SANTO DOMINGO -- Puerto Rico ya no tenía aspiraciones de ganar la Serie del Caribe. Se acercaban los entrenamientos de primavera de Toronto, en los que Nelson Figueroa pretende ganarse un puesto titular. El derecho sólo contaba con tres días de descanso.
Entonces, no tenía sentido que el diestro lanzara el lunes, ¿verdad?
Falso.
Figueroa, neoyorkino de ascendencia puertorriqueña, se ofreció para lanzar en la quinta jornada del Clásico Caribeño, en la que lo único que estaba en juego era la posibilidad de eliminar a México y darle la corona a la República Dominicana. Así sucedió.
"Quise ponerme el uniforme de Puerto Rico y ayudarnos a ganar", le dijo Figueroa a LasMayores.com después de que sus Indios de Mayagüez derrotasen a los Yaquis de Obregón, quienes quedaron eliminados a caer a marca de 2-3 en el torneo. "La motivación que tenía era darnos un chance. Sentí que eso mismo hice."
Luego de un comienzo tambaleante del partido en el Estadio Quisqueya de Santo Domingo, en el que permitió tres carreras en los primeros tres episodios, Figueroa sacó las garras y no le concedió más anotaciones al ataque mexicano hasta que fue sacado del juego en el octavo inning. En un total de 7.1 entradas, permitió esas tres vueltas con ocho hits. Ponchó a dos rivales y otorgó tres bases por bolas.
"Llevo mucho tiempo en este juego y ésa fue una de las actuaciones más valientes que he visto", dijo el manager del equipo puertorriqueño, Dave Miley. "Si no fuera por Nelson, no estaríamos sentados aquí."
Figueroa lo dejó todo en el terreno de juego-con todo y el descanso corto-sabiendo que el lunes marcaría su última apertura de la temporada invernal.
"Eso (el menos descanso) no fue un factor", manifestó. "La cantidad de pitcheos no fue un factor.
"Ellos anotaron tres carreras temprano, pero de ahí decidí que le iba a dar con todo. Le dije al coach de pitcheo que no se me iba a sacar del partido a menos que la situación lo dictara. Sentía que podía lanzar toda la ruta y darnos la oportunidad de ganar."
Efectivamente, Puerto Rico remontó y dejó en el terreno a México gracias a un hit en el noveno inning de Luis Figueroa.
Misión cumplida para Nelson, cuyo balance individual en el torneo fue de récord de 1-0 y efectividad de 2.57 en dos salidas y 14.0 innings. Terminó con 10 ponches y cinco bases regaladas.
"La Serie del Caribe es algo del que soy muy orgulloso", afirmó el lanzador de 37 años. "Es por algo que tenemos nuestros apellidos en la espalda de nuestros uniformes."
Cuando inició este Clásico Caribeño, Figueroa comentó que se lo dedicaba a su abuelo, quien falleció hace menos de un año.
"Creo que él estaría bien orgulloso ahora mismo", dijo. "Y el hecho de que otro Figueroa (Luis) nos ayudara a ganar demuestra la magia del béisbol."
Falso.
Figueroa, neoyorkino de ascendencia puertorriqueña, se ofreció para lanzar en la quinta jornada del Clásico Caribeño, en la que lo único que estaba en juego era la posibilidad de eliminar a México y darle la corona a la República Dominicana. Así sucedió.
"Quise ponerme el uniforme de Puerto Rico y ayudarnos a ganar", le dijo Figueroa a LasMayores.com después de que sus Indios de Mayagüez derrotasen a los Yaquis de Obregón, quienes quedaron eliminados a caer a marca de 2-3 en el torneo. "La motivación que tenía era darnos un chance. Sentí que eso mismo hice."
Luego de un comienzo tambaleante del partido en el Estadio Quisqueya de Santo Domingo, en el que permitió tres carreras en los primeros tres episodios, Figueroa sacó las garras y no le concedió más anotaciones al ataque mexicano hasta que fue sacado del juego en el octavo inning. En un total de 7.1 entradas, permitió esas tres vueltas con ocho hits. Ponchó a dos rivales y otorgó tres bases por bolas.
"Llevo mucho tiempo en este juego y ésa fue una de las actuaciones más valientes que he visto", dijo el manager del equipo puertorriqueño, Dave Miley. "Si no fuera por Nelson, no estaríamos sentados aquí."
Figueroa lo dejó todo en el terreno de juego-con todo y el descanso corto-sabiendo que el lunes marcaría su última apertura de la temporada invernal.
"Eso (el menos descanso) no fue un factor", manifestó. "La cantidad de pitcheos no fue un factor.
"Ellos anotaron tres carreras temprano, pero de ahí decidí que le iba a dar con todo. Le dije al coach de pitcheo que no se me iba a sacar del partido a menos que la situación lo dictara. Sentía que podía lanzar toda la ruta y darnos la oportunidad de ganar."
Efectivamente, Puerto Rico remontó y dejó en el terreno a México gracias a un hit en el noveno inning de Luis Figueroa.
Misión cumplida para Nelson, cuyo balance individual en el torneo fue de récord de 1-0 y efectividad de 2.57 en dos salidas y 14.0 innings. Terminó con 10 ponches y cinco bases regaladas.
"La Serie del Caribe es algo del que soy muy orgulloso", afirmó el lanzador de 37 años. "Es por algo que tenemos nuestros apellidos en la espalda de nuestros uniformes."
Cuando inició este Clásico Caribeño, Figueroa comentó que se lo dedicaba a su abuelo, quien falleció hace menos de un año.
"Creo que él estaría bien orgulloso ahora mismo", dijo. "Y el hecho de que otro Figueroa (Luis) nos ayudara a ganar demuestra la magia del béisbol."
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