Como es natural, existe el relevo generacional en cada oficio y el puesto de manager en la Gran Carpa no es la excepción. Jim Leyland, capataz de los Tigres de Detroit, es de los últimos de su generación de estrategas.
A sus 68 años de edad, Leyland sigue cosechando éxitos en la Ciudad Automotriz, con aspiraciones de un título de Serie Mundial este mes.
"Soy lo suficientemente inteligente como para saber que estoy entrado en edad", dijo Leyland. "Obviamente, Jack McKeon es bastante buena prueba de que puedes ser viejo y ganar una Serie Mundial".
McKeon conquistó el Clásico de Otoño en el 2003 con los Marlins a los casi 73 años.
Leyland ha dirigido un total de 22 años desde 1986 con los Piratas, Marlins, Rockies y Tigres. Ha visto muchos cambios en el béisbol, como por ejemplo la diferencia en el manejo de los pitchers jóvenes y cómo se cuidan sus brazos, además de la famosa "sabermetría", la forma de evaluar a los peloteros a base de novedosas fórmulas estadísticas.
Otro factor a tomar en cuenta es la expectativa de "ganar ahora" en el caso de algunas organizaciones.
"Lo triste es la presión que hay aquí (a nivel de Grandes Ligas) hoy en día, quizás por los salarios, los canjes y todo eso".
Este año Johnson y Baker--al igual que Leyland en el béisbol profesional desde la década de los 60--se fueron de la cueva de sus respectivos equipos. Johnson se retiró como manager de los Nacionales, mientras que Baker fue despedido por los Rojos, a pesar de llevar a Cincinnati a los playoffs en tres de los últimos cuatro años.
"No me gusta meterme en asuntos de otros, pero si ves lo que hizo Dusty, estuvo ahí cada año", expresó Leyland. "Davey Johnson ha sido gran manager y Dusty Baker, pues tremendo manager también. Me supongo que a veces la gente cree que es hora de darle vuelta a la página".
Leyland es una de las voces más respetadas del béisbol, dentro y fuera de su propio clubhouse. Con 1,769 victorias como dirigente, un anillo de Serie Mundial, tres participaciones en el Clásico de Otoño y tres premios al Manager del Año, ya tiene un currículum sellado. Pero no habla como un hombre con el retiro en la mira.
Hace dos años, Leyland afirmó que "aún me queda mucho fuego". Ese sigue siendo el caso. Y con el apoyo del dueño de los Tigres, Mike Ilitch, y el gerente general Dave Dombrowski-- más un roster talentoso en Detroit--le quedan metas por alcanzar.
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