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domingo, 5 de mayo de 2013

JINETE DOMINICANO - Rosario y Orb ganan el Kentucky Derby


EL DOMINICANO ERA EL FAVORITO EN EL CERTAMEN QUE A DISTANCIA DE 2,400 METROS.

El jinete dominicano Joel Rosario dejó a Orb en la posición 16 durante la primera parte de la carrera, mantuvo su ejemplar relajado en la recta lejana y con un empuje en los últimos 800 metros desplazó a todos los que le adelantaban en la “Carrera de las Rosas” para ganar de manera contundente la versión 139 del Kentucky Derby llevando por encima de 1.4 millones de dólares en premios al dueño del equino.
Saliendo del anexo del aparato de salidas en el número 16, Joel solo se ganaba tres ejemplares al pasar por primera vez por el espejo de llegada y mientras los punteros marcaban suicidas tiempos de 22:57 y 45:33 para los 400 y 800 metros, Joel relajaba a Orb que en la recta lejana estuvo en el puesto 18 con apenas un rival detrás de él.
A mitad de carrera aún Rosario estaba en las últimas posiciones y cuando entraron en la última curva parecía que todos se detenían y solamente se veía avanzar la blusa roja-morada de Joel que con dos cuerpos y medio de ventaja detuvo el cronómetro en 2:02:89 para los 2,400 metros. Golden Soul (4), una sorpresa con 50:1 en el “Morning Line” y Revolucionary (3) le arrebataron el segundo puesto a Normandy Invasion (5) que completó la superfecta.
Dividendos
La exacta 16-4 devolvió US$981.60, la triple 16-4-3 US$6,295.60 y la superfecta 16-4-3-5 US$57,084.00.
La pista fue declarada “fangosa” aunque a las 6:33 de la tarde, hora en que se dio la salida no estaba lloviendo.
Verrazano, por quien John Velazquez dejó la monta de Orb, llegó en el puesto 14 y Vyjack, el ejemplar que originalmente iba a montar Rosario, llegó caminando en el puesto 18.
Concluída la carrera, Orb recibió la herradura de rosas tradicional en el Kentucky Derby y luego de que el propietario del ejemplar y su entrenador (Shug McGaughey) recibieran su trofeo, Joel recibió su réplica con la humildad que lo caracteriza.
“Orb es el hombre”, dijo Rosario. “Estuvo muy relajado todo el camino, es un gran caballo”, estableció el nativo de Castillo, San Francisco de Macorís, un pueblo en el centro de República Dominicana.

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