El Naranjo, Hato Nuevo
Un saco de yuca, que él mismo ayudó a sembrar y cosechar, tenía Roberto Hernández Heredia en la cabeza cuando Anazario Carmona lo conminó para que saliera hacia la Capital a jugar béisbol.
La azada y el machete con los que hasta los 17 años ayudó a sus padres Linda y Sijo a preparar la tierra y sembrar el conuco de la familia, quedaron detrás y fueron sustituidos por un guante y una bola de béisbol.
Con el tiempo, su nombre verdadero también fue sustituido por el de Fausto Carmona porque eso podía hacer realidad su sueño de ser pelotero profesional y de salir de la pobreza.
Había consenso en la familia y la vecindad de que “como no daba para los estudios” lo mejor era dejarlo probar suerte en el béisbol, un deporte que jugó poco en los terrenos baldíos que funcionan como play en esta comunidad donde para llegar hay que correr el riesgo de cruzar tres veces el río Guanuma en caballo, “a caballito”, a pie o en vehículo.
Aquí lo elemental se torna difícil.
“Carmona” llega a la capital en 1999
En abril de 1999, “Alfi”, como es moteado Roberto, se integra al programa de béisbol que Carmona, un amigo de la familia que emigró primero para la ciudad, y en apenas un año se lo presenta a Josué Herrera, a la sazón escucha de los Indios de Cleveland, quien lo firma como lanzador por un bono de nueve mil dólares. En la firma intervinieron dos scouts de arriba de Cleveland, Winston Llenas y René Gallo.
El espigado y humilde muchacho ya era Fausto Carmona, a quien hoy el sueño se le ha convertido en una pesadilla, y figura como el único malo de una película que no grabó solo.
La historia era conocida por todos, pero ni don Sijo quiere hablar del drama que hoy vive su vástago. Tal vez por eso no quiso que los redactores de LISTÍN DIARIO cruzaran la verja que hay en la parte frontal de la vivienda que le construyó su hijo Fausto Carmona (?) al pie de la loma donde antes hubo un ranchito.
“No quiero hablar, no quiero hablar... Ya eso se va a resolver”, manifiesta Sijo con más esperanza que certeza, mientras se aleja de los periodistas.
La bonanza económica alcanzada por “Alfi” no ha cambiado la manera campechana de vivir de sus progenitores ni le seduce para que abandonen el campo, donde viven rodeados de cocotales, mandarinas, viandas y gallos de pelea.
Ni el primero ni...
Anazario Carmona es el único que da el frente y adelanta que la práctica de doble identidad no se va a terminar por ahora en el país si Major League persiste en considerar viejos a novatos con 20 ó 21 años de edad.
“Las restricciones que han puesto las escuelas de Grandes Ligas para la firma de los muchachos hace difícil que a un muchacho de esa edad, con condiciones, lo firmen. Él no es el primero ni va a ser el último. Delante y detrás de él hay muchos que, incluso, ya se retiraron”, asegura.
“Van a aparecer muchos ‘Fausto Carmona’, muchos ‘Leo Núñez’, muchos ‘Adriano Rosario’ ”, advierte mientras cita otros jugadores que se han visto involucrados en escándalos similares por suplantar su identidad.
Winston -Chilote- Llenas, quien hasta hace unos años era el representante de Cleveland en República Dominicana, aclaró que nadie tiene que ver con la alteración de identidad que se hizo para que el hoy lanzador de Grandes Ligas lograra firmar con otro nombre y tres años menos.
Su dirigente en las Mayores, el dominicano Manny Acta, ha rehusado comentar el caso porque entiende que le compete a la gerencia general del club.
Con el tiempo, su nombre verdadero también fue sustituido por el de Fausto Carmona porque eso podía hacer realidad su sueño de ser pelotero profesional y de salir de la pobreza.
Había consenso en la familia y la vecindad de que “como no daba para los estudios” lo mejor era dejarlo probar suerte en el béisbol, un deporte que jugó poco en los terrenos baldíos que funcionan como play en esta comunidad donde para llegar hay que correr el riesgo de cruzar tres veces el río Guanuma en caballo, “a caballito”, a pie o en vehículo.
Aquí lo elemental se torna difícil.
“Carmona” llega a la capital en 1999
En abril de 1999, “Alfi”, como es moteado Roberto, se integra al programa de béisbol que Carmona, un amigo de la familia que emigró primero para la ciudad, y en apenas un año se lo presenta a Josué Herrera, a la sazón escucha de los Indios de Cleveland, quien lo firma como lanzador por un bono de nueve mil dólares. En la firma intervinieron dos scouts de arriba de Cleveland, Winston Llenas y René Gallo.
El espigado y humilde muchacho ya era Fausto Carmona, a quien hoy el sueño se le ha convertido en una pesadilla, y figura como el único malo de una película que no grabó solo.
La historia era conocida por todos, pero ni don Sijo quiere hablar del drama que hoy vive su vástago. Tal vez por eso no quiso que los redactores de LISTÍN DIARIO cruzaran la verja que hay en la parte frontal de la vivienda que le construyó su hijo Fausto Carmona (?) al pie de la loma donde antes hubo un ranchito.
“No quiero hablar, no quiero hablar... Ya eso se va a resolver”, manifiesta Sijo con más esperanza que certeza, mientras se aleja de los periodistas.
La bonanza económica alcanzada por “Alfi” no ha cambiado la manera campechana de vivir de sus progenitores ni le seduce para que abandonen el campo, donde viven rodeados de cocotales, mandarinas, viandas y gallos de pelea.
Ni el primero ni...
Anazario Carmona es el único que da el frente y adelanta que la práctica de doble identidad no se va a terminar por ahora en el país si Major League persiste en considerar viejos a novatos con 20 ó 21 años de edad.
“Las restricciones que han puesto las escuelas de Grandes Ligas para la firma de los muchachos hace difícil que a un muchacho de esa edad, con condiciones, lo firmen. Él no es el primero ni va a ser el último. Delante y detrás de él hay muchos que, incluso, ya se retiraron”, asegura.
“Van a aparecer muchos ‘Fausto Carmona’, muchos ‘Leo Núñez’, muchos ‘Adriano Rosario’ ”, advierte mientras cita otros jugadores que se han visto involucrados en escándalos similares por suplantar su identidad.
Winston -Chilote- Llenas, quien hasta hace unos años era el representante de Cleveland en República Dominicana, aclaró que nadie tiene que ver con la alteración de identidad que se hizo para que el hoy lanzador de Grandes Ligas lograra firmar con otro nombre y tres años menos.
Su dirigente en las Mayores, el dominicano Manny Acta, ha rehusado comentar el caso porque entiende que le compete a la gerencia general del club.
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