JUPITER, Florida - Los Medias Rojas no le dan a cualquiera el número 3 en un uniforme. Nombres como Tom Matchick, Dick McAuliffe y Grady Little lo han tenido desde que lo lució Jimmie Foxx hace unos 70 años.
Ahora mismo el neoyorquino de ascendencia puertorriqueña Mike Avilés porta el número 3 en los entrenamientos de Boston. Claro, cuando uno tiene un número de una sola cifra, más oportunidad tendrá de jugar y colarse en un equipo para la temporada regular.
Esa idea probablemente pase por la mente del cubano José Iglesias cada vez que se pone el uniforme número 76 en los entrenamientos de los Patirrojos. El número 76 transmite un mensaje: prepárate para estar en Pawtucket (Triple-A de los Medias Rojas).
Si Avilés se gana el puesto de torpedero titular de Boston-lo que esperan muchos-lo más probable es que Iglesias se pase por lo menos abril y mayo en Pawtucket. Pero lo más indicado para el joven es que alquile su vivienda mes por mes, sobre todo si aumenta su producción ofensiva. Si empieza a batear, subirán sus bonos en los Patirrojos y bajará el número en su uniforme.
Iglesias, calificado como el prospecto número 11 de los Medias Rojas según MLB.com, le sigue a Avilés en la lista para jugar en el campo corto. Éste último no es lo peor que se ha visto, pero tampoco se le confundirá con Troy Tulowitzki, Derek Jeter ni Barry Larkin. En otras palabras, Boston es un equipo que aspira a jugar mucho en octubre, pero que en marzo no cuenta con un torpedero de renombre.
El nuevo manager de los Medias Rojas, Bobby Valentine, ha comparado a Iglesias con otro paracorto cubano, Rey Ordóñez, quien estuvo con los Mets de Valentine, por quien ganó el Guante de Oro en 1997, 1998 y 1999.
Al igual que Ordóñez, Iglesias sabe brillar a la defensa. Valentine, a quien nunca le gustó la tendencia de Ordóñez de rechazar los consejos, ve más potencial ofensivo en Iglesias que en el primero. Iglesias, de 22 años, le quitó un hit el jueves a David Freese de los Cardenales.
"Va a ser muy, muy, muy buen torpedero", dijo el segunda base de Boston, Dustin Pedroia, quien afirmó que ya hacen buena pareja en medio del cuadro.
Valentine piensa lo mismo. Afirma el dirigente que Iglesias le llega a los elevados como si tuviera un GPS. Se maravilla con la forma del cubano de manejarse en el pivote de una doble-matanza. También nota lo alerta y bajo control es Iglesias para estar en posición para los cortes, los toques de bola y para sorprender al corredor en la segunda base. Según Valentine, el joven está "tratando de borrar algunos de los reportes sobre él."
Ahora falta que batee; los Medias Rojas creen que sí lo hará. En aquel partido contra San Luis, empujó tres carreras con un triple a la banda contraria.
Boston ya recibe más aportes ofensivos de la segunda base (Pedroia) y el jardín central (Jacoby Ellsbury) que la mayoría de los equipos. El resto del ataque es bastante bueno también. Probablemente pudiera estar con Iglesias en el campo corto y no sufrir a nivel ofensivo. Pero también es verdad que con Avilés se verían bien, para dejar desarrollar un poco más a Iglesias.
Entonces, hay que prepararse para Pawtucket y esperar un poquito más.
Esa idea probablemente pase por la mente del cubano José Iglesias cada vez que se pone el uniforme número 76 en los entrenamientos de los Patirrojos. El número 76 transmite un mensaje: prepárate para estar en Pawtucket (Triple-A de los Medias Rojas).
Si Avilés se gana el puesto de torpedero titular de Boston-lo que esperan muchos-lo más probable es que Iglesias se pase por lo menos abril y mayo en Pawtucket. Pero lo más indicado para el joven es que alquile su vivienda mes por mes, sobre todo si aumenta su producción ofensiva. Si empieza a batear, subirán sus bonos en los Patirrojos y bajará el número en su uniforme.
Iglesias, calificado como el prospecto número 11 de los Medias Rojas según MLB.com, le sigue a Avilés en la lista para jugar en el campo corto. Éste último no es lo peor que se ha visto, pero tampoco se le confundirá con Troy Tulowitzki, Derek Jeter ni Barry Larkin. En otras palabras, Boston es un equipo que aspira a jugar mucho en octubre, pero que en marzo no cuenta con un torpedero de renombre.
El nuevo manager de los Medias Rojas, Bobby Valentine, ha comparado a Iglesias con otro paracorto cubano, Rey Ordóñez, quien estuvo con los Mets de Valentine, por quien ganó el Guante de Oro en 1997, 1998 y 1999.
Al igual que Ordóñez, Iglesias sabe brillar a la defensa. Valentine, a quien nunca le gustó la tendencia de Ordóñez de rechazar los consejos, ve más potencial ofensivo en Iglesias que en el primero. Iglesias, de 22 años, le quitó un hit el jueves a David Freese de los Cardenales.
"Va a ser muy, muy, muy buen torpedero", dijo el segunda base de Boston, Dustin Pedroia, quien afirmó que ya hacen buena pareja en medio del cuadro.
Valentine piensa lo mismo. Afirma el dirigente que Iglesias le llega a los elevados como si tuviera un GPS. Se maravilla con la forma del cubano de manejarse en el pivote de una doble-matanza. También nota lo alerta y bajo control es Iglesias para estar en posición para los cortes, los toques de bola y para sorprender al corredor en la segunda base. Según Valentine, el joven está "tratando de borrar algunos de los reportes sobre él."
Ahora falta que batee; los Medias Rojas creen que sí lo hará. En aquel partido contra San Luis, empujó tres carreras con un triple a la banda contraria.
Boston ya recibe más aportes ofensivos de la segunda base (Pedroia) y el jardín central (Jacoby Ellsbury) que la mayoría de los equipos. El resto del ataque es bastante bueno también. Probablemente pudiera estar con Iglesias en el campo corto y no sufrir a nivel ofensivo. Pero también es verdad que con Avilés se verían bien, para dejar desarrollar un poco más a Iglesias.
Entonces, hay que prepararse para Pawtucket y esperar un poquito más.
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