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viernes, 10 de enero de 2014

Kevin Love critica a compañeros en Wolves

MINNEAPOLIS -- Kevin Love tenía un mensaje para aquel que quiera escuchar sobre algunos de sus compañeros de los Minnesota Timberwolves tras la derrota del miércoles por la noche en casa frente a los Phoenix Suns por 104-103, y ese mensaje no era particularmente positivo.
"Nosotros no podemos tener a dos jugadores que juegan varios minutos por partido sentándose al fondo del banco de suplentes sin pararse durante los tiempos fuera", dijo Love, refiriéndose a la pobre actitud desplegada por dos veteranos como J.J. Barea y Dante Cunningham durante el último cuarto. "Aquí todos necesitamos tirar para el mismo lado. Eso me enfurece. Se supone que somos un equipo".
Los Timberwolves (17-18) son todo menos un equipo hoy por hoy. Ellos son una colección colectiva de agendas individuales que se tropiezan entre ellas mientras la franquicia intenta llegar a los playoffs por primera vez desde el 2004, cuando Kevin Garnett todavía jugaba en Minnesota.
Podremos estar solamente en enero, todavía queda más de la mitad de la temporada por jugar y jugadores de recambio clave como Chase Budinger y Ronny Turiaf recién acaban de regresar para darle un salto de calidad a un banco de suplentes malherido, pero toda esa perspectiva y ese potencial no aparecían por ningún lado en el vestuario de los Wolves el miércoles por la noche, cuando la tensión se podía cortar con un cuchillo y amenazaba con hacer trizas al equipo.
Al hablar así públicamente, Love estaba intentando ser el líder que este equipo tan joven e inexperimentado necesita desesperadamente. Él buscaba crear una llama, tal y como él la describe generalmente, que motive a dos compañeros de suma importancia y que los ayude a reconocer la pobre imagen que estaban dando al quejarse en silencio por su falta de minutos en cancha.
"Son dos hombres de los cuales esperamos algo mejor", dijo Love. "Creo que ellos esperan algo mejor de ellos mismos. No estoy intentando excluir a nadie y no quiero hacerlo parecer más grave de lo que es, pero esta noche nos enfrentamos a un rival que teníamos que derrotar y necesitábamos que todos tiren para el mismo lado, aun jugadores que no tuvieran minutos en cancha. Necesitamos tener a un equipo que de verdad sea uno, todos juntos luchando por una misma causa".
Love no nombró a nadie en particular, pero un simple vistazo al fondo del banco de suplentes en el último cuarto hizo que los blancos de su ira sean obvios.
Barea y Cunningham ya no estaban en el vestuario cuando Love hizo esas declaraciones, pero lo más probable es que ellas no caigan bien, especialmente con Barea, a quien no le había gustado que Love criticara al bajo rendimiento de los suplentes previamente hace unos días.
Que Love haya criticado duramente a dos veteranos cuando el ala pívot Estrella acababa de jugar un partido en el que encestó apenas cuatro de sus 20 tiros de campo y ninguno de sus tres en el último cuarto -- cuando los Wolves desperdiciaron una ventaja de nueve puntos con cuatro minutos y medio por jugar -- hizo que sus declaraciones públicas se vuelvan un emprendimiento más riesgoso.
Parte de la frustración de Love se basa en su miseria personal de la temporada pasada, cuando disputó apenas 18 partidos debido a una mano que se rompió dos veces y a una lesión en la rodilla, lo cual generó críticas apuntadas a él dentro del vestuario de Minnesota por no ser una presencia visible con el equipo sobre el final de la temporada. Cuando Love vio a Barea y a Cunningham poniéndose por encima de lo que necesitaba el equipo, tal y como lo acusaban a él de hacerlo la temporada pasada, él se enojó.
"Esos dos tipos, sí es que yo hice eso el año pasado, cuando sí quizás no me sentaba con ellos [detrás del banco] por todos los 48 minutos del partido y todo eso, me hubiesen matado por eso", dijo Love. "Ellos me lo hubiesen dejado saber claramente. Eso es duro".
Esto también refleja a la desesperación que poco a poco se va instalando en la mente colectiva del equipo. Los Timberwolves no poseen una marca ganadora desde el 23 de noviembre del 2013, habiendo fallado en sus ocho intentos consecutivos de alcanzarla desde ese entonces, y poseen una marca de 0-10 en partidos decididos por cuatro puntos o menos, lo que es una estadística preocupante para un equipo que intenta mantenerse a tiro en la sumamente competitiva Conferencia Oeste.
Love está atravesando una temporada fenomenal a nivel individual, habiendo afrontado al juego contra los Suns como el segundo máximo anotador de la liga (26.4 puntos por partido) y el segundo mejor en materia de rebotes (13.3). Sin embargo, cuando se trata de su posición dentro del vestuario, él todavía sigue intentando recuperar el respeto que le solían tener sus compañeros antes de las dificultades de la temporada pasada. Su misiva del miércoles a la noche no ayudó a acelerar ese proceso.
"Todos tienen que seguir creyendo", dijo el base español Ricky Rubio. "Por supuesto que alguien quizás está frustrado porque no le dan los minutos en cancha que quiere o porque no lo ponen sobre el final del partido, pero pase lo que pase, no importa lo que sea, esa es la decisión del entrenador. Tienes que estar con el equipo".
"Yo no vi (lo que vio Love), pero si él dice que vio algo, entonces tenemos que hablar ya que eso es todavía peor que perder el partido. No tener al equipo unido, eso es terrible. Tenemos que ser un equipo y creer en nosotros mismos".
Mucha gente en Minnesota se ha preocupado por el potencial de perder a Love, quien puede salirse de su contrato en el verano del 2015, a manos de un equipo que juegue en un mercado más grande. Comentarios como los que hizo el miércoles por la noche no van a ahuyentar esos miedos. Tanto Flip Saunders, presidente de los Timberwolves, como Love han expresado optimismo sobre su futuro en Minnesota.
Mientras las temperaturas bajaban a unos 15 grados bajo cero farenheit afuera del Target Center el miércoles por la noche, el verano pasado parecía estar tan lejos como julio del 2015. Hay tantas cosas que necesitan suceder entre ahora y ese entonces, para bien o para mal.
La prioridad en este momento es arreglar los problemas del presente. A pesar de lo mal que se veían las cosas el miércoles por la noche, Love dijo que tiene confianza en que pueden cambiar.
"Todavía hay mucho tiempo", dijo Love. "Necesitamos ganar partidos como este. Ahora poseemos una marca de 0-10 en juegos decididos por cuatro puntos o menos, así que algo tiene que ceder, y si seguimos trabajando duro con continuidad como grupo, todos vamos a estar bien".

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