MIAMI - Apenas está en sus inicios el nuevo comienzo de Carlos Zambrano. El venezolano ya quiere empezar a aprovechar su nueva oportunidad.
Zambrano jugó el jueves en el Clásico de Golf de los Marlins, un evento caritativo, algo que representó su primera presencia pública como integrante del equipo de Miami. Fue cambiado por los Cachorros a los Marlins en enero por el también derecho Chris Volstad.
"Estoy muy agradecido por la oportunidad que me están dando los Marlins", dijo Zambrano. "Estoy contento de estar aquí con un nuevo equipo. Quiero darle las gracias a Dios por todo lo que ha pasado para yo llegar hasta aquí. Estoy trabajando mucho para asegurarme de tener un buen año."
Zambrano, ex as de los Cachorros, salió de Chicago de una manera bien difícil. Sacó todo de su casillero el 12 de agosto en Atlanta, luego de permitir ocho carreras en 4.1 entradas. En ese momento, luego de ser expulsado del partido por lanzarle pegado a Chipper Jones, dijo que quería retirarse. Después dijo que quería seguir jugando, pero los Cachorros ya habían visto suficiente.
Después de pasarse la mayor parte del invierno con la incógnita de dónde lanzaría en el 2012, Zambrano se puso contento al saber que los Cubs lo habían cambiado a Miami.
"Estuve bien contento cuando lo supe", dijo. "Creo que era hora de un cambio y, obviamente, este canje me benefició."
Aunque Zambrano cree que pudo haber regresado a Chicago sin ningún problema, también reconoce que el cambio de escenario probablemente le convenga a ambas partes.
"Creo que no hubiese sido difícil", manifestó el derecho. "He cambiado mi mentalidad y Dios me ha ayudado a cambiar muchas cosas en mi forma de ser."
A pesar de algunos momentos tumultuosos vistiendo el uniforme de los Cachorros, Zambrano no le guarda rencores a la franquicia que lo desarrolló y que lo ayudó a convertirse en una estrella de Grandes Ligas."
"Siempre he tenido mucho respeto por la gente de Chicago", expresó Zambrano. "Desde los fans hasta la gerencia. Quiero darles las gracias por tratarme como un profesional en los últimos 11 años. Lo único que le guardo a Chicago es gratitud y respeto."
Zambrano también está agradecido por lo que hizo por él su nuevo manager. El dirigente de Miami y compatriota de Zambrano, Ozzie Guillén, fue quien convenció a la gerencia de los Marlins a hacer el cambio por el diestro.
"Estoy bien agradecido de que Ozzie pujó para traerme a los Marlins", dijo. "Es un manager dinámico. Apoyo mucho su mentalidad como manager. Estoy bien contento de tener la oportunidad de jugar por él en este equipo."
Guillén y Zambrano se conocen desde hace muchos años. Aunque estuvieron con equipos diferentes-Zambrano lanzaba con los Cachorros y Guillén dirigía a los Medias Blancas-su presencia en la misma ciudad ayudó a fortalecer la amistad entre ambos.
"Ambos estuvimos en Chicago y él siempre me daba buenos consejos", dijo Zambrano. "Cada vez que nos veíamos, él me decía algo bueno.
"Para mí es un mentor", continuó. "Es alguien que cuando juegas duro para él y haces las cosas de la manera correcta, te apoyará. Es alguien que sabe mucho de béisbol, y esas personas deben ser respetadas. Hay que escucharle a gente así."
Josh Johnson y el zurdo Mark Buehrle, firmado como agente libre, son dos lanzadores probados para encabezar la rotación de Miami. El venezolano Aníbal Sánchez y Ricky Nolasco agregan profundidad. Guillén cree que Zambrano tiene el brazo que puede convertir la rotación de buena a excelente.
"Definitivamente tendrá un repunte", dijo Guillén. "Es difícil predecir cuántas victorias o derrotas tendrá, pero creo que va a tener un repunte y demostrarle a la gente lo bueno que es."
Zambrano cree que está rumbo a recobrar la forma que lo llevó a tantos éxitos en los Cachorros.
"Me siento bien y fuerte", dijo al respecto. "El brazo se siente bien y estoy tirando bien. Llegué a alcanzar las 97 millas por hora este invierno y eso es algo que tenía tiempo sin hacer. Creo que es el resultado de todo el trabajo que he hecho, y continuaré así para prepararme para este año."
Mientras muchos creen que Zambrano tiene volver a probarse como buen abridor a nivel de Grandes Ligas, el derecho de 30 años afirma que más importante demostrar que ha madurado como persona y que puede evitar las rabietas que han afectado su carrera.
"Lo único que tengo que probar es que puedo mantenerme bajo control", dijo. "Lo demás se resolverá solo."
También son muchos que piensan que puede haber un choque de personalidades entre Zambrano y Guillén, pero ambos creen que se llevarán muy bien en su meta común: ganar juegos.
"Para mí, es un privilegio dirigirlo", expresó Guillén. "Siempre he querido dirigirlo, porque lo vi pitchar mucho en Chicago y sé lo que puede hacer. Si se mantiene en salud, va a ser bueno para nosotros."
"Estoy muy agradecido por la oportunidad que me están dando los Marlins", dijo Zambrano. "Estoy contento de estar aquí con un nuevo equipo. Quiero darle las gracias a Dios por todo lo que ha pasado para yo llegar hasta aquí. Estoy trabajando mucho para asegurarme de tener un buen año."
Zambrano, ex as de los Cachorros, salió de Chicago de una manera bien difícil. Sacó todo de su casillero el 12 de agosto en Atlanta, luego de permitir ocho carreras en 4.1 entradas. En ese momento, luego de ser expulsado del partido por lanzarle pegado a Chipper Jones, dijo que quería retirarse. Después dijo que quería seguir jugando, pero los Cachorros ya habían visto suficiente.
Después de pasarse la mayor parte del invierno con la incógnita de dónde lanzaría en el 2012, Zambrano se puso contento al saber que los Cubs lo habían cambiado a Miami.
"Estuve bien contento cuando lo supe", dijo. "Creo que era hora de un cambio y, obviamente, este canje me benefició."
Aunque Zambrano cree que pudo haber regresado a Chicago sin ningún problema, también reconoce que el cambio de escenario probablemente le convenga a ambas partes.
"Creo que no hubiese sido difícil", manifestó el derecho. "He cambiado mi mentalidad y Dios me ha ayudado a cambiar muchas cosas en mi forma de ser."
A pesar de algunos momentos tumultuosos vistiendo el uniforme de los Cachorros, Zambrano no le guarda rencores a la franquicia que lo desarrolló y que lo ayudó a convertirse en una estrella de Grandes Ligas."
"Siempre he tenido mucho respeto por la gente de Chicago", expresó Zambrano. "Desde los fans hasta la gerencia. Quiero darles las gracias por tratarme como un profesional en los últimos 11 años. Lo único que le guardo a Chicago es gratitud y respeto."
Zambrano también está agradecido por lo que hizo por él su nuevo manager. El dirigente de Miami y compatriota de Zambrano, Ozzie Guillén, fue quien convenció a la gerencia de los Marlins a hacer el cambio por el diestro.
"Estoy bien agradecido de que Ozzie pujó para traerme a los Marlins", dijo. "Es un manager dinámico. Apoyo mucho su mentalidad como manager. Estoy bien contento de tener la oportunidad de jugar por él en este equipo."
Guillén y Zambrano se conocen desde hace muchos años. Aunque estuvieron con equipos diferentes-Zambrano lanzaba con los Cachorros y Guillén dirigía a los Medias Blancas-su presencia en la misma ciudad ayudó a fortalecer la amistad entre ambos.
"Ambos estuvimos en Chicago y él siempre me daba buenos consejos", dijo Zambrano. "Cada vez que nos veíamos, él me decía algo bueno.
"Para mí es un mentor", continuó. "Es alguien que cuando juegas duro para él y haces las cosas de la manera correcta, te apoyará. Es alguien que sabe mucho de béisbol, y esas personas deben ser respetadas. Hay que escucharle a gente así."
Josh Johnson y el zurdo Mark Buehrle, firmado como agente libre, son dos lanzadores probados para encabezar la rotación de Miami. El venezolano Aníbal Sánchez y Ricky Nolasco agregan profundidad. Guillén cree que Zambrano tiene el brazo que puede convertir la rotación de buena a excelente.
"Definitivamente tendrá un repunte", dijo Guillén. "Es difícil predecir cuántas victorias o derrotas tendrá, pero creo que va a tener un repunte y demostrarle a la gente lo bueno que es."
Zambrano cree que está rumbo a recobrar la forma que lo llevó a tantos éxitos en los Cachorros.
"Me siento bien y fuerte", dijo al respecto. "El brazo se siente bien y estoy tirando bien. Llegué a alcanzar las 97 millas por hora este invierno y eso es algo que tenía tiempo sin hacer. Creo que es el resultado de todo el trabajo que he hecho, y continuaré así para prepararme para este año."
Mientras muchos creen que Zambrano tiene volver a probarse como buen abridor a nivel de Grandes Ligas, el derecho de 30 años afirma que más importante demostrar que ha madurado como persona y que puede evitar las rabietas que han afectado su carrera.
"Lo único que tengo que probar es que puedo mantenerme bajo control", dijo. "Lo demás se resolverá solo."
También son muchos que piensan que puede haber un choque de personalidades entre Zambrano y Guillén, pero ambos creen que se llevarán muy bien en su meta común: ganar juegos.
"Para mí, es un privilegio dirigirlo", expresó Guillén. "Siempre he querido dirigirlo, porque lo vi pitchar mucho en Chicago y sé lo que puede hacer. Si se mantiene en salud, va a ser bueno para nosotros."
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