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martes, 3 de septiembre de 2013

Ernesto Frieri: Cuestión de confianza



ANAHEIM -- El domingo Ernesto Frieri alcanzó los 30 salvamentos en la temporada y de esta forma anotó su nombre en las páginas de historia de los Angelinos de Los Ángeles. El cerrador colombiano se convirtió en el octavo lanzador de la franquicia en alcanzar dicha marca.
"La verdad que estoy muy contento por cómo las cosas están saliendo", confesó. "Creo que salvar 30 juegos es algo muy importante, pero la meta es terminar muy duro".
Frieri consiguió su primer salvado ligamayorista en mayo de 2012, pero esta fue su primera temporada completa defendiendo la posición más importante del bulpén y dijo que en el tiempo que ha transcurrido el mayor aprendizaje pasó por la actitud.
"Lo número uno es acabar el juego", explicó. "El juego se acaba aquí, cuando yo entro a pichear ya nos vamos para la casa. Y cuando las cosas no salen como uno espera hay que venir el día siguiente esperando que el juego se amolde para que puedas lanzar y hacer lo mejor para poder olvidar lo que ha pasado". El logro es un reflejo del trabajo y el talento del relevista, pero además una grata sorpresa luego de la merma en su nivel durante julio.
Frieri arruinó dos salvamentos, sufrió dos derrotas y tuvo efectividad de 8.64 en aquel mes, algo que obligó a Mike Scioscia a quitarle momentáneamente el rol de taponero exclusivo.
"Lo que mantiene a cualquier jugador consistentemente es la confianza", dijo. "Cuando se empieza a perder la confianza en uno mismo se empieza a perder todo. El control de la mecánica y de los lanzamientos se pierde".
El sudamericano pudo salirse del bajón, completando un muy buen mes de agosto en el que se adjudicó dos victorias, cuatro salvamentos y en el que tuvo un PCL de 3.27.
Además, en sus últimos nueve partidos lleva 10.2 entradas consecutivas en blanco, culminando con una brillante performance de cinco outs (con cuatro ponches) el domingo ante los Cerveceros de Milwaukee. Frieri confesó que la clave estuvo en la autocrítica y en la fe en sí mismo.
"Mirándome al espejo y analizándome y a mi repertorio", dijo. "Cada día diciéndome, 'eres un gran pícher, tienes una buena recta y buena mecánica, no tienes que dudar más de ti y sal a disfrutar la pelota'. No estaba haciendo eso y no estaba disfrutando. Ahora entro calmado y con la seguridad de que las cosas van a salir bien".

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