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jueves, 9 de mayo de 2013

Hiroki Kuroda y Andy Pettitte hablan del pelotazo a J.A. Happ


NUEVA YORK -- Si hay dos lanzadores que tienen una idea clara de lo sufrido por el lanzador de los Azulejos de Toronto J.A. Happ, esos son Hiroki Kuroda y Andy Pettitte de los Yankees de Nueva York.
Happ fue la mĆ”s reciente vĆ­ctima de un batazo en Grandes Ligas tras haber sido golpeado en el lado izquierdo de la cabeza por una lĆ­nea de Desmond Jennings de los Rays de Tampa Bay. El pitcher de 38 aƱos de edad fue dado de alta tras pasar una noche en el hospital, siendo diagnosticado con una fuerte contusiĆ³n en la cabeza y una laceraciĆ³n en la oreja izquierda. En 2009, el serpentinero japonĆ©s Kuroda, en aquel entonces en su segunda de cuatro campaƱas con los Dodgers de Los Ɓngeles, similar a Happ, fue sacado del terreno en camilla tras desplomarse sobre el montĆ­culo luego de ser golpeado en la cabeza por una lĆ­nea del emergente Rusty Ryal de los Diamondbacks de Arizona. "Supe del golpe a Happ, pero no habĆ­a visto el incidente hasta que estuve en el gimnasio esta maƱana", dijo Kuroda a ESPNDeportes.com en el clubhouse en Coors Field el dĆ­a despuĆ©s de haber perdido un cerrado partido ante los Rockies. "A mĆ­ tambiĆ©n me pegaron con una lĆ­nea en la cabeza, pero he tratado de olvidar el incidente. Mirando atrĆ”s, especialmente en las primeras salidas que tuve de regreso sentĆ­ un nivel de miedo. El dolor fue fuerte, pero la parte mĆ”s difĆ­cil es sin duda la mental", aƱadiĆ³ Kuroda. El as japonĆ©s, quien cuenta con una foja de 4-2, empatado con CC Sabathia para el mejor record de los Yankees, aƱadiĆ³ que una lesiĆ³n tan severa siempre impactarĆ” su vida, aunque es claro que es parte de los gajes del oficio de ser un lanzador de Grandes Ligas. "Incluso hoy en dĆ­a cuando estoy en el campo atrapando bolas durante la prĆ”ctica de bateo y no estoy pendiente tengo ese grado de preocupaciĆ³n que me podrĆ­a pegar un bolazo en la cabeza, asĆ­ que trato de mantenerme siempre alerta". Kuroda aƱadiĆ³ que aunque los lanzadores se colocan dĆ­a a dĆ­a en una posiciĆ³n que podrĆ­a poner en riesgo su vida, no hay una opciĆ³n real que sirva como protecciĆ³n ante el peligro de una lĆ­nea, aunque aƱadiĆ³ en tono de broma que "quizĆ”s les podemos pedir a los peloteros que no usen sus bates". "Desdichadamente es parte del juego y no hay una verdadera soluciĆ³n", aƱadiĆ³ su compaƱero de equipo Pettite. "No podemos lanzar llevando una mĆ”scara o un casco como los jugadores de fĆŗtbol americano, sĆ© que se estĆ”n intentando de inventar una serie de gorras con un tipo de almohadilla que ofrezca un poco de protecciĆ³n, pero no sĆ© cuĆ”n efectivas podrĆ­an ser". En apenas la tercera de sus 17 temporadas en Grandes Ligas, en 1997, Pettitte recibiĆ³ tremendo batazo en la nariz nada menos que de Cal Ripken Jr., el cual derribĆ³ sobre la lomita al espigado zurdo. "Tuve suerte que cuando bateĆ³ Ripken la bola me rozĆ³ un poco la mano antes de pegarme directamente en la nariz y tumbarme, ni me imagino lo que hubiera sucedido si me hubiera pegado con toda la fuerza que venĆ­a, directamente en la cara". Pettitte, ahora con 40 aƱos de edad, agregĆ³ que tras esa experiencia pasĆ³ mucho tiempo con alto un grado de nerviosismo cada vez que subĆ­a al montĆ­culo, lo cual afectĆ³ su confianza y ritmo de lanzamientos. "El resto de la temporada me estremecĆ­a cada vez que veĆ­a un batazo venir hacia mĆ­ y me cubrĆ­a la cara con el guante, pero con el tiempo todo mejorĆ³. Ahora no tengo los mismos reflejos que cuando era joven asĆ­ que es muy importante mantenerme alerta, en especial cuando trato de lanzarle afuera a un bateador derecho, esos son los lanzamientos que suelen venir directo hacia ti", aƱadiĆ³ Pettitte, quien se perdiĆ³ gran parte de la campaƱa 2012 por una fractura en el tobillo izquierdo, irĆ³nicamente tras ser golpeado por una lĆ­nea del zurdo Casey Kotchman. La lesiĆ³n de Happ en definitiva ha reanudado el tema de buscar alternativas para proteger a los pitchers, entre ellas gorras recubiertas de materiales protectores como kevlar e interrogantes sobre si las autoridades de Major League Baseball estĆ”n haciendo lo suficiente para tomar medidas al respecto. Mariano Rivera, quien nunca ha recibido un golpe en la cabeza, pero segĆŗn su propia estimaciĆ³n ha sido lastimado por muchos pelotazos en sus 19 aƱos de carrera profesional, urgiĆ³ a MLB a buscar algĆŗn tipo de opciĆ³n para salvaguardar a los lanzadores. "No podemos usar un casco, serĆ­a imposible lanzar de esa manera. PodrĆ­amos llamarlo parte del juego, porque viene pasando desde la historia del bĆ©isbol... pero quizĆ”s podrĆ­amos usar una gorra con alguna protecciĆ³n... al fin y al cabo deberĆ­amos buscar algo para proteger al pitcher, porque estamos completamente indefensos".

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