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MELBOURNE
-- Stanislas Wawrinka venció por 2-6, 6-4, 6-2, 3-6 y 9-7 a Novak
Djokovic y dio la gran sorpresa de la jornada en el Abierto de
Australia. Después de 14 derrotas consecutivas a manos del serbio,
incluidas las dos últimas a cinco sets, el suizo se cobró revancha y
nada menos que en la tierra donde el N°2 del mundo llegaba como vigente
tricampeón. Además, le cortó una racha invicta de 28 partidos a nivel
ATP. Ahora, buscará su primera final de Grand Slam ante Tomas Berdych,
que más temprano superó a David Ferrer por 6-1, 6-4, 2-6 y 6-4.
Fueron
cuatro horas donde se vivió de todo: dominio repartido, puntos de gran
factura, irregularidades en momentos clave y hasta un mini
rain delay
en plena definición del quinto set. Cada imagen con el sello que ambos
jugadores le habían estampado a los propios octavos de Australia en 2013
y a la semifinal del último US Open. Pero aquí, el suizo terminó con
los brazos en alto.
Aunque de arranque difícil era
prever ese final. Wawrinka tuvo un primer set olvidable, con 16 errores
no forzados (más que en cualquier otra manga) y una sugestiva pasividad
desde la devolución, que Djokovic no dejaba pasar. Así se iba el parcial
más rápido del partido, en solo media hora de acción.
En
el segundo, el suizo despertó. Aunque necesitó caminar por la cornisa
para hacerlo. Sirviendo 0-1 y 0-30, el helvético conquistó siete puntos
en fila para gestionarse sus primeras tres chances de quiebre en el
partido. No las pudo concretar, pero el camino estaba allanado.
Enseguida
Wawrinka se encontró con otro 0-30. Pero allí es donde empezó a
aparecer en gran forma su principal aliado en instancias límite: el
saque. Dos aces lo sacaron de ese aprieto y así la igualdad se mantuvo
hasta el noveno game, donde
Stan coronó un peloteo de 26 golpes
con un impecable revés paralelo sobre la línea. Con el quiebre, sirvió
para set ante un aturdido Djokovic y pronto todo quedaba como al
principio.
Ahora quien caminaba la curva descendente
era el serbio. Otro quiebre en contra apenas iniciado el tercer set y
nula capacidad de respuesta. El suizo hacía y deshacía en ese pasaje del
partido y se ponía en ventaja ante un Djokovic cada vez más apagado.
La
reacción del campeón empezó a aparecer de manera paulatina en el cuarto
parcial. Pero cada avance sobre el servicio de Wawrinka chocaba con una
impenetrable barrera de saques ganadores (17 aces totalizaría el
ganador). Crédito para el suizo, que nunca perdió la calma tras
repetidos 0-30.
De todas formas, la perseverencia de
Nole
tendría premio. Sacando iguales en 3-4, Wawrinka se vio sorprendido por
una ajustada devolución de Djokovic y quedó break point abajo por
primera vez desde el set inicial. Fue suficiente para el serbio. Con un
grito que recorrió todo Melbourne Park, el N°2 hacía saber que estaba de
nuevo en partido. Y de inmediato llevó las cosas a un quinto set.
En
el quinto, empezó otro partido: el de las irregularidades, cierto apuro
en algunas decisiones y también una menor búsqueda de winners, producto
del cansancio y la instancia del partido. Primaban los peloteos largos y
el encuentro, aun con esos vaivenes, ganaba cada vez más en emoción.
Djokovic
pegó primero y quebró para 2-1, pero en el game siguiente combinó
cuatro errores no forzados y cedió la ventaja. El serbio volvería a
tener un break point en 2-2. Otro en 3-3. No pudo con ninguno. Y ya no
habría más chances.
De allí en más, ambos
comenzarían a ganar con sencillez sus juegos de saque. Y ni la lluvia
pasajera que detuvo la acción por cinco minutos en el décimo game
cambiaría la cerrada tendencia del final.
En 7-8 y
30-30, Wawrinka llevó a Djokovic a la red y el serbio buscó asegurar una
pelota cruzada. Pero increíblemente falló y, de pronto, se vio match
point abajo. Y un nuevo error no forzado cerraría la cuenta.
De
esta forma, Wawrinka avanza a la segunda semifinal de Grand Slam en su
carrera. Y a la segunda consecutiva. Para Djokovic, fin al mencionado
invicto de los 28 partidos (además, claro, de los 25 en Melbourne Park),
pero también a la racha de 14 semis consecutivas en torneos Major.
Asimismo, el serbio perderá 1640 puntos en el ranking, algo que estirará
todavía más la diferencia a favor de Rafael Nadal, teniendo en cuenta
que el español no defendía nada en Australia.
Berdych le ganó a Ferrer en cuatro sets y se metió en semis
En la próxima rueda, Wawrinka se verá con Berdych, que en primer
turno de los cuartos masculinos doblegó en cuatro sets a Ferrer. Con su
propuesta siempre agresiva, con disparos planos, en especial buscando
tomar la manija del encuentro con la derecha, fue el checo el que dominó
en la mayor parte y el que rió último. Así, descontó a 5-7 en los
enfrentamientos contra el español y se quedó con los dos últimos.
De
esta manera, Berdych, finalista de Wimbledon 2010, se instaló por
primera vez en su carrera en las semifinales de Australia, ya que hizo
cuartos en los tres años anteriores en el Melbourne Park. Esta vez, fue
más que el aguerrido y gran defensor Ferrer, finalista de Roland Garros
2013 y dos veces semifinalista de este certamen.
En
el duelo de estilos prevaleció el checo, quien fue el primero en lograr
un quiebre, en el segundo game del partido, para luego adelantarse 3-0.
Después logró otro rompimiento, en el sexto, y finalmente selló con
autoridad el set inicial, ante un rival que aún no había entrado bien en
ritmo y no soportaba el ida y vuelta veloz que proponía Berdych.
El
jugador checo quebró otra vez en el séptimo juego y se puso 4-3 en el
segundo capítulo. Se recuperó levemente Ferrer, al conseguir un
break
en el octavo y empató 4-4. Así el checo, tras haber ganado sus 60
primeros juegos de saque durante este torneo, lo cedió. Otro quiebre,
igualmente, le devolvió la sonrisa y en minutos se apoderó también de
ese segundo parcial.
Más sólido y afirmado en la
cancha dura, Ferrer le quebró en el sexto game del tercer set a Berdych y
se adelantó 4-2. Enseguida pudo darse el lujo de concretar otro
rompimiento y planteó, con ese set ganado, la duda general sobre si
podría recuperarse plenamente o bien regresaría la versión audaz y
precisa del poderoso checo.
Sufrió el ganador para
sostener su servicio en el cuarto game del cuarto set y, acto seguido,
le rompió a Ferrer en el quinto. Se mantuvo, pese a algunas
turbulencias, para definir la historia y lograr una victoria de esas que
merecen ser festejadas, pese a que el español no venía mostrando su
mejor forma en este torneo.