Luguelín Santos no subió al podium el pasado sábado en la Liga Diamante
en los 400 metros planos, pero en menos de 24 horas y a miles de
kilómetros ya estaba concluyendo una carrera más trascendente: graduado
de bachiller.
Santos conquistó una prueba mayor al sumar otro logro a su vida profesional, tras concluir con éxito sus estudios secundarios en la Escuela San Germán Interamericana en Puerto Rico.
Luciendo la toga y birrete, fuera del escenario deportivo y sin la vestimenta que acostumbra usar en sus competencias, el velocista dominicano recibió los honores de su más reciente éxito en su trayectoria junto a sus compañeros de estudios en esa nación.
“Es un gran paso en mi vida, los estudios son algo muy importante”, dijo el más joven ganador de la medalla de plata en su modalidad en la historia de unos Juegos Olímpicos a este redactor desde la tierra, donde ha asentado residencia.
Ese mismo día, luego de quedarse con el cuarto lugar con un tiempo de 45.33 segundos, durante el Prefontaine Classic celebrado en Oregón de Estados Unidos, abordó un avión que lo llevó hacia la Isla del Encanto para estar presente en su investidura.
Su historia en ese país, inicia en el 2011 cuando se traslada a San Germán a terminar la “high school”, de la mano de su entrenador, José Ludwing Rubio, después de alcanzar el segundo nivel en el Liceo Unión Panamericano en Santo Domingo.
Ahora le falta decidir que estudiará en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, pues ya tiene las profesiones que prefiere cursar.
Santos conquistó una prueba mayor al sumar otro logro a su vida profesional, tras concluir con éxito sus estudios secundarios en la Escuela San Germán Interamericana en Puerto Rico.
Luciendo la toga y birrete, fuera del escenario deportivo y sin la vestimenta que acostumbra usar en sus competencias, el velocista dominicano recibió los honores de su más reciente éxito en su trayectoria junto a sus compañeros de estudios en esa nación.
“Es un gran paso en mi vida, los estudios son algo muy importante”, dijo el más joven ganador de la medalla de plata en su modalidad en la historia de unos Juegos Olímpicos a este redactor desde la tierra, donde ha asentado residencia.
Ese mismo día, luego de quedarse con el cuarto lugar con un tiempo de 45.33 segundos, durante el Prefontaine Classic celebrado en Oregón de Estados Unidos, abordó un avión que lo llevó hacia la Isla del Encanto para estar presente en su investidura.
Su historia en ese país, inicia en el 2011 cuando se traslada a San Germán a terminar la “high school”, de la mano de su entrenador, José Ludwing Rubio, después de alcanzar el segundo nivel en el Liceo Unión Panamericano en Santo Domingo.
Ahora le falta decidir que estudiará en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, pues ya tiene las profesiones que prefiere cursar.
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