El escolta Doron Lamb, con 22 puntos, lideró el ataque de los Wildcats que concluyeron el año con marca de 38-2 y el octavo título en la historia de uno de los equipos legendarios del baloncesto universitario estadounidense.
El partido, disputado en el Mercedes Benz-Superdome, de Nueva Orleans, ante cerca de 80.000 espectadores que llenaron los asientos del estadio, donde juega el equipo local de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), los Saints, no tuvo más historia que ver desde el inicio la superioridad de los Wildcats.
El equipo de Kentucky con un dominio en el juego de ataque y presencia bajo los tableros se fueron al descanso con una ventaja parcial de 14 puntos (41-27), que había llegado a ser de hasta 18 tantos.
La ventaja de los Wildcats fue una de las mayores que se han dado en el partido por el título de la Final Four desde que los Tar Heels de Carolina del Norte lograron 21 ante los Spartans de Michigan State, en el 2009.
La segunda parte no generó ningún tipo de cambio y con 5:13 minutos por jugarse, los Wildcats seguían 15 puntos arriba en el marcador (59-44).
Hasta que los Jayhawks (32-7) hicieron honor a esa capacidad de reacción y lograron ponerse abajo cinco tantos (62-57) con 1:37 minuto por jugarse.
Pero los Wildcats aguantaron sin problema la presión y con cinco puntos conseguidos en siete tiros de personal aseguraron la victoria y la celebración comenzó en el Superdome.
El ala-pívot Anthony Davis, el segundo freshman en la historia de la NCAA que fue nombrado Jugador Nacional del Año, no tuvo su mejor inspiración encestadora para los Wildcats al aportar solo seis puntos después de anotar 1 de 10 tiros de campo.
Pero Davis jugó una gran defensa y dominó bajo los aros al capturar 16 rebotes, incluidos 12 en la pintura de los Wildcats y puso seis tapones, que le permitieron empatar la mejor marca en la historia del torneo de la NCAA para un partido de título nacional.
Davis también aportó cinco asistencias y tres recuperaciones de balón, mientras que el base Marquis Teague consiguió 14 tantos y el alero Michael Kidd-Gilchris logró 11 anotaciones, que lo dejó como el tercer jugador de los Wildcats que tuvieron dobles dígitos.
El ala-pívot dominicano Eloy Vargas, que jugó su último partido como universitario, disputó tres minutos con los Wildcats, cometió una falta personal y no tuvo ninguna otra estadística.
La venganza de Calipari
El entrenador de los Wildcats, John Calipari, por fin vio cumplido su gran sueño de lograr el título de campeón nacional después de haberlo perdido anteriormente con los Tigers de la Universidad de Memphis, en el 2008.
"Fuimos el mejor equipo en el campo y lo demostramos desde el principio al final", declaró Calipari. "El triunfo ha sido de todo el programa y de los jugadores".
El base Tyshawn Taylor fue el líder de los Jayhawks al conseguir 19 puntos, cuatro rebotes y tres asistencias, mientras que el ala-pívot Thomas Robinson aportó un doble-doble de 18 puntos y 17 rebotes.
El entrenador de los Jayhawks, Bill Self, reconoció que su equipo luchó, pero no pudo superar a un rival que fue mejor y mereció conseguir la victoria y el título. "Lo importante es que hemos protagonizado una final grandiosa e histórica entre dos de mejores programas del baloncesto universitario", destacó Self.
El partido, disputado en el Mercedes Benz-Superdome, de Nueva Orleans, ante cerca de 80.000 espectadores que llenaron los asientos del estadio, donde juega el equipo local de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), los Saints, no tuvo más historia que ver desde el inicio la superioridad de los Wildcats.
El equipo de Kentucky con un dominio en el juego de ataque y presencia bajo los tableros se fueron al descanso con una ventaja parcial de 14 puntos (41-27), que había llegado a ser de hasta 18 tantos.
La ventaja de los Wildcats fue una de las mayores que se han dado en el partido por el título de la Final Four desde que los Tar Heels de Carolina del Norte lograron 21 ante los Spartans de Michigan State, en el 2009.
La segunda parte no generó ningún tipo de cambio y con 5:13 minutos por jugarse, los Wildcats seguían 15 puntos arriba en el marcador (59-44).
Hasta que los Jayhawks (32-7) hicieron honor a esa capacidad de reacción y lograron ponerse abajo cinco tantos (62-57) con 1:37 minuto por jugarse.
Pero los Wildcats aguantaron sin problema la presión y con cinco puntos conseguidos en siete tiros de personal aseguraron la victoria y la celebración comenzó en el Superdome.
El ala-pívot Anthony Davis, el segundo freshman en la historia de la NCAA que fue nombrado Jugador Nacional del Año, no tuvo su mejor inspiración encestadora para los Wildcats al aportar solo seis puntos después de anotar 1 de 10 tiros de campo.
Pero Davis jugó una gran defensa y dominó bajo los aros al capturar 16 rebotes, incluidos 12 en la pintura de los Wildcats y puso seis tapones, que le permitieron empatar la mejor marca en la historia del torneo de la NCAA para un partido de título nacional.
Davis también aportó cinco asistencias y tres recuperaciones de balón, mientras que el base Marquis Teague consiguió 14 tantos y el alero Michael Kidd-Gilchris logró 11 anotaciones, que lo dejó como el tercer jugador de los Wildcats que tuvieron dobles dígitos.
El ala-pívot dominicano Eloy Vargas, que jugó su último partido como universitario, disputó tres minutos con los Wildcats, cometió una falta personal y no tuvo ninguna otra estadística.
La venganza de Calipari
El entrenador de los Wildcats, John Calipari, por fin vio cumplido su gran sueño de lograr el título de campeón nacional después de haberlo perdido anteriormente con los Tigers de la Universidad de Memphis, en el 2008.
"Fuimos el mejor equipo en el campo y lo demostramos desde el principio al final", declaró Calipari. "El triunfo ha sido de todo el programa y de los jugadores".
El base Tyshawn Taylor fue el líder de los Jayhawks al conseguir 19 puntos, cuatro rebotes y tres asistencias, mientras que el ala-pívot Thomas Robinson aportó un doble-doble de 18 puntos y 17 rebotes.
El entrenador de los Jayhawks, Bill Self, reconoció que su equipo luchó, pero no pudo superar a un rival que fue mejor y mereció conseguir la victoria y el título. "Lo importante es que hemos protagonizado una final grandiosa e histórica entre dos de mejores programas del baloncesto universitario", destacó Self.
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