31 años, 247 días. Serena Williams lo disfrutó
tanto como a los 20. La estadounidense volvió a pisar bien fuerte en
Roland Garros y se convirtió el sábado en la jugadora más veterana en
ganar el Abierto Francés, pero la N°1 dejó en claro que todavía quiere
más.
“La edad es solo un número. Nunca me he sentido tan en forma. Me quiero retirar en el pico de mi carrera. ¿Estoy ahí ya?”, sonrió la flamante campeona en conferencia, ganadora ahora de 16 títulos de Grand Slam.
“Hace once años no podía creer que hubiera ganado Roland Garros.
Era muy joven y fue una gran sorpresa para mí. En aquel momento nunca pensé que seguiría jugando hasta hoy. Pero aquí estoy”, enmarcó.
“Haber ganado este torneo es muy especial. Es el único donde no lo había hecho más de una vez.
Ahora tengo múltiples títulos en todos los Majors, tanto en singles como en dobles...es muy gratificante”.
Una de las claves de su victoriosa final fue su implacable servicio en un partido en el que sacó a 173 kilómetros por hora de promedio, colocó 10 aces y llegó a lanzar un misil a 200 kilómetros por hora.
“Crecí con Venus, que saca muy bien. Yo también quería servir así...”, apuntó la menor de las Williams. Su hermana fue precisamente quien la sufrió en 2002.
Esta vez, la que no pudo hacer nada fue Maria Sharapova. Once años después, Serena volvió a ser la reina de París.
“La edad es solo un número. Nunca me he sentido tan en forma. Me quiero retirar en el pico de mi carrera. ¿Estoy ahí ya?”, sonrió la flamante campeona en conferencia, ganadora ahora de 16 títulos de Grand Slam.
“Hace once años no podía creer que hubiera ganado Roland Garros.
Era muy joven y fue una gran sorpresa para mí. En aquel momento nunca pensé que seguiría jugando hasta hoy. Pero aquí estoy”, enmarcó.
“Haber ganado este torneo es muy especial. Es el único donde no lo había hecho más de una vez.
Ahora tengo múltiples títulos en todos los Majors, tanto en singles como en dobles...es muy gratificante”.
Una de las claves de su victoriosa final fue su implacable servicio en un partido en el que sacó a 173 kilómetros por hora de promedio, colocó 10 aces y llegó a lanzar un misil a 200 kilómetros por hora.
“Crecí con Venus, que saca muy bien. Yo también quería servir así...”, apuntó la menor de las Williams. Su hermana fue precisamente quien la sufrió en 2002.
Esta vez, la que no pudo hacer nada fue Maria Sharapova. Once años después, Serena volvió a ser la reina de París.
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