SAN FRANCISCO -- Bruce Bochy observa a Buster Posey, cuyo físico de 24 años de edad viene equipado con una mente que parece 10 años más adelantada, y lo que el timonel de los Gigantes ve es una combinación bien especial.
"Es el paquete completo", destaca Bochy. "Ese es Buster. El papel de líder que juega, encabezando al cuerpo de lanzadores, siendo un buen compañero, su talento tanto a la defensiva como a la ofensiva, el gran atleta que es. Es uno de los mejores jugadores que he dirigido en mi carrera".
Esto abarca a una buena cantidad de peloteros en un periodo de 17 años como manager de Grandes Ligas. Incluyendo a uno o dos integrantes del Salón de la Fama, un par de viajes a la Serie Mundial y un título en el 2010, un año inolvidable de Posey como novato.
Los Gigantes no fueron el mismo equipo en el 2011. La temporada de Posey terminó de manera amarga el 25 de mayo en un centellante choque en el plato en el AT&T Park. El receptor sufrió una fractura del tobillo izquierdo y desgarre en los ligamentos tras ser impactado por el corredor de los Marlins Scott Cousins. Posteriormente se sometió a una operación para repararle tres ligamentos desagarrados en su tobillo.
"Veo a Buster ahora", dijo Bochy el fin de semana, "y es impresionante la forma tan rápida en que se ha recuperado. Fue una lesión de mucho cuidado. Esperamos contar con él para el arranque de la temporada. Es pieza fundamental para nuestro equipo".
Los Gigantes lideraban la División Oeste de la Liga Nacional por 2 1/2 juegos, con Posey en medio de una racha de 13 juegos seguidos bateando de imparable, cuando sucedió el incidente.
Los muchachos de Bochy se mantuvieron mayormente en la cima hasta el 9 de agosto, cuando cayeron al segundo lugar superados por unos resurgentes Diamondbacks.
Los Gigantes afirman que fue la presencia de Posey, además de su gran bate, guante y potente brazo, lo que más extrañaron.
El muchacho nativo de Georgia le dio autoridad a su equipo.
El coach de pitcheo de los Gigantes, Dave Righetti, podía ver la diferencia en ambos dugouts.
"Cuentas con peloteros que son mejores que los demás, y ellos lo saben", expresó Righetti. "Sientes que tienes todas las de ganar cuando cuentas con un jugador del calibre de Posey. Su valor es incalculable.
"Defensivamente, nuestros muchachos [Eli Whiteside y Chris Stewart] hicieron un trabajo estupendo [reemplazando a Posey]. Pero Posey es un tipo con actitud. Los jugadores ven a tu equipo con ojos diferentes cuando tienes a un jugador como él".
Además de cuidar a sus dos pequeños gemelos este invierno, Posey le ha dedicado la mayoría del tiempo a su rehabilitación. El talentoso cátcher está convencido de que estará en forma para el Día Inaugural, listo para atrapar detrás del plato, jugar un poco en la inicial y batear.
"He hecho cosas que no pensé que las iba a hacer tan pronto", dijo Posey. "Comencé a tomar práctica de bateo en el terreno de juego unas tres semanas antes de lo que yo esperaba. Entrar en ritmo es esencial en el bateo. Me siento muy optimista ahora mismo".
Ponerme en cuclillas, asegura, no ha sido problema. Mientras que no tiene idea de qué tan seguido jugará como primera base, Posey demostró en su temporada como novato que puede manejar esa posición con solidez mientras Bengie Molina era el receptor titular.
"Habrá preguntas y respuestas por un buen tiempo", manifestó Posey. "Puedo responder a las interrogantes mostrando mi juego.
"Estoy ansioso. Habrá cosas pendientes por hacer durante los entrenamientos primaverales, pero estoy muy contento con lo que he avanzado hasta ahora y mantengo la esperanza de tener una temporada saludable".
Al mismo tiempo, admite que su tobillo izquierdo todavía no se siente igual a como se sentía antes de la lesión.
"Sé que voy a tener molestias por algún tiempo", reconoció, "pero los médicos me dijeron que eso es normal"
En 108 juegos, básicamente dos tercios de la campaña del 2010, Posey fue el Novato del Año por la Liga Nacional. Bateó para .305 con un promedio de embasarse de .357 y .505 de slugging.
Esto abarca a una buena cantidad de peloteros en un periodo de 17 años como manager de Grandes Ligas. Incluyendo a uno o dos integrantes del Salón de la Fama, un par de viajes a la Serie Mundial y un título en el 2010, un año inolvidable de Posey como novato.
Los Gigantes no fueron el mismo equipo en el 2011. La temporada de Posey terminó de manera amarga el 25 de mayo en un centellante choque en el plato en el AT&T Park. El receptor sufrió una fractura del tobillo izquierdo y desgarre en los ligamentos tras ser impactado por el corredor de los Marlins Scott Cousins. Posteriormente se sometió a una operación para repararle tres ligamentos desagarrados en su tobillo.
"Veo a Buster ahora", dijo Bochy el fin de semana, "y es impresionante la forma tan rápida en que se ha recuperado. Fue una lesión de mucho cuidado. Esperamos contar con él para el arranque de la temporada. Es pieza fundamental para nuestro equipo".
Los Gigantes lideraban la División Oeste de la Liga Nacional por 2 1/2 juegos, con Posey en medio de una racha de 13 juegos seguidos bateando de imparable, cuando sucedió el incidente.
Los muchachos de Bochy se mantuvieron mayormente en la cima hasta el 9 de agosto, cuando cayeron al segundo lugar superados por unos resurgentes Diamondbacks.
Los Gigantes afirman que fue la presencia de Posey, además de su gran bate, guante y potente brazo, lo que más extrañaron.
El muchacho nativo de Georgia le dio autoridad a su equipo.
El coach de pitcheo de los Gigantes, Dave Righetti, podía ver la diferencia en ambos dugouts.
"Cuentas con peloteros que son mejores que los demás, y ellos lo saben", expresó Righetti. "Sientes que tienes todas las de ganar cuando cuentas con un jugador del calibre de Posey. Su valor es incalculable.
"Defensivamente, nuestros muchachos [Eli Whiteside y Chris Stewart] hicieron un trabajo estupendo [reemplazando a Posey]. Pero Posey es un tipo con actitud. Los jugadores ven a tu equipo con ojos diferentes cuando tienes a un jugador como él".
Además de cuidar a sus dos pequeños gemelos este invierno, Posey le ha dedicado la mayoría del tiempo a su rehabilitación. El talentoso cátcher está convencido de que estará en forma para el Día Inaugural, listo para atrapar detrás del plato, jugar un poco en la inicial y batear.
"He hecho cosas que no pensé que las iba a hacer tan pronto", dijo Posey. "Comencé a tomar práctica de bateo en el terreno de juego unas tres semanas antes de lo que yo esperaba. Entrar en ritmo es esencial en el bateo. Me siento muy optimista ahora mismo".
Ponerme en cuclillas, asegura, no ha sido problema. Mientras que no tiene idea de qué tan seguido jugará como primera base, Posey demostró en su temporada como novato que puede manejar esa posición con solidez mientras Bengie Molina era el receptor titular.
"Habrá preguntas y respuestas por un buen tiempo", manifestó Posey. "Puedo responder a las interrogantes mostrando mi juego.
"Estoy ansioso. Habrá cosas pendientes por hacer durante los entrenamientos primaverales, pero estoy muy contento con lo que he avanzado hasta ahora y mantengo la esperanza de tener una temporada saludable".
Al mismo tiempo, admite que su tobillo izquierdo todavía no se siente igual a como se sentía antes de la lesión.
"Sé que voy a tener molestias por algún tiempo", reconoció, "pero los médicos me dijeron que eso es normal"
En 108 juegos, básicamente dos tercios de la campaña del 2010, Posey fue el Novato del Año por la Liga Nacional. Bateó para .305 con un promedio de embasarse de .357 y .505 de slugging.
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