Una vez que Martínez se reporte a los campos de entrenamiento en unas semanas y desempaque su utilería, dicha urgencia se convertirá en su enfoque principal. Y ese comportamiento relajado que mostró en el TigerFest dará paso a la intensidad y enfoque al que Víctor nos tiene acostumbrado en el terreno de juego.
Durante el evento el fin de semana, el toletero venezolano habló acerca de batear detrás de su compatriota Miguel Cabrera como 4to en el orden, el nuevo "look" del equipo, la contratación de un ex receptor y oponente como el nuevo manager y las oportunidades que tendrá de atrapar detrás del plato esta temporada venidera.
Mientras tanto, el reloj avanza en su cabeza. Martínez cumplió 35 años de edad hace un mes, y entra en su último año de contrato en un equipo que enfrenta varias decisiones contractuales. Si Martínez va a ganar una Serie Mundial, esta pudiera ser su última oportunidad de lograrlo.
Martínez tiene una meta bien simple. Quiere ganar.
"Cuando eres tan competitivo, tu único deseo es ganar", recalcó. "Nunca he tenido la oportunidad de ganar un anillo, ni siquiera en ligas menores. Para eso estoy trabajando. Quiero un anillo".
Si Martínez va a ganar un anillo, tendrá que echarse la gran responsabilidad sobre sus hombros una vez más.
Cuando Martínez firmó un contrato de cuatro años con Detroit después de la campaña del 2010, se convirtió en el bate protector de Cabrera en el lineup felino. Produjo 103 carreras bateando detrás de Cabrera en la alineación en 2011, a pesar de conectar apenas 12 cuadrangulares. Con un promedio de bateo de .330 y 40 dobles, tuvo a Cabrera entre los líderes de la liga en corrido de primera a tercera base después de un sencillo.
No fue la falta de producción lo que removió a Martínez de ese puesto a favor de Prince Fielder. Fue le devastadora lesión que le hizo perderse la temporada entera en enero del 2012, la misma que obligó a los Tigres a firmar a Fielder. Ahora que Fielder ya no está, Martínez probablemente regresará para volver a probar suerte como 4to tolete. El venezolano no está haciendo gran cosa de la situación, en gran parte debido a que le fue muy bien ahí hace tres años.
Martínez no puede producir un factor de intimidación para mantener a los pitchers honestos con Cabrera. No puede hacer mucho para persuadir a los lanzadores de otorgarle el pasaporte al actual campeón de bateo de la Liga Americana. Todo lo que puede hacer es tratar de batear.
"No importa a quién pongas detrás de Miggy. Simplemente no importa", destacó. "Al final, le darán la base por bolas cuando necesiten dársela. Lo caminaron con Prince bateando detrás de él en varias ocasiones.
"Él es su propia protección. Es el mejor bateador del béisbol ahora mismo. Realmente no me preocupo ahora mismo por tratar de protegerlo. Realmente no me preocupo por tratar de proteger a Miggy o a cualquier otro bateador. Sólo tengo que pararme a batear y hacer mi trabajo. Eso es todo. Lo he estado haciendo durante toda mi carrera y no creo que deba poner presión extra sobre mí a estas alturas. Me paro en el plato, no importa si hay o no corredores en base, y trato de convertirme en un out difícil".
De esa manera es como Martínez cumplió su cometido en 2011. Tuvo promedio de .394 (de 155-61) con corredores en posición de anotar ese año, en el que produjo 87 carreras a pesar de dar sólo cinco palos de vuelta entera. Con corredores a bordo en cualquier almohadilla, bateó para .404 (de 270-109). Con corredor en la inicial y menos de dos outs, su porcentaje fue de .450 (de 129-58). Con corredor en la antesala y dos outs, una situación en la que muchos oponentes prefieren otorgarle la base por bolas a Cabrera, Martínez bateó para .571 (de 28-16).
Todas esas estadísticas disminuyeron considerablemente el año pasado, cuando Martínez regresó de la operación en su rodilla y bateó como 5to en el orden detrás de Fielder y por delante del dominicano Jhonny Peralta. Esos números reflejaron tanto un inicio miserable (.258 de promedio, .693 de OPS antes del receso por el Juego de Estrellas) como un cierre fantástico (.361, .913 después del receso) ofensivamente hablando.
Estas últimas estadísticas le brindan algo de esperanza de cara al 2014. Y más importante aún, su salud no ha sido obstáculo hasta ahora.
"Definitivamente es mucho mejor", manifestó Martínez acerca de su receso de temporada. "Ahora mismo, sé que estoy listo para jugar. Podría comenzar a jugar mañana mismo. El año pasado todo era incierto. Me estaba preparando. A esta altura el año pasado, apenas comenzaba a correr las bases".
Entre más cerca esté Martínez de lograr esos números de la segunda mitad, mejor oportunidad tendrá la ofensiva de los Tigres de producir carreras sin contar con el poder extra que aportaba Fielder.
La oportunidad de ganar en Detroit es lo que mueve a Martínez ahora mismo, igual como lo hizo en años anteriores. Una vez que Martínez se reporte a los campos de entrenamiento, la intensidad y el enfoque ocuparán su mente una vez más.
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