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lunes, 29 de julio de 2013

David Ortiz perdió el control cuando estuvo en desacuerdo con el árbitro principal

BALTIMORE -- Los restos del teléfono de la pared que conecta al dugout visitante con el salón de la prensa en el Oriole Park en Camden Yards, el instrumento sobre el cual el bateador designado de los Medias Rojas de Boston, David Ortiz, descargó su frustración con varios swings viciosos con su bate en la noche del sábado, fueron envueltos en plástico tras finalizar el partido.
Pero en algún lugar en Baltimore, un instalador de teléfonos posiblemente sonreiría al recibir la noticia de que, mientras que el bate de Ortiz no sobrevivió el encuentro con el teléfono en la séptima entrada, haciéndose astillas mientras el segunda base de los Medias Rojas, Dustin Pedroia, buscó protegerse debajo de una toalla, de alguna manera el teléfono sí sobrevivió.

"Sonó", dijo el manager de Boston John Farrell, un poco incrédulo inclusive. "Alguien llamó".
Para el final del partido, una victoria de 7-3 de los Medias Rojas, Ortiz se había tranquilizado, pero las circunstancias de la décima expulsión de su carrera impulsó un enojado postmortem en el cual no midió sus palabras castigadoras sobre el árbitro del plato Tim Timmons por lo que Ortiz dijo de ser "la peor jugada mal cantada del año".
Ortiz estaba en el plato con un conteo de 3 y 0 contra el relevista de Baltimore Jairo Asencio, cuando se echó para atrás de la caja del bateador al mismo tiempo que Asencio lanzó un pitcheo que, según analizar las varias repeticiones, claramente fue alto. Ortiz dijo que no había pedido tiempo.
"No, no, eso fue una bola", Ortiz reclamó. "Si el receptor (Matt Wieters) no la hubiese agarrado, le hubiese dado a Timmons en la cara".
Ortiz estaba incrédulo cuando Timmons la cantó como strike, ladrándole al árbitro. Se agitó aún más cuando Timmons cantó el siguiente lanzamiento, el cual parecía estar fuera de la zona, un strike también, y ya estaba inconsolable cuando le hizo swing al próximo lanzamiento, que estaba bajito y adentro, para poncharse.
"No sé qué hacer", expresó Ortiz. "Le hice swing a un lanzamiento que estaba en el piso".
Ortiz estaba visiblemente frustrado cuando regresaba al dugout. Y tan pronto descendió los escalones, y se dirigió hacia el teléfono, uno de dos en la pared cerca del corredor que lleva al vestuario. El de arriba, el que se llevó la mayor parte del daño, es el teléfono que comunica al salón de la prensa. El otro teléfono, al bullpen. Fue en ese momento, explicó Ortiz, cuando fue expulsado, el que le hizo regresar furioso hacia el terreno. Farrell y los coaches Torey Lovullo y Brian Butterfield trataron de aguantarlo, y cuando regresó al dugout, Pedroia le echó la charla. El segunda base dijo que le pedía a Ortiz que no hiciera nada que lo pudiese conducir a una suspensión.
"Él es la parte más importante en nuestra alineación", compartió Pedroia. "No podemos perder a David por un partido. Estaba tratando de calmarlo. Estoy seguro que fue muy gracioso, el jugador más pequeño hablándole al más grandote".
El enojo de Ortiz fue provocado menos por los pitcheos que por la insistencia de Timmons de que no cantó mal la jugada.
"Lo que da risa es que él quiere actuar como si cantó bien la jugada", dijo Ortiz. "Yo no juego esa posición. No soy pitcher. No juego la defensa. Yo bateo. No vas a quitarme mi momento al bate, punto".
Hay varias ocasiones, explica Ortiz, cuando un árbitro le admite a un jugador que se ha equivocado. Él dijo eso más temprano en el partido, Timmons había hecho exactamente eso cuando se le acercó a un agitado Ryan Dempster, quien se preguntaba cómo Timmons había cantado un pitcheo como una bola con un conteo de 0 y 2, mientras se dirigía al dugout. Dempster confirmó que Timmons le dijo que se había equivocado.
"Eso te desarma muy rápidamente", expresó Dempster.
Ortiz no recibió esa satisfacción.
"Eso fue horrible", dijo. "La gente siempre se enfoca en nuestros exabruptos. No hacemos eso todos los días. Hay una razón por la cual uno llega a ese punto, ¿entienden lo que digo? Uno siempre termina pareciendo el malo de la película. No soy malo. Estoy tratando de hacer mi trabajo. No me quites mi momento al bate de esa forma.
"Cuando me estaba yendo, le estaba diciendo que estaba actuando como si hubiese cantado bien la jugada. No, no la cantó bien. No estaba bien. No me vengas con esas cosas. Si cantaste otra cosa, me lo dices y me voy. No tengo un problema con eso. No eres perfecto. Eres humano, ¿sabes? Pero no actúes como si hubieses cantado bien la jugada. Era la cuarta bola".
Farrell dice que no espera que Ortiz tenga que enfrentarse a otro acto disciplinario.
"Espero que no", dijo. "Espero que revisen la situación pro completo, de principio a fin, y creo que probablemente hayan razones de porqué las cosas terminaron como lo hicieron".
Ortiz expresó que si se convertía en un asunto disciplinario, estará preparado. "Todo lo que les tengo que decir es que, llevo 17 años en la liga y no creo que merezco ese tipo de falta de respeto", comentó. "Si quieres el respeto de un jugador, respeta al jugador, y eso fue horrible. Ambos lanzamientos.
"Los lanzadores me han estado dando bases por bolas, semi-intencionalmente, desde el 2009. No me molesta caminar hasta la primera base. Entonces, ¿cuál era la situación para que cantaras esas bolas como strikes?".
¿Qué pasa si la MLB lleva esto a otro nivel?
"Me gustaría escuchar cuál sería el argumento", comentó Ortiz. "Tengo uno bueno. Cuando una situación así sucede, la MLB debería hacer algo al respecto porque fue horrible.
"No estamos jugando esto por diversión, estamos tratando de ganar, y si me regalas las bases por bolas, camino. No tengo problema con eso. Yo bateo, es todo lo que hago. Trabajo muy duro para ser quien soy en el plato. Esa posiblemente puede ser la jugada peor cantada del año. Estuvo mal. Definitivamente".
Estará por verse si a alguien le pasan la factura por el teléfono perjudicado.
"Una noche interesante", opinó Farrell.

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