Tras un arranque parejo y sin instancias de quiebre, las cosas empezaron a cambiar en el noveno game. Sirviendo 4-4, Djokovic quedó break point abajo, aunque Federer no pudo aprovechar su primera oportunidad en el juego. De inmediato, encima, fue el suizo quien debió lidiar con un 15-40 que además representaba dos puntos para set a favor del serbio.
Lejos de ceder a la tensión del contexto, ese pasaje del juego ofreció algunos de los puntos más destacados del partido, con Djokovic luciéndose en defensa y Federer castigando con todas sus variantes en ofensiva. Así, el suizo prevaleció y salió airoso de ese enredo, dejando el marcador en 5-5 y anticipando un potencial tiebreak.
Lo cierto es que en esa chance fallida comenzó el fin para Djokovic. En el game siguiente, el serbio estuvo 40-0 pero hilvanó errores y malas decisiones, dejando venir a un Federer que no perdonó. Cinco puntos después, era el suizo el que quebraba. Y en cuestión de minutos el primer set quedaba de su lado.
Y la definición será 100% suiza, porque, en el otro duelo de la jornada, Wawrinka mostró todo su potencial ante un pasivo Ferrer, que no pudo refrendar lo hecho ante Rafael Nadal en cuartos y se fue en sets corridos. El vigente campeón de Australia tuvo un arranque letal, con dos quiebres consecutivos y ventaja de 5-0, para llevarse ese primer parcial por 6-1. 16 tiros ganadores sumó el helvético en ese rato. ¿Ferrer? Uno solo.
En el segundo set hubo un trámite mucho más parejo, aunque las riendas del encuentro las siguió llevando Wawrinka. Para bien y para mal. El suizo fue agresivo en todo momento, asumiendo los riesgos del caso (terminó con 31 winners, pero también 40 errores no forzados, contra 8 y 12 de su rival) y buscando desestabilizar a un Ferrer que se paraba dos pasos detrás de la línea de fondo.
Sin chances de quiebre en todo el parcial, pero tampoco sufriendo con su propio servicio, Wawrinka aceleró en el tiebreak con una racha inicial de 4-0 y en el primer match point con su saque selló su clasificación a una nueva final de Masters 1000 sobre polvo de ladrillo (Roma 2008 y Madrid 2013, las otras). Ahora buscará llenar ese casillero en su cosecha de títulos, que en enero ya rompió el cero a nivel de Grand Slams
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