Cuando el receptor boricua Jorge Posada anunció su retiro, el argumento fue obvio: Prefirió despedirse que jugar por otro equipo.
Nunca podría ponerme otro uniforme", dijo Posada. "Siempre seré un Yankee".
Ese sentir ayudó a hacer emotiva su decisión. Pero en realidad, los dos sentimientos que expresó no dependen uno del otro.
Por ejemplo, al mexicano Fernando Valenzuela se le recuerda con el uniforme de los Dodgers. Pero la verdad es que lanzó para otros cinco equipos después de dejar Los Angeles e hizo su último lanzamiento en Grandes Ligas con los Cardenales.
Jeff Conine sigue siendo Mr. Marlin a pesar de que pasó por cuatro ciudades más antes de disputar su último partido en un uniforme de los Mets.
Pedro Martínez y Andy Van Slyke se retiraron como miembros de los Filis, pero Steve Carlton, Rich Ashburn, Larry Bowa, Darren Daulton y John Kruk no.
De hecho, hasta Babe Ruth -- el paradigma del "eterno Yankee" -- jugó su último partido en la Gran Carpa por los Bravos de Boston.
Lo que Posada hizo fue especial. Pero hasta los jugadores que no tienen la suerte de pasar toda su carrera con la misma organización pueden, y suelen ser, vinculados indeleblemente a una franquicia.
Por otro lado están los estelares que regresan a donde todo comenzó. En años recientes, nadie ha manejado una situación así con más aplomo que Jim Thome, quien firmó un contrato de un año con los Filis para el 2012.
Thome pudo haber optado por el retiro. Tiene 41 años de edad y suficientes credenciales para el Salón de la Fama. Pero su larga y cercana relación con el manager Charlie Manuel y los recuerdos de su primera estadía en Filadelfia lo hicieron volver. Eso, y la oportunidad de lograr una de pocas metas que aún no ha cumplido: Ganar la Serie Mundial.
"Eso es lo que hizo que fuera una decisión fácil y rápida", dijo Thome. "Los Filis se han puesto en una posición atractiva para cualquier jugador que busca una oportunidad de triunfar. (Manuel) jugó un papel clave en eso y, obviamente, el historial con los aficionados fue un factor.
"Disfruté mi tiempo allá. Fueron tres años de mi vida y una despedida de un lugar que de verdad disfruté. Entendí la situación en aquel entonces. Buscas otros horizontes y los negocios son los negociones, pero es especial como todo vuelve al principio y tienes la oportunidad de regresar".
Lo que hace única la situación de Thome es que también tuvo la oportunidad de rendir homenaje a la otra organización que jugó un papel bien importante en su vida.
Thome inició su carrera como profesional con los Indios y bien puede ser catalogado como el mejor primera base que jamás haya jugado para esa franquicia. Era un pelotero extremadamente popular entre la afición de Cleveland, alguien que se ganó a la gente con su genuina sinceridad y maravilló a todos con sus panorámicos cuadrangulares.
Thome pudo haber optado por terminar su carrera con la Tribu, excepto que cuando se convirtió en agente libre después de la campaña del 2002, los Filis le hicieron una oferta que no pudo rechazar. Muchos aficionados de Cleveland se sintieron decepcionados.
Eventualmente, Ryan Howard reemplazó a Thome en el lineup de los Filis. Thome fue enviado a los Medias Blancas, tuvo un paso relámpago por los Dodgers, y luego firmó con los Mellizos, con quienes conectó su HR No. 600 de por vida el pasado mes de agosto.
Después de eso los Mellizos, fuera de toda posibilidad de contender, le hicieron un favor a Thome. Lo colocaron en la lista de waivers, y terminó recibiendo la oportunidad de tener un viaje de despedida con los Indios, para agradecer a todas aquellas personas que lo ayudaron a principios de su carrera.
No todos los jugadores puden predestinar con qué equipo se despedirán. Pero algunos tienen suerte. Nomar Garciaparra firmó un contrato por un día con los Medias Rojas de Boston para retirarse con el equipo de sus amores. Lo mismo hicieron otros, incluyendo Mike Sweeney (Reales) y J.T. Snow (Gigantes).
Doug Glanville creció siendo fanático de los Filis en Teaneck, N.J. Asistió a la Universidad de Pennsylvania pero fue seleccionado en la primera ronda del Draft amateur de 1991 por los Cachorros. Glanville fue cambiado a Filadelfia antes de la campaña de 1998, y un año después bateó para .325.
Glanville posteriormente jugó para los Rangers, de nuevo con los Cachorros y una vez más con los Filis. Fue dejado en libertad por los Yankees en los entrenamientos primaverales del 2005 pero no quiso terminar su carrera de esa manera, por lo que firmó un contrato de un día con los Filis, luego anunció formalmente su retiro.
"Quería retirarme con el equipo que seguí desde que era niño, con la familia de béisbol que comenzó la pasión por este deporte", explicó Glanville. "Mi experiencia con los Filis como jugador sólo reforzó ese sentimiento, es por eso que fue un final feliz".
A cualquiera le gustaría tener un final feliz. Y, como nos dimos cuenta, hay más de una forma de llegar ahí.
Ese sentir ayudó a hacer emotiva su decisión. Pero en realidad, los dos sentimientos que expresó no dependen uno del otro.
Por ejemplo, al mexicano Fernando Valenzuela se le recuerda con el uniforme de los Dodgers. Pero la verdad es que lanzó para otros cinco equipos después de dejar Los Angeles e hizo su último lanzamiento en Grandes Ligas con los Cardenales.
Jeff Conine sigue siendo Mr. Marlin a pesar de que pasó por cuatro ciudades más antes de disputar su último partido en un uniforme de los Mets.
Pedro Martínez y Andy Van Slyke se retiraron como miembros de los Filis, pero Steve Carlton, Rich Ashburn, Larry Bowa, Darren Daulton y John Kruk no.
De hecho, hasta Babe Ruth -- el paradigma del "eterno Yankee" -- jugó su último partido en la Gran Carpa por los Bravos de Boston.
Lo que Posada hizo fue especial. Pero hasta los jugadores que no tienen la suerte de pasar toda su carrera con la misma organización pueden, y suelen ser, vinculados indeleblemente a una franquicia.
Por otro lado están los estelares que regresan a donde todo comenzó. En años recientes, nadie ha manejado una situación así con más aplomo que Jim Thome, quien firmó un contrato de un año con los Filis para el 2012.
Thome pudo haber optado por el retiro. Tiene 41 años de edad y suficientes credenciales para el Salón de la Fama. Pero su larga y cercana relación con el manager Charlie Manuel y los recuerdos de su primera estadía en Filadelfia lo hicieron volver. Eso, y la oportunidad de lograr una de pocas metas que aún no ha cumplido: Ganar la Serie Mundial.
"Eso es lo que hizo que fuera una decisión fácil y rápida", dijo Thome. "Los Filis se han puesto en una posición atractiva para cualquier jugador que busca una oportunidad de triunfar. (Manuel) jugó un papel clave en eso y, obviamente, el historial con los aficionados fue un factor.
"Disfruté mi tiempo allá. Fueron tres años de mi vida y una despedida de un lugar que de verdad disfruté. Entendí la situación en aquel entonces. Buscas otros horizontes y los negocios son los negociones, pero es especial como todo vuelve al principio y tienes la oportunidad de regresar".
Lo que hace única la situación de Thome es que también tuvo la oportunidad de rendir homenaje a la otra organización que jugó un papel bien importante en su vida.
Thome inició su carrera como profesional con los Indios y bien puede ser catalogado como el mejor primera base que jamás haya jugado para esa franquicia. Era un pelotero extremadamente popular entre la afición de Cleveland, alguien que se ganó a la gente con su genuina sinceridad y maravilló a todos con sus panorámicos cuadrangulares.
Thome pudo haber optado por terminar su carrera con la Tribu, excepto que cuando se convirtió en agente libre después de la campaña del 2002, los Filis le hicieron una oferta que no pudo rechazar. Muchos aficionados de Cleveland se sintieron decepcionados.
Eventualmente, Ryan Howard reemplazó a Thome en el lineup de los Filis. Thome fue enviado a los Medias Blancas, tuvo un paso relámpago por los Dodgers, y luego firmó con los Mellizos, con quienes conectó su HR No. 600 de por vida el pasado mes de agosto.
Después de eso los Mellizos, fuera de toda posibilidad de contender, le hicieron un favor a Thome. Lo colocaron en la lista de waivers, y terminó recibiendo la oportunidad de tener un viaje de despedida con los Indios, para agradecer a todas aquellas personas que lo ayudaron a principios de su carrera.
No todos los jugadores puden predestinar con qué equipo se despedirán. Pero algunos tienen suerte. Nomar Garciaparra firmó un contrato por un día con los Medias Rojas de Boston para retirarse con el equipo de sus amores. Lo mismo hicieron otros, incluyendo Mike Sweeney (Reales) y J.T. Snow (Gigantes).
Doug Glanville creció siendo fanático de los Filis en Teaneck, N.J. Asistió a la Universidad de Pennsylvania pero fue seleccionado en la primera ronda del Draft amateur de 1991 por los Cachorros. Glanville fue cambiado a Filadelfia antes de la campaña de 1998, y un año después bateó para .325.
Glanville posteriormente jugó para los Rangers, de nuevo con los Cachorros y una vez más con los Filis. Fue dejado en libertad por los Yankees en los entrenamientos primaverales del 2005 pero no quiso terminar su carrera de esa manera, por lo que firmó un contrato de un día con los Filis, luego anunció formalmente su retiro.
"Quería retirarme con el equipo que seguí desde que era niño, con la familia de béisbol que comenzó la pasión por este deporte", explicó Glanville. "Mi experiencia con los Filis como jugador sólo reforzó ese sentimiento, es por eso que fue un final feliz".
A cualquiera le gustaría tener un final feliz. Y, como nos dimos cuenta, hay más de una forma de llegar ahí.