Al concluir los entrenamientos, los Rays lucían como un equipo listo para fabricar carreras, jugar una defensa estupenda y dominar con el pitcheo. Algunos aspectos de dicho pronóstico se cumplieron, mientras que por otros lados sólo hubo vistazos de lo que pudiera ser.
"Somos un mejor club en cuanto al bateo y la defensa se refiere", dijo el manager Joe Maddon. "El pitcheo abridor está comenzado a rendir como lo había hecho. Y el bullpen ha sido algo impredecible, pero general ha cumplido".
El pitcheo de Tampa Bay fue la sorpresa más grande del equipo, tanto buena como mala, en la primera mitad. David Price y el dominicano Fernando Rodney encabezan dichas sorpresas y decepciones.
Tras ganar el Premio Cy Young de la Liga Americana en el 2012, Price tuvo un lento comienzo de temporada y eventualmente cayó en la lista de incapacitados con una lesión en el tríceps derecho.
Por su parte, Rodney, quien tuvo una campaña histórica como taponero de los Rays en el 2012, comenzó la temporada malogrando varios salvamentos que hubiese conseguido con mínimo esfuerzo el año pasado.
La buena noticia para Tampa Bay es que muchas cosas que lucen positivas de cara a la segunda mitad, empezando por el regreso de Price a la rotación.
Tras ausentarse por un largo periodo, Price, quien suele tirar 200 entradas o más al año, está más descansado que de costumbre a estas alturas de la campaña. Y en las tres aperturas que ha hecho desde que regresó de la lista de lesionados, jamás ha lucido mejor. Rodney también parece estar recuperando la forma que demostró en el 2012, que se sabía desde un principio sería difícil de repetir.
En cuanto a la ofensiva se refiere, la llegada de Wil Myers debe hacer más potente el lineup de los Rays, ya que le da al equipo otro bate de poder y protección para Evan Longoria.
Matt Moore comenzó encendido, sobrevivió una mala racha leve, y se recuperó para tener la mejor primera mitad de cualquier titular de Tampa Bay y ser seleccionado al Juego de Estrellas por primera vez. Lo que debe asustar a los equipos rivales es el hecho de que Moore aún no alcanza su potencial.
Otra ventaja tiene que ver con la química de los Rays del 2013.
"Este equipo, colectivamente, ha sido uno de los grupos más unidos de los que he sido parte y uno de los más divertidos", dijo Longoria. "Y me parece que pasamos más acoplados en un nivel personal que nunca antes. Hemos tenido equipos muy buenos aquí y he tenido relaciones estrechas con muchos muchachos. Pero en general, siento que hemos hecho una gran labor en equipo y estoy emocionado por ver qué pasa en la segunda mitad.
"Pero nuestro pitcheo no ha sido tan preciso como el año pasado. Las diferencias principales entre el año pasado y este... (es que) somos mucho más consistentes al bate y a la defensa. Y una vez que podamos contar con el pitcheo como sabemos que somos capaces, puede ser una segunda mitad muy, muy divertida".
Tampa Bay ha mejorado mucho con el guante en comparación con el 2012, gracias a un cuadro interior remodelado y la presencia de Longoria en salud.
James Loney se hizo cargo de la primera base y ha sido tan bueno como cualquier otro inicialista en la historia del club. El cubano Yunel Escobar también se unió al equipo, dándole a Tampa Bay su mejor campocorto desde que Jason Bartlett defendió dicha posición por los Rays.
Mientras que el equipo ha logrado producir carreras y se ha ponchado mucho menos que en años recientes, también ha bateado para más poder que de costumbre. El regreso de Longoria al lineup ha sido de gran ayuda, pero en cuanto al poder se refiere, Tampa Bay también ha contado con Matt Joyce, Loney, Kelly Johnson y, recientemente, Luke Scott.