El astro filipino Manny Pacquiao y el norteamericano Timothy Bradley tienen una cuenta pendiente. Para los dos llegó la hora de la verdad, la de la definición.
Aquella pelea entre ambos del 9
de junio del 2012, dejó muchos comentarios, la mayoría desfavorables
para Bradley, a quien muchos vieron perdedor aún cuando los jueces le
dieron la victoria y de paso el campeonato mundial welter de la
Organización Mundial de Boxeo –OMB-.
Esta vez, cuando se midan esta noche en el MGM de Las Vegas, Nevada, en disputa del trono mundial welter de
la Organización Mundial de Boxeo –OMB- que ostenta Bradley, ambos
tienen por delante el reto de salir airosos. Pacquiao irá a una pelea
crucial. No puede darse el lujo de perder porque un revés probablemente lo pondrá de frente a un retiro irreversible.
A
sus 35 años de edad, 19 como profesional, en los ha compilado un récord
de 55-5-2, con 38 nocauts, a Pacquiao no le queda mucho por delante, a
lo supo un par de años activo como máximo.
De
ahí el que está compelido a ganar para poder garantizar su futuro
inmediato, en el que se vislumbra la posibilidad de realizar su tan
esperada pelea con el estadounidense Floyd Mayweather Jr, pese a las
diferencias que hay entre las partes que dirigen a los dos pugilistas.
No obstante, conseguir ese objetivo no parece fácil frente a un boxeador de la calidad y el progreso que ha experimentado Bradley.
En efecto, las condiciones en que se enfrentan ahora, no son las mismas existentes cuando se midieron por primera ocasión.
Esta vez, Pacquiao viene de sufrir un nocaut conmovedor y espectacular ante el mexicano Juan Manuel Márquez, quien lo fulminó en el sexto asalto de aquel enfrentamiento que sostuvieron en diciembre del 2012.
Es
cierto que lució bastante bien en su reaparición en noviembre pasado
frente al norteamericano Brandon Ríos. Sin embargo, Ríos no tiene el
nivel en términos de calidad que posee Bradley y no es el púgil más
indicado para medir las condiciones en que quedó el asiático tras ser
noqueado por Márquez.
Será ahora cuando enfrente a Bradley que se podrá determinar si ese revés le afectó o no a Pacquiao, debido a que el primero sí
es un pugilista que le exigirá el máximo de sus facultades para poder
salir airoso. En otras palabras, Bradley será la verdadera prueba para
Pacquiao, quien tiene marca de 55-5-2, con 38 nocauts, tras perder ante
Márquez.
Bradley,
de su lado, invicto en 31 salidas, con 12 nocauts en su haber y dos
coronas mundiales conquistadas, necesita un triunfo convincente para
demostrar que ciertamente pertenece a la élite del pugilismo y que
mereció ganar aquella vez, pese a las críticas en su contra.
Para
ello, tiene a su favor juventud,-30 años contra 35-, velocidad y mejor
boxeo, además de que está en mejor momento que su rival. Con estos
atributos, Bradley deberá buscar la victoria y neutralizar la potencia,
agresividad y experiencia de Pacquiao. En definitiva, pues, en una pelea que se anticipa difícil para los dos, Bradley sale estrechamente favorito.
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