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La
historia de cómo el dominicano perdió el ojo es contada frecuentemente,
ya que nadie se imagina cómo puede mantenerse jugando así.
Aunque
con un poco de timidez, sus nuevos compañeros de equipo quieren saber
más sobre él y le preguntan quién es y de dónde viene.
La idea es que un jugador de béisbol ciego es tan extraña, tan nueva -tan genial, la verdad - que los Rays quieren saber más.
Al
igual que, ya sabes, ¿cómo puede lanzar un tipo ciego… es un truco?
“¿Es correcto?”, se preguntó el lanzador abridor de los Rays, Matt
Moore.
“Yo
apuesto a esto: El hecho de que él tiene una visión limitada es por qué
no se había firmado”, dijo el mánager de los Rays, Joe Maddon a Jeff
Passan, de Yahoo.com.
“Porque
cuando nos fijamos en el cuerpo, la fortaleza de su brazo, y los
resultados de los últimos dos años, él debería haber sido firmado por
alguien. Alguien le hubiera dado una oportunidad si él hubiese tenido
sus dos hermosos ojos”.
Tragedia
Sandoval
nunca olvidará estos episodios como el día: 4 de febrero de 2006. La
escena: en un restaurante donde un hombre borracho, enojado con el
portero, regresó con una escopeta.
El
ruido: una explosión, ruidosa y furiosa. Y el sentimiento: pánico y
miedo y el caos como tres pastillas perdigones se le alojaron en su ojo
derecho. Y la vista. “Negro”. dijo. “Nada más que negro”.
“Yo
no pienso en lo que pasó. Soy un jugador normal”, dijo Sandoval y
añadió: “Soy una persona normal, un jugador normal. No me gustan los
coaches y nadie me da crédito ni límites”.
Sandoval fue recomendado a Tampa Bay por Joel Peralta, quien también es de Bonao.
Peralta
llamó al gerente general de Tampa Bay, Andrew Friedman, quien lo firmó
el pasado 9 de enero. 24 días después su esposa, Elisa Tejada, quien es
médico en Bonao, dio a luz a dos niños gemelos.
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