SCOTTSDALE, Arizona -- Carlos González se llenó de fama y fortuna hace un año. Ahora quiere volver a encontrar la diversión.
El jardinero venezolano de los Rockies de Colorado era una despreocupada estrella en ascenso en 2010, lleno de brío y vigor. Coqueteó con la triple corona en su primera temporada completa en las mayores, ganó un bate de plata y un guante de oro, además de ser el campeón de bateo de la Liga Nacional con apenas 25 años.
Eso hizo que los Rockies le dieran un contrato por siete años y 80 millones de dólares, el más lucrativo en la historia para un pelotero que estaba en su segundo año en Grandes Ligas.
El dinero y su estelar campaña lo convirtieron en toda una celebridad en Venezuela, donde todos querían tenerlo cerca.
González admite que estaba tan ocupado siendo famoso que no se preparó adecuadamente para la temporada de 2011, y sus cifras le dan la razón.
"No estaba listo", reconoció el toletero. "Fue una gran diferencia comparado con 2010. Fue difícil hacer cualquier cosa, entrenarme y ejercitarme sin tanta atención y (la prensa) siempre haciéndome preguntas. Este invierno fue mucho más fácil ser normal".
"No extraño esa locura".
González llegó a la pretemporada del año pasado con unos cuantos kilos de más y mayores expectativas, dos factores que se confabularon en su contra.
"Hice muchas cosas en un año. Conseguí un contrato, en un año tuve todo", relató el jardinero izquierdo. "Tienes que estar listo todos los días para cumplir con esas expectativas, y es difícil decir que no me afectó. Quieres conseguir dos hits en cada turno".
Luego de batear apenas .228 con apenas cinco hits de extrabase en abril, González se recuperó el resto de la temporada y cerró 2011 con promedio de .295, 26 cuadrangulares y 92 impulsadas. Pero también se lastimó la muñeca derecha en varios choques con el muro del jardín, y se perdió 33 partidos por lesiones.
Los Rockies tuvieron marca de 10-23 en su ausencia y cerraron el año con récord de 73-89, tras comenzar el año con la mira puesta en los playoffs.
"Batallé todo el año, porque después que choqué con el muro la primera vez, nunca volví a ser el mismo", recordó González. "Ahora mismo me siento fabuloso".
La muñeca está sana y ya no tiene trabas mentales.
Ahora intenta controlar su juego agresivo para mantenerse saludable y jugar la mayor cantidad posible de partidos.
González siempre se ha enorgullecido de su versatilidad, al poder jugar en las tres posiciones en los jardines, pero los Rockies quieren mantenerlo en el izquierdo esta temporada.
"¿Sabes qué me ayudaría? Si Dexter Fowler juega 162 partidos en el central", señaló el venezolano.
Ese es el plan del equipo, y Michael Cuddyer tiene previsto ser el jardinero derecho titular.
"Me encantaría permanecer en una sola posición", dijo González.
González reconoce que tiene que controlarse a la hora de zambullirse en el jardín o chocar con el muro para tratar de atrapar batazos. A veces, no vale la pena el riesgo.
"Quiero bajar las revoluciones", indicó. "Pero es parte de mi forma de jugar. Por supuesto que quiero ser más cuidadoso en los muros, y eso no va a evitar que me tire al muro para buscar un batazo si el partido está empatado. Pero eso es lo que quiero hacer este año: no quiero ir por un batazo al muro si el partido está fuera de alcance, como ese contra Kansas City en el que perdíamos como por cinco carreras y me lastimé la muñeca".
"Creo que siempre tendré que recordarme a mi mismo cuál es el marcador. Si estamos cerca, voy por la pelota. Si no, entonces la dejaré pasar", agregó. "Es más fácil ver una pelota caer (de hit) que estar en la banca por dos, tres semanas".
González y sus compañeros saben que si se mantiene en la alineación, los Rockies tendrán mejores posibilidades de competir por el título de la División Oeste de la Liga Nacional.
"Tengo que estar ahí todos los días, todo el año. Sé que si juego más de 150 partidos voy a poder ayudar al equipo y hacer cosas especiales", sentenció.
Y el guardabosque quiere repetir su campaña de 2010, la que lo catapultó al estrellato y a su gran contrato.
"Fue (un año) fabuloso porque venía de jugar los playoffs y mi confianza estaba alta y cuando acabaron los playoffs, sólo quería seguir jugando. Me fui a casa y me preparé para los campos de entrenamiento, y tuve una pretemporada increíble y mi confianza fue la misma, incluso mayor", apuntó González.
"Por eso arranqué bien el año y nunca dejé de batear. Y luego después de la temporada de 2010, volví a Venezuela, y todos me hacían preguntas y querían estar conmigo todo el tiempo y me olvidé de lo que tenía que hacer. Empecé mal la temporada y fue difícil volver a ese nivel, y finalmente lo conseguí".
Eso hizo que los Rockies le dieran un contrato por siete años y 80 millones de dólares, el más lucrativo en la historia para un pelotero que estaba en su segundo año en Grandes Ligas.
El dinero y su estelar campaña lo convirtieron en toda una celebridad en Venezuela, donde todos querían tenerlo cerca.
González admite que estaba tan ocupado siendo famoso que no se preparó adecuadamente para la temporada de 2011, y sus cifras le dan la razón.
"No estaba listo", reconoció el toletero. "Fue una gran diferencia comparado con 2010. Fue difícil hacer cualquier cosa, entrenarme y ejercitarme sin tanta atención y (la prensa) siempre haciéndome preguntas. Este invierno fue mucho más fácil ser normal".
"No extraño esa locura".
González llegó a la pretemporada del año pasado con unos cuantos kilos de más y mayores expectativas, dos factores que se confabularon en su contra.
"Hice muchas cosas en un año. Conseguí un contrato, en un año tuve todo", relató el jardinero izquierdo. "Tienes que estar listo todos los días para cumplir con esas expectativas, y es difícil decir que no me afectó. Quieres conseguir dos hits en cada turno".
Luego de batear apenas .228 con apenas cinco hits de extrabase en abril, González se recuperó el resto de la temporada y cerró 2011 con promedio de .295, 26 cuadrangulares y 92 impulsadas. Pero también se lastimó la muñeca derecha en varios choques con el muro del jardín, y se perdió 33 partidos por lesiones.
Los Rockies tuvieron marca de 10-23 en su ausencia y cerraron el año con récord de 73-89, tras comenzar el año con la mira puesta en los playoffs.
"Batallé todo el año, porque después que choqué con el muro la primera vez, nunca volví a ser el mismo", recordó González. "Ahora mismo me siento fabuloso".
La muñeca está sana y ya no tiene trabas mentales.
Ahora intenta controlar su juego agresivo para mantenerse saludable y jugar la mayor cantidad posible de partidos.
González siempre se ha enorgullecido de su versatilidad, al poder jugar en las tres posiciones en los jardines, pero los Rockies quieren mantenerlo en el izquierdo esta temporada.
"¿Sabes qué me ayudaría? Si Dexter Fowler juega 162 partidos en el central", señaló el venezolano.
Ese es el plan del equipo, y Michael Cuddyer tiene previsto ser el jardinero derecho titular.
"Me encantaría permanecer en una sola posición", dijo González.
González reconoce que tiene que controlarse a la hora de zambullirse en el jardín o chocar con el muro para tratar de atrapar batazos. A veces, no vale la pena el riesgo.
"Quiero bajar las revoluciones", indicó. "Pero es parte de mi forma de jugar. Por supuesto que quiero ser más cuidadoso en los muros, y eso no va a evitar que me tire al muro para buscar un batazo si el partido está empatado. Pero eso es lo que quiero hacer este año: no quiero ir por un batazo al muro si el partido está fuera de alcance, como ese contra Kansas City en el que perdíamos como por cinco carreras y me lastimé la muñeca".
"Creo que siempre tendré que recordarme a mi mismo cuál es el marcador. Si estamos cerca, voy por la pelota. Si no, entonces la dejaré pasar", agregó. "Es más fácil ver una pelota caer (de hit) que estar en la banca por dos, tres semanas".
González y sus compañeros saben que si se mantiene en la alineación, los Rockies tendrán mejores posibilidades de competir por el título de la División Oeste de la Liga Nacional.
"Tengo que estar ahí todos los días, todo el año. Sé que si juego más de 150 partidos voy a poder ayudar al equipo y hacer cosas especiales", sentenció.
Y el guardabosque quiere repetir su campaña de 2010, la que lo catapultó al estrellato y a su gran contrato.
"Fue (un año) fabuloso porque venía de jugar los playoffs y mi confianza estaba alta y cuando acabaron los playoffs, sólo quería seguir jugando. Me fui a casa y me preparé para los campos de entrenamiento, y tuve una pretemporada increíble y mi confianza fue la misma, incluso mayor", apuntó González.
"Por eso arranqué bien el año y nunca dejé de batear. Y luego después de la temporada de 2010, volví a Venezuela, y todos me hacían preguntas y querían estar conmigo todo el tiempo y me olvidé de lo que tenía que hacer. Empecé mal la temporada y fue difícil volver a ese nivel, y finalmente lo conseguí".
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