"Eso es algo tremendo, pero gracias a Dios estamos bien y trabajando duro, con la misma mentalidad positiva", dice Rosario, en el acogedor clubhouse, con luces púrpuras y blancas a media intensidad, del complejo primaveral de los Rockies, el Salt River Field, de Scottsdale, Arizona.
El receptor contiene sus palabras y las mide para que su emoción no se desborde y su principal tutor, Ramón Hernández, quien escucha atentamente la conversación que sostiene su discípulo con el reportero, no lo regañe, ni se mofe de él.
Rosario entiende también que toda esa alegría y motivación la tiene que acompañar con trabajo, porque aún tiene que seguir aprendiendo del juego y desarrollando sus condiciones para ser realmente ese pelotero exitoso y consistente que se propone ser.
En ese aspecto, la experiencia obtenida la campaña pasada y los buenos resultados que logró con su ofensiva, en la que registró .270 de promedio al bate, con 28 jonrones, 71 carreras remolcadas, .530 de slugging y .843 de OPS, le han dado la confianza para que, sin descuidar su bateo, se enfoque más en la defensa, el principal reto que tendrá al frente para esta campaña.
"No es que me siento cómodo, sino que me siento confiado. Sé que si la confianza que tengo para batear la uso para catchear voy a ser Guante de Oro fácil. Por eso sigo trabajando, porque sé que mi posición es la de un líder, de un capitán de una aeronave, donde tú eres el que tienes la llave del motor. Estoy aprendiendo a manejar esa nave, a llevarla por el camino correcto y no que no vayamos a la deriva", dijo el receptor.
En ese proceso de aprendizaje que ha llevado adelante durante este spring training, Rosario ha contado con Hernández como su principal aliado. Con él no falla a sus diarias sesiones de pesas en el gimnasio, ni a sus prácticas de bateo en el cage, previo a los encuentros, y, mucho menos, a los análisis del juego, de los pitchers y de los bateadores.
"Él es un muchacho con unas condiciones tremendas, que puede batear mucho, pero que también puede ser un buen defensor, lo que le hace falta es más confianza y experiencia. Lo importante es que le gusta trabajar y que tiene ese deseo de aprender", señaló Ramón.
Entre risas, Rosario señaló algunos de los conceptos básicos que su tutor le ha enseñado y en lo que más hincapié le ha hecho.
"Lo que siempre me dice es que no dejar caer la pelota y que llame buenos juegos", dijo el dominicano, quien recibe mofas de Hernández. Estar siempre con los sentidos abiertos, procurando tomar lecciones y conocimientos de todo lo que a su camino encuentre, es un hábito de Rosario, quien en el 2012 fue el receptor con más pasbol (21) y errores (13) en el beisbol.
Esa iniciativa ha causado grata impresión al nuevo manager de los Rockies, Walt Weiss, quien confía en que con un año más de experiencia Rosario podrá ser mejor y tener un mayor impacto positivo en el rendimiento del equipo.
"Él es un gran muchacho. Uno siempre lo ve preguntándole a sus compañeros para ser mejor. No creo que este año su defensa vaya a tener los mismo problemas que en el pasado. Él será un jugador muy importante para nosotros", expresó Weiss.
El dominicano tampoco cree que el 2013 pueda ser peor que el 2012 en el aspecto defensivo, especialmente porque ha puesto mayor empeño y ha dedicado más horas de trabajo a ver a cómo se desenvuelven algunos de los mejores receptores de Grandes Ligas.
"Trato de tomar algo de cada pelotero, tanto como de Tulo (Troy Tulowitzki), de (Carlos) Gonzalez), de (Ramón) Hernández, de (Yorvit Torrealba), de Yadier Molina. De todos los cátchers de Grandes Ligas yo trato de mirar los videos, porque son peloteros que tienen su estrellado, tienen su nombre, todo el mundo sabe lo qué hacen y eso es lo que venimos trabajando duro", reveló el dominicano.
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