Aunque lejos de convencer que merecen ser mencionados en la misma oración que el Dream Team de Barcelona 1992, la versión actual de Team USA dejó claro que el baloncesto sigue siendo el deporte rey para los estadounidenses a nivel olímpico.
El triunfo 107-100 sobre España en la revancha de la final de Beijing 2008 le permitió a Estados Unidos repetir el oro y conquistar su 14ta medalla dorada en 17 intentos, dejando más en el pasado el desastre de Atenas 2004. La actuación de los ganadores fue ejemplar a través del torneo, ganando de manera invicta por un margen de 32,1 puntos por juego para estirar su racha ganadora internacional a 50 partidos, incluyendo sus pasados 17 en olimpiadas.
Los españoles, como se esperaba, fueron un digno rival final para Team USA, utilizando su movimiento de balón y la altura de Pau Gasol (24 puntos, ocho rebotes, siete asistencias) en la pintura para mantener incómodo al favorito a través de la mayoría del partido, superándolos en porciento de canastas (49,3% a 48,6%) y asistencias (22 a 7). Sin embargo, el ataque del área de tres puntos de los estadounidense probó ser demasiado una vez más, con el alero Kevin Durant llevando la voz cantante con su descomunal ofensiva.
Aunque no tiró tan bien como en pasadas actuaciones en el torneo, Durant (30 puntos, 9 rebotes) lideró a los francotiradores de Estados Unidos con 5 tripletas (de las 15 que colaron como equipo) que los mantuvo al frente en la pizarra, antes de que canastos tardes de LeBron James (19 puntos, siete rebotes), Chris Paul (11 puntos) y Kobe Bryant (17) sellaran la diferencia en la entretenida final.
Mike Krzyzewski y su grupo de coaches reconoció de un principio que la falta de presencia en la pintura sería el talón de Aquiles de los estadounidenses, y que dependía del juego atlético y explosivo de sus versátiles canasteros de perímetro para competir y ganar. El grupo respondió en grande con un total de 129 canastos de tres puntos en el torneo -promediando 26 tripletas por desafío- para ser su principal arma ofensiva; Durant estableció una marca individual con 34 cestas del área de tres, seguido de Carmelo Anthony con 23.
James, por su parte, demostró en Londres que es el mejor y más completo baloncelista en el mundo, coronando un año de ensueño que lo vio ganar todo a nivel individual y colectivo, local e internacional. Con dos oros olímpicos en su resumé, es probable que hayamos visto su último juego con Team USA, cerrando exitosamente un ciclo de ocho años que comenzó en su punto más bajo en Atenas.
Ese decepcionante bronce en el 2004 llevó a Team USA a alterar su plan de ataque; ocho años más tarde, no cabe duda de que funcionó. Gracias al ejemplar compromiso del cuerpo técnico más jugadores como James, Bryant, Anthony y Paul, entre otros, Estados Unidos se encuentra firme en el tope del deporte que ha dominado como dueño y señor desde su debut en el 1936.
Y aunque no están al nivel del original, Dream Team VI hizo más que entretener y repetir; cerró con broche de oro una era que redimió y sentó las pautas para un futuro dorado en Team USA.
Los españoles, como se esperaba, fueron un digno rival final para Team USA, utilizando su movimiento de balón y la altura de Pau Gasol (24 puntos, ocho rebotes, siete asistencias) en la pintura para mantener incómodo al favorito a través de la mayoría del partido, superándolos en porciento de canastas (49,3% a 48,6%) y asistencias (22 a 7). Sin embargo, el ataque del área de tres puntos de los estadounidense probó ser demasiado una vez más, con el alero Kevin Durant llevando la voz cantante con su descomunal ofensiva.
Aunque no tiró tan bien como en pasadas actuaciones en el torneo, Durant (30 puntos, 9 rebotes) lideró a los francotiradores de Estados Unidos con 5 tripletas (de las 15 que colaron como equipo) que los mantuvo al frente en la pizarra, antes de que canastos tardes de LeBron James (19 puntos, siete rebotes), Chris Paul (11 puntos) y Kobe Bryant (17) sellaran la diferencia en la entretenida final.
Mike Krzyzewski y su grupo de coaches reconoció de un principio que la falta de presencia en la pintura sería el talón de Aquiles de los estadounidenses, y que dependía del juego atlético y explosivo de sus versátiles canasteros de perímetro para competir y ganar. El grupo respondió en grande con un total de 129 canastos de tres puntos en el torneo -promediando 26 tripletas por desafío- para ser su principal arma ofensiva; Durant estableció una marca individual con 34 cestas del área de tres, seguido de Carmelo Anthony con 23.
James, por su parte, demostró en Londres que es el mejor y más completo baloncelista en el mundo, coronando un año de ensueño que lo vio ganar todo a nivel individual y colectivo, local e internacional. Con dos oros olímpicos en su resumé, es probable que hayamos visto su último juego con Team USA, cerrando exitosamente un ciclo de ocho años que comenzó en su punto más bajo en Atenas.
Ese decepcionante bronce en el 2004 llevó a Team USA a alterar su plan de ataque; ocho años más tarde, no cabe duda de que funcionó. Gracias al ejemplar compromiso del cuerpo técnico más jugadores como James, Bryant, Anthony y Paul, entre otros, Estados Unidos se encuentra firme en el tope del deporte que ha dominado como dueño y señor desde su debut en el 1936.
Y aunque no están al nivel del original, Dream Team VI hizo más que entretener y repetir; cerró con broche de oro una era que redimió y sentó las pautas para un futuro dorado en Team USA.