudio, aunque
no existe la misma sensación de sospecha que sí despierta el rendimiento
del equipo africano.
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