"Lo más importante es que ya tengo un lugar al que puedo llamar hogar los próximos años. Y eso es importante en todos los aspectos para un pelotero. Es más importante de lo que mucho creen en nuestra profesión", dijo Cruz, sentado en su nuevo casillero en el clubhouse primaveral de los Marineros en Peoria, Arizona.
Cruz, de 34 años, reportó el pasado miércoles a las prácticas primaverales después de una de sus mejores temporadas desde que debutó como profesional con los Vigilantes de Texas en el 2006.
Dos veces estuvo a un strike de convertirse en campeón de la Serie Mundial con el club de sus amores, como él mismo llama a los Vigilantes.
Para su mala fortuna y la de sus compañeros quedaron cortos frente a los Cardenales de San Luis, un año después de que también habían perdido el Clásico de Otoño contra los Gigantes de San Francisco. Fue parte de la generación más ganadora en la historia de la franquicia de Texas.
La temporada 2013 representó el final de su relación con la organización de los Vigilantes y en el invierno siguiente pasó como agente libre a los Orioles, con quienes mostró de nuevo su capacidad con el madero y ética laboral.
Más importante, mostró su personalidad tranquila, comunicativa, sociable y humana desde la pretemporada hasta el último juego de la campaña.
"La capacidad de Nelson está probado en todos los aspectos", consideró su nuevo compañero de equipo Robinson Canó. "Nelson ha jugado en todas las condiciones y todos los niveles. Y siempre ha demostrado estar ahí, listo para lo que sea".
"Y como persona es aún mejor", agregó. "Es uno de los peloteros más educados, trabajadores y buenas gentes que hay en todo el beisbol".
En el 2014, su único año con los Orioles, bateó 40 jonrones, la máxima cantidad en las Mayores, y produjo 108 carreras, tercero mejor en la liga; además de 32 dobletes y par de triples. Fue llamado al Juego de Estrellas por tercera vez en su carrera.
"Para nadie es un secreto que los años más recientes hemos estado buscando ofensiva", dijo el gerente general de los Marineros, Jack Zduriencik. "Cuando ves a un joven que ha hecho las cosas que él ha hecho en su carreras y las que hizo la temporada pasada, no dudas un momento en hacerlo miembro de tu organización".
Para Nelson, la etapa por Texas, donde aún conserva una de sus casa y donde pasa buen tiempo, igual que su campaña con los Orioles es cosa del pasado y de los buenos recuerdos en el beisbol.
Ahora dijo que sólo se concentra en la preparación para tratar de ser recíproco con la organización que le dio la confianza por la próximas temporadas.
Durante su estancia con los Vigilantes básicamente vivió con contratos año a año y nunca por más de dos campañas firmadas consecutivas.
"La transición ha sido bien fácil, ya me siento parte de la familia desde el segundo día", dijo Cruz. "Eso quiere decir que el ambiente es bueno".
"Como jugador que estuve en un equipo diferente el año pasado y venir a este, se nota la armonía que se vive en el clubhouse", agregó. "Todo el mundo tiene la misma expectativa, el mismo enfoque, que es ganar la división".
VE EQUIPO PARA COMPETIR
Cruz cree que los Marineros tienen todas las piezas para aspirar al máximo escenario del beisbol, incluyendo el pitcheo de la rotación, encabezado por el que considera el mejor abridor de las Mayores, Félix Hernández, y el liderazgo de Canó.
"Uno como jugador evalúa los equipos y veo que tenemos el pitcheo más que suficiente con el mejor staff de pitcheo abridor y de bullpen de ambas ligas", dijo. "Cuando quieres ganar y quieres ganar en grande, necesitas eso".
"La ofensiva es más que suficiente con los que ya estaban y mi adquisición, la de (Seth) Smith y la de (Justin) Ruggiano, creo que eso le da también un empuje a este equipo".
"Además, tenemos la dicha de tener un Robinson Canó, un jugador estelar", añadió. "Son más que suficiente bates para conquistar la meta que tenemos".
Tranquilo, como siempre, Cruz bromea con su vecino Canó; pregunta dónde están ciertas cosas y lugares que necesita conocer, como la sala de masajes; apenas está recién desempacado en la organización.
Saluda a los empleados; algunos que serán también sus compañeros de trabajo durante las próximas cuatro semanas en la Liga del Cactus, y otros que le acompañarán toda la temporada.
Su única gran meta, como siempre, dijo que es la salud.
"Lo único que uno le puede pedir al Señor es estar saludable", comentó. "Espero tener la oportunidad de poder jugar 162 partidos. Lo demás con las habilidades que tu tengas se puede conseguir...".
Nelson dijo conocer la belleza y facilidades que Seattle ofrece como ciudad, en el noroeste estadounidense.
Está convencido de que no tendrá ningún problema para ajustar su juego de regreso en una División Oeste de la Liga Americana que conoce bien, la que compartió con los Vigilantes.
Negó sentir presión porque buena parte de los sueños de su equipo y aficionados de llegar a su primera Serie Mundial o al menos romper la sequía de playoffs que se alarga a 13 años tienen que ver con su contratación.
Quizá, la situación más complicada viene fuera del campo.
"Uno trata de ajustarse a la vida de cada ciudad y sus gentes", dijo. "El beisbol es el mismo donde quiera que vas a jugar beisbol y uno tiene tiempo para conocer a sus compañeros. Como hablamos el idioma del beisbol todos es un poco más fácil".
"Para mi familia es un poquito más complicado conocer la ciudad, conocer su vida y todo eso...", añadió. "Pero como dije, finalmente tenemos un lugar al cual podemos llamarle casa al menos cuatro años".