LOS ÁNGELES-- Es difícil poner palabras a lo sucedido este viernes.
Kobe Bryant las puso.
A los periodistas que cubren el día a día del equipo les costó, sus
propios compañeros balbuceaban con la máxima entereza posible, pero el
que colocó los puntos sobre las íes fue Kobe. Con los ojos empañados,
abatido por culpa de un desgarro en el tendón de Aquiles que le obliga a
perderse lo que resta de temporada, ayudado de sus muletas y acompañado
por su mujer y dos hijas, y es que Kobe se enfrenta al momento más duro
de su carrera como profesional.
"Lo es de lejos", comentó. "Hemos trabajado duro para controlar nuestro
destino. He hecho un gran esfuerzo para estar preparado.
Es mala suerte.
Es terrible, es una sensación terrible. Siento tristeza, he trabajado
mucho y es decepcionante. Estoy enfadado", argumentó.
Kobe se vio obligado a retirar cuando restaban tres minutos para el
final del encuentro cuando acumulaba 34 puntos, cinco rebotes y cuatro
asistencias. El jugador volvió a estar sobre la duela la mayoría de los
minutos del encuentro, casi 45 ante
Golden State Warriors.
No bajó de los 47 minutos sobre la cancha en cuatro de los últimos seis
partidos y tan solo pudo descansar 13 minutos y 39 segundos en los seis
juegos anteriores al de este viernes. El sobre esfuerzo podría haber
sido una de las razones de la lesión en el tendón de Aquiles, aunque él
no quiso darle importancia a ese hecho.
"Quién sabe. No tiene por qué. Creo que fue mala suerte", comentó
consciente de la gravedad de la situación. "Hay jugadores que en este
punto de sus carreras tienen esta lesión y no vuelven a ser los de
antes. Ya lo estoy viendo. Me enfada mucho".
Supo desde el principio que la cosa no iba bien. Desde que sintió un
pequeño crujido en el tendón y trató de levantarse como hizo otras dos
veces durante el encuentro (rodilla izquierda y tobillo derecho), pero
ésta vez fue diferente.
"Sí, lo sabía. Estaba deseando que no fuera lo que yo pensaba que era.
Me fui deseando que la sensación no volviera, pero no hubo suerte",
señaló. "Es una sensación terrible. Sentí como un 'click'".
A medida que hablaba con los medios, Kobe seguía dándose cuenta de la
situación. Hubo un momento en que echó la cabeza abajo, la apoyó contra
las manos que sujetaban las muletas y se lamentó.
"Estaba muy cansado. Muy enfadado pensando en esto. Esto es un proceso
largo. Tengo que conseguirlo. Los niños lo están viendo y tengo que ser
un ejemplo. Lo haré, trabajaré duro".
Kobe no quiso contestar a la última pregunta. ¿Podrías ser éste el último partido que hayas jugado?
La Mamba Negra se marchó a la ducha tras una contestación categórica que
levantó las risas de los presentes y un gesto contrariado del
reportero.
"Es inapropiado que preguntes eso desde ahí abajo", apuntó.
El sábado será sometido a una resonancia magnética que determinará el alcance de la lesión.
Kobe escribió en Twitter lo siguiente: ¿Estoy acabado? ¿Es así cómo
terminará mi carrera? Me NIEGO a estos pensamientos #fuerzadevoluntad
#cuentaconretos.