LOS ÁNGELES -- Kareem Abdul-Jabbar
ya tenía su nombre sellado en los anales de la historia de la NBA, pero
desde este viernes, su figura permanece erguida en las inmediaciones
del Staples Center junto a Oscar de la Hoya, Wayne Gretzky, Magic
Johnson, Jerry West o Chick Hearn.
La
estatua se develó durante un acto en el que asistieron muchas caras
conocidas del Showtime que llevó a los laguneros a ganar cinco anillos
de campeón durante los años ochenta. Figuras como 'Magic' Johnson, Jerry
West, Pat Riley, arroparon al mito de los Lakers, algo que emocionó a
Kareem.
"La estatua captura lo que fui durante mi
carrera", comentó el jugador. "Siempre guardo mis emociones dentro, pero
hoy estoy muy contento".
La escultura capta perfectamente la jugada más recurrida por Kareem: el denominado 'sky hook' o gancho del cielo.
Todos los invitados hablaron de aquella manera de finalizar tan certera que tenía Kareem, y las anécdotas no tardaron en salir.
"El
'Shotime' de los Lakers fue el mejor basquetbol que se ha visto",
comentó el coach de aquella época, Pat Riley. "Este término es más que
nombre, es mentalidad de fortaleza, es sobre ganar. Cuando la cosa se
ponía fea, subía los puños al aire y le dábamos la bola a Kareem para
que hiciera su famoso 'sky hook', señaló Riley, que tampoco dejó escapar
la oportunidad de rememorar la noche en la que Kareem se superó a Wilt
Chamberlaine.
"De repente Magic Johnson se acercó a mí ansioso por saltar a la cancha y
me dijo: 'déjame entrar que si alguien le tiene que asistir para que
rompa el récord, ése tengo que ser yo", recordó el excoach.
El
apartado profesional de Abdul-Jabbar es incuestionable gracias a sus
seis anillos, igual número de MVP y mayor anotador de la historia de la
NBA con 38.387 puntos (entre otros muchos logros) pero si hay algo que
destacaron su antiguos compañeros, fue el inteligencia y los valores que
siempre promovió.
"Es e jugador menos egoísta con
el que he jugado", apuntó Magic Johnson, "siempre pensaba en sus
compañeros. Debería haber tenido la estatua antes que nadie", comentó.
Y
los halagos no hicieron más que emocionar al protagonista de la noche.
Al que decenas de aficionados clamaban en las inmediaciones del Staples,
al ese jugador que permanecerá vivo para siempre.
"Gracias
a todos, a mis mentores, a mis compañeros, amigos, a todo el mundo.
Todos los días siento el calor de la gente. Lo experimento cada día.
Siempre me dan las gracias, rezan por mí, no puedo pedir más", explicó
Kareem, que logró superar una leucemia. "Gracias a esa superación, me di
cuenta de lo que pasa, aprecias la vida, la compartes con la gente
porque sabes que no es para siempre", apuntó antes de acordarse del
nuevo coach lagunero, Mike D´Antoni.
"Que tenga salud, seguro que D´Antoni hará que funcione todo".
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