Veranes es uno de
los líderes de su equipo "Marianao", campeón del año pasado en su
categoría en un torneo local, y quien vino con su papá Elio al Estadio
Latinoamericano, considerado una catedral para los seguidores de este
deporte para interactuar con atletas como el jardinero de los Dodgers,
Yasiel Puig,
el toletero de los Medias Blancas, José Abreu, su excompañero Alexei
Ramírez y el cátcher de los Cardenales de San Luis, Brayan Peña.
El deporte es considerado un área de interés
nacional en Cuba y durante décadas se fomentó los campeonatos amateurs,
por lo que muchos peloteros fueron tentados a lo largo de estos años
para jugar en las Grandes Ligas, donde pueden ganar millones de dólares.
La reacción cubana era considerarlos desertores
y, en algunos casos, prohibirles por años el ingreso a la isla. Sus
nombres y éxitos en Estados Unidos se mencionaban poco, por lo que el
regreso de estos atletas a la isla es un hito en el deshielo entre ambos
países iniciaron hace un año cuando los presidentes Raúl Castro y
Barack Obama anunciaron que reanudarían relaciones diplomáticas.
Aún ahora la televisión local evita emitir los
partidos de los equipos en los que militan los desertores, pero los
aficionados se las ingenian para verlos circulando grabaciones de sus
actuaciones.
Durante el entrenamiento, los organizadores
dividieron a los pequeños, todos de entre 10 y 11 años, en cinco grupos
repartidos por el terreno, donde también se encontraban leyendas locales
como Pedro Luis Lazo, Rey Vicente Anglada, Pedro Medina o Luis Giraldo
Casanova compartiendo con los invitados de las Grandes Ligas.
Los niños fueron pasando de grupo en grupo a lo
largo de la mañana, hicieron ejercicios, movimientos, escucharon los
consejos de los astros sobre como tirar una bola o poner el brazo y
apoyar las piernas. También hubo momentos emotivos cuando se
autografiaron pelotas, se sacaron fotos o se dieron simples apretones de
manos que emocionaron a todos.
"Me siento muy contento, muy agradecido al
béisbol, por hacer que esta situación tan bonita pase. Regresar a ver a
mi familia, compartir con ellos y tener un momento lindo", dijo Peña a
la AP vestido con su camiseta de los Cardenales de San Luis. "Y muy
especialmente hoy que vamos a compartir con niños de La Habana y mañana
que vamos a compartir con los de Matanzas".
Junto a los niños, desafiando el sol tropical en el estadio, estuvieron presentes los estelares jugadores estadounidenses
Clayton Kershaw y
Jon Jay, así como el dominicano
Nelson Cruz.
"Nosotros vamos a dar lo mejor en esta visita y
agradecer las oportunidad que nos dieron y las otras cosas se las
dejamos a Dios y al destino", comentó por su parte Puig, quien
protagonizó una espectacular salida ilegal de la isla en 2012.
La visita de las Grandes Ligas y su
acercamiento a la Federación de Béisbol Cubano abre también la
posibilidad de futuras contrataciones, dijeron los ejecutivos de la
organización que están optimistas en sellar acuerdos para el próximo
año.
"Todos nos damos cuenta de la pasión que el
béisbol genera en este país", comentó a periodistas Joe Torre, ex
manager de los Yanquis y ahora funcionario de Grandes Ligas. "Hay
algunos obstáculos para negociar, no hay duda, y espero que este viaje
de buena voluntad que las conversaciones funcionan mejor".
En las gradas había un aire de fiesta, con la
congregación de varios cientos de personas, sobre todo aficionados,
directivos de deporte y familiares de los niños.
Grupos de madres daban aplausos y vítores a sus hijos y tocaban cornetas mientras los jovencitos hacían sus ejercicios.
"Cualquiera de estos niños puede ser igual que
ellos (las estrellas de Grandes Ligas), porque comenzaron en estas
categorías. Es emocionante", comentó a la AP, Leonar Lacosta, de 26 años
y entrenador del equipo "Marianao", donde juega el niño Veranes.