"Me siento bendecido de que confíen en mí", dijo el dominicano el miércoles.
Suspendido por Grandes Ligas en 2009 y 2011 por sustancias para mejorar el rendimiento, Ramírez fue contratado el verano pasado por el presidente de operaciones de los Cachorros, Theo Epstein, como jugador y coach de la sucursal Triple-A en Iowa. Epstein fue jefe de Ramírez durante la época de ambos en Boston.
Ramírez, 14to en la tabla histórica de jonroneros históricos con 555, dijo que le enseñará a los jugadores "lo bueno y malo" de su carrera. Compartió esas mismas experiencias con jugadores de las menores el año pasado.
"Uno le dice a estos jóvenes, `No haces esto ni aquello. Eso trae consecuencias'. Eso fue lo que hice", comentó.
Seleccionado 12 veces al Juego de Estrellas, el dominicano de 42 años viene de jugar pelota invernal en su país natal con las Águilas Cibaeñas, donde bateó para .409 con seis jonrones y 28 carreras remolcadas en 147 turnos al bate. La última vez que jugó en Grandes Ligas fue durante la primera semana de la temporada 2011.
Ramírez dijo no tener intención de dirigir o intentar jugar nuevamente, y está más preocupado por el desarrollo de jóvenes toleteros como Kris Bryant y el puertorriqueño Javier Báez.
"Estoy contento siendo parte de eso", dijo Ramírez. "No hay límite. Seguiré trabajando duro para pasarles mis conocimientos".
Y mientras Ramírez trabaja con los Cachorros, el ex estrella del equipo, Sammy Sosa, no ha regresado como entrenador.
"Se trata del equipo de este año, no de Sammy Sosa", dijo el dueño de los Cachorros, Tom Ricketts. "Siempre he dicho que Sammy fue un gran pelotero. A pesar de todo lo demás, fue un gran jugador. En esto momento, no hay nada nuevo que reportar".
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