El panameño planea volver al lugar mismo donde hace un año se lesionó el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Los Yanquis de Nueva York visitan el fin de semana a Kansas City.
La pierna del cerrador de Nueva York se atoró en el prado de Kansas City en mayo del año pasado y su rodilla se torció. Pegó contra la valla y luego cayó al suelo, quejándose de dolor.
Pero mientras era sacado del terreno de juego, Rivera sonrió y saludó a la multitud. Dijo que lo hizo simplemente porque no quería que el público lo recordara haciendo muecas de dolor, en caso de que no pudiera volver.
"Digo, ¿qué otra cosa vas a hacer además de llorar", dijo Rivera, de 43 años, quien recibió un cheque de parte de los Rockies para su fundación benéfica antes del partido. "Sólo quiero asegurarme de que la gente no me vea derrumbándome de esa manera, que no tenga eso en mente. Eso sería lo último que vieran de Mariano. No quería que así fuera".
En lugar de eso, están viendo a un Rivera excelso, que ha conseguido el rescate en las 11 oportunidades que ha tenido en esta temporada y que acumula 619 en su carrera, el récord histórico en Grandes Ligas.
"Es un nuevo año, con nuevas experiencias", dijo Rivera. "Estoy en buena condición... cuando estemos en el jardín... vamos a reírnos de algunas cosas. Nos acordaremos de eso. Te lo garantizo".
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