Y en cuanto a esos siete años se refieren, la gran mayoría de los conocedores del béisbol de la Gran Carpa señala a dicho período como la "Era de los Esteroides", en la que un notable porcentaje de bateadores inflaron sus cuerpos y sus números con sustancias para aumentar el rendimiento.
Tomando en cuenta las circunstancias, el dominicano Martínez se enorgullece más todavía con lo que logró en dicha época.
"Creo que no lo hubiese querido de otra manera", dijo Martínez al referirse al tema durante una visita al Fenway Park, dentro de las actividades de la 109 Serie Mundial entre los Medias Rojas y los Cardenales. "Quería ser el mejor. Quería tener el orgullo de vencer a todos y hacerlo de la mejor manera posible".
El oriundo de Manoguayabo es una de las figuras más queridas en la historia del equipo de Boston, ya que tuvo sus años de gloria aquí y, por supuesto, ayudó a los Patirrojos en el 2004 a ganar su primera Serie Mundial desde 1918. El "Alcalde de Boston" brilló con los Medias Rojas de 1998 al 2004, participando en cuatro postemporadas con la escuadra y formando parte de ediciones populares del equipo que incluían a sus compatriotas David Ortiz y Manny Ramírez, entre otros.
En plena época de las temporadas de más de 60 jonrones del quisqueyano Sammy Sosa y Mark McGwire, más la proeza de Barry Bonds y sus 73 vuelacercas en el 2001, Martínez disfrutó del apogeo de su carrera.
"Nunca pensé que el escándalo de los esteroides sería señalada tanto, porque lo único que veía era un jugador (contrario) que me quería superar y yo quería superarlo a él.
"Nunca pensé en esteroides ni nada de eso. Aunque todos estábamos conscientes de que eso estaba pasando, nunca lo vi como un reto diferente".
En una carrera de 18 años con los Dodgers, Expos de Montreal, Medias Rojas, Mets y Filis, Martínez tuvo marca de 219-100 en 476 juegos (409 aperturas), con efectividad de 2.93, 3,154 ponches y 760 bases por bolas. Entre sus otros números impresionantes de por vida son sus 10.0 ponches por cada nueve entradas, su proporción de 0.8 jonrón por cada nueve innings y sus 4.15 abanicados por cada pasaporte.
El derecho tuvo una carrera digna del Salón de la Fama, por supuesto. Y mucho de lo que hizo fue durante una época de una explosión ofensiva que es reconocida como el producto del consumo de esteroides.
"Ahora que sé cuáles eran los efectos y cómo (los bateadores) podían recuperarse tan rápido (del desgaste diario de la temporada y las lesiones), tal vez estaba yo con un ligero desventaja", comentó Martínez. "Pero sólo puedo darle las gracias a Dios y a mis compañeros de equipo por todo lo que hicimos.
"Ahora mis números, si fueron grandes, se ven aun más grandes. Ahora parece que mis números de repente tomaron esteroides de un año a otro".
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