BARCELONA. Una jornada menos y prueba superada. El Barça aparcó la
excelencia y ganó por consistencia. Le costó horrores y no fue hasta la
entrada en escena de Xavi, ya en la segunda mitad, que se reencontró a
sÍ mismo, frenó la locura en que se había convertido el partido y acabó
por solventarlo alejado de la superioridad que había mostrado horas
antes el Real Madrid.
De un principio mediocre a un final sufrido, el equipo de Luis
Enrique entendió lo que le queda por delante frente a un rival que le
discutió la superioridad en muchas fases del partido, que perdió
pudiendo aspirar antes a ganar y que sabiendo hacer frente al vértigo
que impuso el entrenador azulgrana se embarulló a la que Xavi apareció
en el campo ocupando el puesto de un desdibujado Rafinha.
El capitán mostró sus galones con una solvencia excepcional. Puso
orden, criterio, calma, pase y serenidad. Frenó tanto el ímpetu vigués
como alivió los problemas en un centro del campo demasiado invisible,
que veía pasar el balón sin ton ni son desde la defensa y hacia un
ataque en el que Messi no pudo imponer como se esperaba su papel de
líder.
Con Suárez luchador pero desafortunado y Neymar tan fallón como en
los últimos tiempos, al Barça le mantuvo en pie la poca capacidad del
Celta, que apoyado en el juego de Nolito, los pulmones del centro del
campo y la pelea de Larrivey plantó cara de forma absoluta.
No fue el Barça que se esperaba respondiera al reto presentado horas
antes por el Real Madrid. Al repoker de Cristiano Ronaldo, a los nueve
goles del equipo de Ancelotti en una matinal espectacular contestó el
líder con sufrimiento. Cierto es que el Granada no tiene el mismo
empaque del Celta, pero igualmente verdad es que el equipo de Luis
Enrique anduvo alejado de la grandeza que se le debería suponer al
líder.
Mathieu, quien ya había marcado ante el Real Madrid de cabeza, volvió
a ponerla en un lanzamiento mayúsculo de Xavi, el capitán que se puso
un guante en el pie para ejecutar una falta de manera excepcional. A
falta de brillantez coral, a falta de la espectacularidad de Messi,
quien no acertó en dos buenas ocasiones, el Barça se agarró a la leyenda
del capitán para sumar una victoria imprescindible, necesaria y que sin
pasar a los libros en la historia de la Liga bien puede decirse que al
final del campeonato será, si cumple el equipo su objetivo, de esas que
se marcan con fuego.
El Celta quiso pero no pudo. Lo intentó hasta el último suspiro, con
dos oportunidades en el tiempo añadido que pusieron de los nervios al
banquillo azulgrana. Y con el final llegó el alivio. Tres puntos de oro
en un partido que quizá no se recordará... Pero que valdrá su peso en
oro puro.
REAL MADRID 9, GRANADA 1
MADRID. Revivió Cristiano Ronaldo y la BBC se desató. Con ocho goles
del poderoso tridente merengue, cinco de Cristiano, dos de Benzema y uno
de Bale, más un autogol de Diego Mainz, Real Madrid protagonizó la
goleada más abultada que ha visto el Santiago Bernabéu en toda la
campaña, un 9-1 ante Granada.
Era cuestión de tiempo para que el cuadro merengue capitalizara
alguna de sus oportunidades. Y cuando lo hizo, no hubo manera de
frenarlos. Y eso que Granada, consciente de sus limitaciones, había
salido a cerrarle los espacios al Real Madrid con mucho orden.
Dejándolos en fuera de lugar.
El plan de Resino parecía funcionar en los primeros compases, pero
poco a poco el cuadro merengue se fue acercando y al final resultó
demasiado equipo para Granada. Los de Abel multiplicaban para contener a
James, que una y otra vez rompía la línea con sus pases a profundidad,
hasta que en uno de ellos, Gareth Bale lo cambió todo al 25.
El galés recibió un balón largo de James, la defensa, demasiado
adelantada, intentó cerrarle el paso infructuosamente, pues Bale se
deshizo fácilmente de la marca y con todo el espacio del mundo por
delante, sólo tuvo que regatear a un inocente Oier para disparar a
puerta vacía. A partir de ese momento, sólo existió un equipo en la
cancha; durante ocho minutos, sólo un hombre: Cristiano Ronaldo, que
poco después marcó el 2-0.
Otra vez fue James el que tuvo el pase clave. Karim no había logrado
acomodarse para rematar de cabeza, pero el colombiano, cerca de la
jugada, recuperó el balón para dejárselo al '7'. El gol fue un alivio
para el portugués. La chispa que necesitaba para encender el motor y
dejar tras de sí su mal momento de juego. Y no paró. Cinco minutos
después, marcó el 3-0 en una jugada iniciada por él mismo.
Recuperada la confianza en sí mismo, dejó el balón a Marcelo en el
borde del área con una bicicleta. El brasileño jaló la marca y esperó a
que su compañero se reacomodara y cuando vio a Cristiano con ventaja
sobre Oier, le soltó el pase para que rematara. El arquero pudo hacer
más por contener al portugués, pero para entonces, el miedo se había
apoderado de la visita.
Del orden defensivo inicial del Granada no quedaba ni el recuerdo. La
grada no terminaba de celebrar el tanto cuando Oier, que se equivoca en
el despeje, deja a Cristiano en una situación inmejorable para rematar.
El arquero intentó meter las manos, pero Ronaldo le había pegado muy
fuerte y no pudo hacer nada. 4-0 y Cristiano no cabía en sí de gusto.
La agonía del Granada solo se hizo más dolorosa, pues lejos de
conformarse, el Madrid volvió con toda la fuerza. Al 54, Karim Benzema
hizo su aparición en un saque de esquina con una volea exquisita después
de controlar con el pecho. Un minuto después, Cristiano marcó el 6-0
con un cabezazo al pase de Bale completamente solo frente al marco.
Karim, que no se quiso quedar atrás, puso el 7-0 a la siguiente jugada
escoltado por el resto de la BBC que había llegado en línea a la puerta.
Iker había sido un mero espectador, pues apenas se tenía noticias del
ataque de Granada. La defensa, dando por muerto al rival, se relajó. Y
ahí aprovechó Ibáñez para marcar el del honor desde fuera del área. Poco
consuelo para el equipo granadino que había de aguantar 15 minutos más
en el campo mientras el Madrid se paseaba a sus anchas. Tanto era el
agobio por el asedio merengue, que el capitán Diego Maniz intentó cortar
un centro de Modric y en su lugar mandó el balón al fondo de la red.
El Bernabéu ya lucía medio vacío cuando Cristiano Ronaldo culminó su
partido histórico. Un cabezazo a pase de Modric para poner fin al
encuentro, a la angustia de su mal momento de juego, devolver la
confianza al Madrid; recuperar el liderato en la pelea por el Pichichi
con 36 tantos en la campaña. Y para firmar cinco goles en la misma tarde
por primera vez en su carrera.
OTROS RESULTADOS
GETAFE 2, DEPORTIVO 1
VALENCIA 0, VILLARREAL 0