"Si le he hecho algún daño al fútbol español es porque soy el entrenador que acabó con la hegemonía del Barcelona", señaló el luso en una rueda de prensa en Stamford Bridge, ante más de doscientos periodistas, al ser preguntado por las palabras del azulgrana Andrés Iniesta, para quien Mourinho hizo "daño" durante su paso por el Real Madrid.
El portugués sostuvo que obtuvo "lo que quería" en el club blanco -"ganar los tres títulos nacionales" y lograr "el récord como el mejor equipo en la historia de España", dijo- y aseguró que levantar la Liga de Campeones con los 'blues' no será una "obsesión" para él, dado que ya ha cuenta con dos en su palmarés, que conquistó con el Oporto (2004) y el Inter de Milán (2010).
"La primera decisión que debía tomar era dejar el Real Madrid. Después fue una cuestión de analizar la situación y las posibilidades, hasta que tuve claro que venir aquí era lo mejor para mi felicidad", sostuvo el portugués para explicar su regreso a un club donde los aficionados llevan meses coreando su nombre en las gradas.
La comparecencia de Mourinho sirvió para abrir su segunda etapa al frente del vestuario de Stamford Bridge, donde ya ganó dos ligas inglesas en su primer periodo como técnico, de 2004 a 2007.
Los medios británicos recordaron este lunes la primera rueda de prensa que ofreció el luso en Londres hace nueve años, cuando se declaró un hombre "especial" y se ganó el apodo de "The Special One".
Casi una década después, el portugués, de 50 años, aseguró que no ha cambiado su "personalidad" ni su "naturaleza", si bien advirtió de que llega a Londres con una "perspectiva distinta" respecto a su primera etapa en los 'blues', que comenzó poco después de ganar su primera Champions, con el Oporto.
"Si tienen que ponerme un sobrenombre, ahora debería ser 'The Happy One' ('El feliz')", dijo Mourinho, que subrayó que su relación con el dueño del club, el magnate ruso Roman Abramovich, nunca fue tan mala como aseguró la prensa británica cuando abandonó el club hace un lustro. "Si lo hubiera sido, no estaría aquí", resaltó.
De cara a los cuatro años de contrato que ha firmado con los 'blues', que espera cumplir "hasta el último día", el expreparador del Real Madrid prometió a los aficionados ingleses que dará "estabilidad" a un club por el que han pasado ocho entrenadores desde 2007.
Mourinho se mostró contento por haberse reencontrado en el vestuario con las caras conocidas de veteranos como Frank Lampard, John Terry y Petr Cech, si bien advirtió de que nadie tiene el puesto asegurado en un vestuario en el que piensa establecer una "meritocracia".
Preguntado por la polémica sobre la suplencia del portero Iker Casillas en el Madrid, el portugués apuntó que nadie tendrá "privilegios" en su equipo por tener a sus espaldas "una gran carrera profesional".
"Quiero mantener buenas relaciones con todo el mundo, pero lo más importante es mantener una buena relación conmigo mismo. Si creo que alguien merece jugar, lo hará", dijo Mourinho.
"Yo soy quien decide que juegue uno y no otro. El hecho de que los jugadores, los medios y los aficionados lo acepten es cuestión de ellos", añadió el portugués.
Ante la expectación que levantó en Londres la vuelta del técnico al Chelsea cinco años después de su marcha, el preparador sostuvo que no le gusta comparecer ante los medios.
"No me encanta, pero es parte de mi trabajo. Tengo que hacerlo y lo intento hacer lo mejor posible. Trato de daros lo que esperáis de mí, ser abierto y honesto. Espero que las preguntas estén basadas en mi trabajo. Hagámoslo rápido y déjenme ir", requirió Mourinho a los periodistas.
El portugués subrayó que llega a un equipo con diversos jugadores jóvenes con capacidad para progresar, en el que espera contar también con algunas incorporaciones.
La liga inglesa no es como la española, que es "cosa de dos", subrayó Mourinho, sino que es una competición "más abierta, en la que se pueden perder más puntos" y en la que "los éxitos llegarán con el trabajo duro y la calidad", afirmó el técnico.