La jugadora siberiana volverá al trono de la WTA cuatro años después (ocho de junio) de salir de esa posición. Luego estuvo nueve meses retirada de las pistas, tras sufrir una lesión y una operación en el hombro a finales del 2009, y bajar al puesto 126 del mundo.
Con el trofeo de número uno del mundo a su izquierda, Sharapova comentó que desde que sufrió esta operación había endurecido su carácter y desde entonces se recupera mejor "de las derrotas importantes".
"Estar en este nivel a estas alturas de mi carrera es un gran logro, pero ha sido un largo proceso y hay un montón de duras situaciones que he tenido que pasar", dijo.
Maria Sharapova
EFESharapova busca el único Grand Slam que le falta
"Después de mi operación en el hombro, me seguía doliendo, por eso he tenido que adaptar la manera de desplazar el brazo. Hay que trabajar con ahínco para alcanzar ese nivel, por eso estoy muy contenta y orgullosa de volver a esta posición que espero mantener durante mucho tiempo. He luchado mucho y estar aquí con 25 años es un gran éxito personal", avisó la siberiana.
"La paciencia fue muy importante hoy, debido a las condiciones y porque además me enfrentaba a una dura rival", señaló sobre Kvitova.
"Soy luchadora pero solitaria no, en mi carrera ha habido un pequeño grupo de personas siempre conmigo. No me gusta invitar a muchos amigos, porque esto no es un espectáculo es mi carrera, viajo con personas muy cercanas que siempre me apoyan cuando las cosas van mal", explico sobre su vida personal.
"Ambas hemos llegado a la final, y ella es una jugadora que ha ganado muchos partidos en tierra. Es fabuloso el trabajo que ha hecho estas dos semanas. Me he fijado como se desplaza, como vuelve, es muy peligrosa y es también su primera final", dijo sobre la italiana Sara Errani, a la que saca 24 centímetros de estatura.
ERRANI: "MI PROBLEMA ES QUE NO CREIA"
La italiana Sara Errani, que se ha convertido en la revelación de Roland Garros al clasificarse tanto para la final de individual como para la de dobles, aseguró que su principal problema es que hasta ahora no se veía con posibilidades de derrotar a las mejores jugadores del mundo.
"Mi problema es que no creía demasiado en que podía ganar a las mejores", comentó la italiana, de 25 años, tras eliminar en semifinales a la australiana Samantha Stosur (6) por 7-5, 1-6 y 6-3.
Antes había doblegado en la tierra batida de París a jugadoras de la talla de Svetlana Kuznetsova, ganadora de Roland Garros en 2009, o Ana Ivanovic, vencedora en 2008.
"Todos los partidos han sido difíciles, quizá la primera ronda fue la que más", cuando se impuso en tres sets contra la australiana Casey Dellacqua.
Con su exitosa aventura en París, Errari logrará mejorar su actual puesto número 23 en el ránking de la WTA hasta meterse entre las diez mejores del mundo.
"No me siento una 'top-ten'. Pero lo soy y se hace raro", agregó la italiana, que aún no termina de creerse lo que ha logrado y reivindicó el papel de su entrenador, el español Pablo Lozano, que le ha adjudicado el apodo de "chiqui" (por chiquitita), que ella prefiere italianizar como "cichi".
"Es increíble para mí, no lo esperaba y aquí estoy", añadió Errari, que insistió a lo largo de toda la conferencia de prensa en que intenta olvidar que está jugando las rondas finales de Roland Garros para concentrarse en su tenis.
"Solo pienso en jugar. Estar en la cancha mejor que la adversaria, sin pensar en lo que estoy haciendo (...). En los momentos cruciales estaba muy nerviosa pero a la vez muy centrada. Pensaba en lo que tenía que hacer y en nada más ni en dónde estaba. Estaba más concentrada que en otros momentos, pensando en poner la bola donde quería ponerla", comentó Errani.
El próximo sábado será el tercer año consecutivo con una italiana en la final individual de Roland Garros, después de que en 2010 Francesca Schiavone se proclamara campeona frente a Stosur y en 2011 la misma Schiavone perdiera contra la china Na Li.
La italiana, que juega con una raqueta unos centímetros más larga que las normales para compensar su corta envergadura y lograr más potencia en el golpe, se enfrenta ahora a un doble reto con el que podría inscribir su nombre en la historia del tenis.
Desde el año 2000, cuando la francesa Mary Pierce se apuntó el título de individual frente a Conchita Martínez y el de dobles, con Martina Hingis, contra la española Virginia Ruano y la argentina Paola Suárez.
"No me siento cambiada. Intento siempre dar el máximo y espero continuar por este camino", concluyó Errani.
Con el trofeo de número uno del mundo a su izquierda, Sharapova comentó que desde que sufrió esta operación había endurecido su carácter y desde entonces se recupera mejor "de las derrotas importantes".
"Estar en este nivel a estas alturas de mi carrera es un gran logro, pero ha sido un largo proceso y hay un montón de duras situaciones que he tenido que pasar", dijo.
Maria Sharapova
EFESharapova busca el único Grand Slam que le falta
"Después de mi operación en el hombro, me seguía doliendo, por eso he tenido que adaptar la manera de desplazar el brazo. Hay que trabajar con ahínco para alcanzar ese nivel, por eso estoy muy contenta y orgullosa de volver a esta posición que espero mantener durante mucho tiempo. He luchado mucho y estar aquí con 25 años es un gran éxito personal", avisó la siberiana.
"La paciencia fue muy importante hoy, debido a las condiciones y porque además me enfrentaba a una dura rival", señaló sobre Kvitova.
"Soy luchadora pero solitaria no, en mi carrera ha habido un pequeño grupo de personas siempre conmigo. No me gusta invitar a muchos amigos, porque esto no es un espectáculo es mi carrera, viajo con personas muy cercanas que siempre me apoyan cuando las cosas van mal", explico sobre su vida personal.
"Ambas hemos llegado a la final, y ella es una jugadora que ha ganado muchos partidos en tierra. Es fabuloso el trabajo que ha hecho estas dos semanas. Me he fijado como se desplaza, como vuelve, es muy peligrosa y es también su primera final", dijo sobre la italiana Sara Errani, a la que saca 24 centímetros de estatura.
ERRANI: "MI PROBLEMA ES QUE NO CREIA"
La italiana Sara Errani, que se ha convertido en la revelación de Roland Garros al clasificarse tanto para la final de individual como para la de dobles, aseguró que su principal problema es que hasta ahora no se veía con posibilidades de derrotar a las mejores jugadores del mundo.
"Mi problema es que no creía demasiado en que podía ganar a las mejores", comentó la italiana, de 25 años, tras eliminar en semifinales a la australiana Samantha Stosur (6) por 7-5, 1-6 y 6-3.
Antes había doblegado en la tierra batida de París a jugadoras de la talla de Svetlana Kuznetsova, ganadora de Roland Garros en 2009, o Ana Ivanovic, vencedora en 2008.
"Todos los partidos han sido difíciles, quizá la primera ronda fue la que más", cuando se impuso en tres sets contra la australiana Casey Dellacqua.
Con su exitosa aventura en París, Errari logrará mejorar su actual puesto número 23 en el ránking de la WTA hasta meterse entre las diez mejores del mundo.
"No me siento una 'top-ten'. Pero lo soy y se hace raro", agregó la italiana, que aún no termina de creerse lo que ha logrado y reivindicó el papel de su entrenador, el español Pablo Lozano, que le ha adjudicado el apodo de "chiqui" (por chiquitita), que ella prefiere italianizar como "cichi".
"Es increíble para mí, no lo esperaba y aquí estoy", añadió Errari, que insistió a lo largo de toda la conferencia de prensa en que intenta olvidar que está jugando las rondas finales de Roland Garros para concentrarse en su tenis.
"Solo pienso en jugar. Estar en la cancha mejor que la adversaria, sin pensar en lo que estoy haciendo (...). En los momentos cruciales estaba muy nerviosa pero a la vez muy centrada. Pensaba en lo que tenía que hacer y en nada más ni en dónde estaba. Estaba más concentrada que en otros momentos, pensando en poner la bola donde quería ponerla", comentó Errani.
El próximo sábado será el tercer año consecutivo con una italiana en la final individual de Roland Garros, después de que en 2010 Francesca Schiavone se proclamara campeona frente a Stosur y en 2011 la misma Schiavone perdiera contra la china Na Li.
La italiana, que juega con una raqueta unos centímetros más larga que las normales para compensar su corta envergadura y lograr más potencia en el golpe, se enfrenta ahora a un doble reto con el que podría inscribir su nombre en la historia del tenis.
Desde el año 2000, cuando la francesa Mary Pierce se apuntó el título de individual frente a Conchita Martínez y el de dobles, con Martina Hingis, contra la española Virginia Ruano y la argentina Paola Suárez.
"No me siento cambiada. Intento siempre dar el máximo y espero continuar por este camino", concluyó Errani.
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