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sábado, 19 de abril de 2014

Federer y Wawrinka en la final de Monte Carlo

MÓNACO -- Roger Federer venció por 7-5 y 6-2 a Novak Djokovic, último campeón, y se metió en la final de Monte Carlo, la 117ª de su carrera. Fin a la racha invicta del serbio en Masters 1000, que se quedó en cuatro títulos y 23 partidos. En la otra llave, también hubo festejo suizo, ya que Stanislas Wawrinka doblegó por 6-1 y 7-6 (3) a David Ferrer y avanzó a su tercera definición en este tipo de torneos.
Tras un arranque parejo y sin instancias de quiebre, las cosas empezaron a cambiar en el noveno game. Sirviendo 4-4, Djokovic quedó break point abajo, aunque Federer no pudo aprovechar su primera oportunidad en el juego. De inmediato, encima, fue el suizo quien debió lidiar con un 15-40 que además representaba dos puntos para set a favor del serbio.
Lejos de ceder a la tensión del contexto, ese pasaje del juego ofreció algunos de los puntos más destacados del partido, con Djokovic luciéndose en defensa y Federer castigando con todas sus variantes en ofensiva. Así, el suizo prevaleció y salió airoso de ese enredo, dejando el marcador en 5-5 y anticipando un potencial tiebreak.
Lo cierto es que en esa chance fallida comenzó el fin para Djokovic. En el game siguiente, el serbio estuvo 40-0 pero hilvanó errores y malas decisiones, dejando venir a un Federer que no perdonó. Cinco puntos después, era el suizo el que quebraba. Y en cuestión de minutos el primer set quedaba de su lado.
M1000 Monte Carlo
Federer avanzó a su 36ª final de Masters 1000
Poco más hubo de partido. En el segundo capítulo, Federer quebró en el tercer game, volvió a romper en el quinto y pronto quedó 5-1 al frente, casi por inercia ante el envión que le había significado el desenlace del primer parcial y ante un Djokovic ya sentido físicamente por la lesión en la muñeca derecha que venía arrastrando en la semana. Así, sin afrontar una sola chance de quiebre en todo el set, el helvético cerró la historia con su servicio y sacó boleto a su 36ª final de Masters 1000.
Y la definición será 100% suiza, porque, en el otro duelo de la jornada, Wawrinka mostró todo su potencial ante un pasivo Ferrer, que no pudo refrendar lo hecho ante Rafael Nadal en cuartos y se fue en sets corridos. El vigente campeón de Australia tuvo un arranque letal, con dos quiebres consecutivos y ventaja de 5-0, para llevarse ese primer parcial por 6-1. 16 tiros ganadores sumó el helvético en ese rato. ¿Ferrer? Uno solo.
En el segundo set hubo un trámite mucho más parejo, aunque las riendas del encuentro las siguió llevando Wawrinka. Para bien y para mal. El suizo fue agresivo en todo momento, asumiendo los riesgos del caso (terminó con 31 winners, pero también 40 errores no forzados, contra 8 y 12 de su rival) y buscando desestabilizar a un Ferrer que se paraba dos pasos detrás de la línea de fondo.
Sin chances de quiebre en todo el parcial, pero tampoco sufriendo con su propio servicio, Wawrinka aceleró en el tiebreak con una racha inicial de 4-0 y en el primer match point con su saque selló su clasificación a una nueva final de Masters 1000 sobre polvo de ladrillo (Roma 2008 y Madrid 2013, las otras). Ahora buscará llenar ese casillero en su cosecha de títulos, que en enero ya rompió el cero a nivel de Grand Slams

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