GLENDALE, Arizona - Hace 50 años, luego de robarse 104 bases y ganar el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, Maury Wills se sentía bastante bien a la hora de negociar su próximo contrato con el gerente general de los Dodgers, Buzzie Bavasi.
"Entré (a su oficina) con mucha confianza-y en 10 minutos él me tenía llorando", relató Wills. "Cuando se acabó (la negociación), yo simplemente me alegraba de tener trabajo aún. Él dijo, 'Maury, te voy a dar un aumento de US$10,000, pero no puedes decírselo a nadie.' Dijo yo, 'No quiero que nadie lo sepa.'"
Medio siglo después de eso Matt Kemp, quien no ganó el JMV la temporada pasada, recibió una extensión de contrato de ocho años y US$160 millones. Clayton Kershaw, el Cy Young de la Nacional en el 2011, pasó de ganar US$500,000 el año pasado a recibir un pacto de dos años y US$19 millones.
Kemp ganará más dinero por juego, y Kershaw más por inning lanzado, que Wills en aquella temporada entera (US$40,000).
Pero aun más importante que el dinero para Wills, quien en 1962 había sido asignado al dormitorio de Liga Menor en Vero Beach, Florida, era el hecho de que su premio al JMV le ameritó un ascenso al clubhouse del equipo grande en los entrenamientos, algo que incluía baños con calefacción.
"Cada año que volvía, había tres o cuatro muchachos tratando de quitarme el trabajo", dijo Wills. "Los Dodgers tenían una manera especial de no dejarte estar cómodo. Muchas veces me pregunté si debía sentirme agradecido por eso, obligarme a pasar por eso cada año para que no me pusiera demasiado cómodo. Tenía que ganármelo todos los años."
Los dos jugadores con los que los Dodgers contarán más no sólo llegan con altas expectativas en base a lo que hicieron en el 2011, sino también que estarán en una temporada que le causa cierta preocupación al manager Don Mattingly.
"Yo pasé por eso, y uno pensaría que no hay nada diferente", dijo el capataz, "pero cuando te pagan más tu mentalidad puede cambiar."
Sin embargo, Mattingly también recuerda que un nuevo contrato puede provocar el efecto contrario a ponerse más cómodo, como fue el caso con su primer pacto "grande"-US$1,375 millón en 1986, cuando venía de ganar el JMV de la Liga Americana con los Yankees.
"Para mí existía la sensación de que hay que probar que lo vales", expresó. "Eso te pone una presión que no necesitas. Un muchacho llega a Grandes Ligas; ya ha alcanzado una meta. Otra meta puede ser que se te pague (recibir un gran contrato). Entonces, hay que seguir aclarando cuáles son tus metas en el béisbol, para qué juegas. Los muchachos dicen que les encanta jugar, pero a veces necesitan metas. Es la naturaleza humana. Llegaste, y ahora tienes acceso a todas esas cosas-carros, casas, la gente que quiere cosas, todo lo demás desde fuera-y ahí es que tienes que preocuparte."
En los últimos 12 años, generalmente los contratos a largo plazo de los Dodgers han sido malísimos. La lista de los que han recibido pactos de más de cuatro años incluye a Kevin Brown, Shawn Green, Juan Pierre, Darren Dreifort, J.D. Drew, Derek Lowe, Mark Grudzielanek, Kaz Ishii y Eric Karros. Son pocos que le han salido bien al equipo de Los Angeles, ya que la mayoría de los jugadores fueron cambiados o estuvieron lesionados a la hora de vencerse los contratos.
Pero de cualquier forma, la gerencia de los Dodgers sí se comprometió a largo plazo con Kemp y Kershaw. Es fácil ver el porqué, tomando en cuenta el inmenso talento de dicho dúo. ¿Pero por qué reciprocaron estos jugadores cuando se trata de una franquicia que ha estado en caos y bancarrota?
Sus situaciones eran diferentes. Kemp llegaba a su último año antes de la agencia libre. Los Dodgers se veían obligados a actuar antes de que comenzara la temporada, ya que el representante de Kemp-el ex lanzador de Grandes Ligas Dave Stewart-puso una fecha límite de la pretemporada para firmar o terminar las negociaciones hasta después de esta campaña.
El club, en medio de una subasta en busca de un nuevo dueño, aumentó su valor en el mercado al procurar los servicios de su mejor jugador de posición durante el apogeo de su carrera.
Los nuevos propietarios van a saber que tendrán a uno de los mejores jugadores de la liga", dijo el gerente general de los Dodgers, Ned Colletti. "Este es un factor estabilizador. Aún tenemos un presupuesto. E íbamos a tener que pagarle en el 2012 comoquiera.
"Estaba a punto de llegar a la agencia libre", continuó el ejecutivo. "Y lo normal es que un agente libre a su nivel reciba siete, ocho años...tenemos una buena idea de quién es, con las habilidades que tiene. Hace de todo y juega todos los días. Siempre hay un riesgo, pero con él hay menos que en la mayoría de los casos."
El compromiso a largo plazo fue fácil para Kemp, cuya peor temporada fue en el 2010, justo después de firmar un contrato de dos años.
"Aquí es donde quería estar", dijo el jardinero. "Pasó un poco rápido. Ellos empezaron a hablar de los números y, '¿Dios mío, de verdad?' Fue muy bueno. Fue un proceso divertido, pero también tuve que preguntarme, '¿Estoy en esta posición de verdad?' Lo único que pensaba era en ser una selección de sexta ronda del draft, sin estar seguro siquiera si quería jugar béisbol, y ahora recibía un contrato a largo plazo. Para mí fue un sueño hecho realidad. Ahora no tengo que preocuparme por nada, salvo jugar y ganar partidos. Puedo mantener a mi familia y no hay estrés."
Kershaw, con dos años de servicio menos que Kemp, estaba en una situación diferente porque aún está a tres años de la agencia libre. Las pláticas entre los Dodgers y los representantes del zurdo empezaron con cuatro años en vez de dos, pero Kershaw afirmó que el aceptar el pacto más corto no tuvo nada que ver con la situación de los dueños del equipo.
"Fue simple y llanamente los términos y los años", dijo Kershaw, quien agregó que el dinero no lo cambiará.
"Sé que no será así", expresó el lanzador. "De hecho, con dos años hay un sentido de seguridad. Ahora simplemente puedo tirar. Puedo jugar béisbol durante dos años, y estoy bien con eso. Tienes que rendir, sin importar el contrato."
Medio siglo después de eso Matt Kemp, quien no ganó el JMV la temporada pasada, recibió una extensión de contrato de ocho años y US$160 millones. Clayton Kershaw, el Cy Young de la Nacional en el 2011, pasó de ganar US$500,000 el año pasado a recibir un pacto de dos años y US$19 millones.
Kemp ganará más dinero por juego, y Kershaw más por inning lanzado, que Wills en aquella temporada entera (US$40,000).
Pero aun más importante que el dinero para Wills, quien en 1962 había sido asignado al dormitorio de Liga Menor en Vero Beach, Florida, era el hecho de que su premio al JMV le ameritó un ascenso al clubhouse del equipo grande en los entrenamientos, algo que incluía baños con calefacción.
"Cada año que volvía, había tres o cuatro muchachos tratando de quitarme el trabajo", dijo Wills. "Los Dodgers tenían una manera especial de no dejarte estar cómodo. Muchas veces me pregunté si debía sentirme agradecido por eso, obligarme a pasar por eso cada año para que no me pusiera demasiado cómodo. Tenía que ganármelo todos los años."
Los dos jugadores con los que los Dodgers contarán más no sólo llegan con altas expectativas en base a lo que hicieron en el 2011, sino también que estarán en una temporada que le causa cierta preocupación al manager Don Mattingly.
"Yo pasé por eso, y uno pensaría que no hay nada diferente", dijo el capataz, "pero cuando te pagan más tu mentalidad puede cambiar."
Sin embargo, Mattingly también recuerda que un nuevo contrato puede provocar el efecto contrario a ponerse más cómodo, como fue el caso con su primer pacto "grande"-US$1,375 millón en 1986, cuando venía de ganar el JMV de la Liga Americana con los Yankees.
"Para mí existía la sensación de que hay que probar que lo vales", expresó. "Eso te pone una presión que no necesitas. Un muchacho llega a Grandes Ligas; ya ha alcanzado una meta. Otra meta puede ser que se te pague (recibir un gran contrato). Entonces, hay que seguir aclarando cuáles son tus metas en el béisbol, para qué juegas. Los muchachos dicen que les encanta jugar, pero a veces necesitan metas. Es la naturaleza humana. Llegaste, y ahora tienes acceso a todas esas cosas-carros, casas, la gente que quiere cosas, todo lo demás desde fuera-y ahí es que tienes que preocuparte."
En los últimos 12 años, generalmente los contratos a largo plazo de los Dodgers han sido malísimos. La lista de los que han recibido pactos de más de cuatro años incluye a Kevin Brown, Shawn Green, Juan Pierre, Darren Dreifort, J.D. Drew, Derek Lowe, Mark Grudzielanek, Kaz Ishii y Eric Karros. Son pocos que le han salido bien al equipo de Los Angeles, ya que la mayoría de los jugadores fueron cambiados o estuvieron lesionados a la hora de vencerse los contratos.
Pero de cualquier forma, la gerencia de los Dodgers sí se comprometió a largo plazo con Kemp y Kershaw. Es fácil ver el porqué, tomando en cuenta el inmenso talento de dicho dúo. ¿Pero por qué reciprocaron estos jugadores cuando se trata de una franquicia que ha estado en caos y bancarrota?
Sus situaciones eran diferentes. Kemp llegaba a su último año antes de la agencia libre. Los Dodgers se veían obligados a actuar antes de que comenzara la temporada, ya que el representante de Kemp-el ex lanzador de Grandes Ligas Dave Stewart-puso una fecha límite de la pretemporada para firmar o terminar las negociaciones hasta después de esta campaña.
El club, en medio de una subasta en busca de un nuevo dueño, aumentó su valor en el mercado al procurar los servicios de su mejor jugador de posición durante el apogeo de su carrera.
Los nuevos propietarios van a saber que tendrán a uno de los mejores jugadores de la liga", dijo el gerente general de los Dodgers, Ned Colletti. "Este es un factor estabilizador. Aún tenemos un presupuesto. E íbamos a tener que pagarle en el 2012 comoquiera.
"Estaba a punto de llegar a la agencia libre", continuó el ejecutivo. "Y lo normal es que un agente libre a su nivel reciba siete, ocho años...tenemos una buena idea de quién es, con las habilidades que tiene. Hace de todo y juega todos los días. Siempre hay un riesgo, pero con él hay menos que en la mayoría de los casos."
El compromiso a largo plazo fue fácil para Kemp, cuya peor temporada fue en el 2010, justo después de firmar un contrato de dos años.
"Aquí es donde quería estar", dijo el jardinero. "Pasó un poco rápido. Ellos empezaron a hablar de los números y, '¿Dios mío, de verdad?' Fue muy bueno. Fue un proceso divertido, pero también tuve que preguntarme, '¿Estoy en esta posición de verdad?' Lo único que pensaba era en ser una selección de sexta ronda del draft, sin estar seguro siquiera si quería jugar béisbol, y ahora recibía un contrato a largo plazo. Para mí fue un sueño hecho realidad. Ahora no tengo que preocuparme por nada, salvo jugar y ganar partidos. Puedo mantener a mi familia y no hay estrés."
Kershaw, con dos años de servicio menos que Kemp, estaba en una situación diferente porque aún está a tres años de la agencia libre. Las pláticas entre los Dodgers y los representantes del zurdo empezaron con cuatro años en vez de dos, pero Kershaw afirmó que el aceptar el pacto más corto no tuvo nada que ver con la situación de los dueños del equipo.
"Fue simple y llanamente los términos y los años", dijo Kershaw, quien agregó que el dinero no lo cambiará.
"Sé que no será así", expresó el lanzador. "De hecho, con dos años hay un sentido de seguridad. Ahora simplemente puedo tirar. Puedo jugar béisbol durante dos años, y estoy bien con eso. Tienes que rendir, sin importar el contrato."
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