(Santo Domingo, La Española, 1813 - Caracas, Venezuela, 1876) Libertador dominicano. Juan Pablo Duarte nació en una época especialmente convulsa de la historia de la isla, ya que en esos momentos la soberanía sobre la misma cambiaba frecuentemente de manos entre España y Francia. En 1822 la isla pasó a ser completamente posesión de Haití, que logró así unificar todo el territorio.
Nacido en el seno de una familia española de origen humilde, a la edad de 15 años fue enviado por sus padres a Inglaterra vía Nueva York para que completase sus estudios; desde allí pasó a Francia y posteriormente a España. En Europa, convulsionada entonces por el romanticismo, el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico, se impregnó de los ambientes revolucionarios de la época. Juan Pablo Duarte fue testigo del régimen de libertades y de los derechos que tenían los europeos. Mostró especial interés por las reformas de Cromwell, los cambios producidos en Alemania y en Francia, pero sobre todo los acontecimientos en España y las reformas de la Cortes de Cádiz. En España se sabe que residió en Barcelona, donde es posible que estudiase derecho.
Fue entonces cuando comenzó a perfilarse el ideario político de Juan Pablo Duarte, en el cual el nacionalismo y el liberalismo se fundían sobre un fondo romántico: los dominicanos eran un pueblo con identidad propia, que los hacía dignos de la independencia política. Alcanzada ésta, la nación debía organizarse sobre la base del institucionalismo de la democracia representativa, que a su vez era un fruto del pensamiento liberal. En 1833 regresó a su país dispuesto a llevar a la práctica estas ideas.
Fue en el seno de la clase media urbana donde sus ideas encontraron mayor eco. Para entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos dirigentes se hallaban solidarizados con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años, su cooperación. Al irse ensanchando el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible crear una organización que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los Carbonarios, asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así surgió la sociedad La Trinitaria, cuyo objeto era liberar al país del dominio de Haití. El lema de esta sociedad fue: "Dios, Patria y Libertad". Luego surgió la sociedad La Filantrópica, que realizó una importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales.
En 1843 luchó junto a los revolucionarios haitianos para derrocar a Boyer, pero el objetivo de Duarte era la independencia de la parte española de la isla, por lo que continuó su lucha tras la caída de Boyer. El 2 de agosto de 1843 tuvo que exiliarse en Caracas, perseguido por el nuevo gobierno haitiano. Pese a ello las ideas independentistas de Duarte siguieron ganando adeptos y el 27 de febrero de 1844 sus seguidores declararon la independencia del país. Tras algunas batallas la causa independentista triunfó y los haitianos fueron expulsados a su parte de la isla y se configuraron las fronteras actuales entre Haití y la República Dominicana.
Juan Pablo Duarte fue recibido, el 14 de marzo, por el nuevo gobierno como un héroe nacional y fue nombrado general del ejército. El triunfo del movimiento iniciado el 27 de febrero impulsó al presidente haitiano Herard a invadir la República con un ejército dividido en dos cuerpos, de los cuales uno penetró por el Norte y otro por el Sur. Correspondió a Pedro Santana enfrentarse a este último y lograr una resonante victoria en Azua, el 19 de marzo. Pero la victoria no fue aprovechada y el general Santana se retiró desordenadamente a Baní donde exigió al cónsul francés, que hiciera válidas sus promesas relativas al protectorado.
Mientras tanto, en Haití, la derrota de su ejército provocó una grave crisis política que fue aprovechada por Santana para imponer su dominio. Así las cosas, la Junta Central Gubernativa ordenó a Duarte que se dirigiera a Baní, con una fuerza militar organizada por Pedro Alejandrino Pina, a fin de llegar a un acuerdo con Santana sobre la estrategia a seguir contra el invasor. Al no ser posible este acuerdo, Duarte requirió de la Junta la necesaria autoridad para actuar por su cuenta; la Junta, dominada por Bobadilla, representante junto con Santana del sector denominado colonialista, partidario de la unión con España, respondió ordenando a Duarte que regresara con sus tropas a la capital. El desacuerdo entre el sector colonialista y el duartismo se hizo evidente. Duarte se exilió una vez más.
Estuvo exiliado en Hamburgo y poco después marchó a St. Thomas. Luego siguió rumbo a Venezuela, país donde estuvo doce años; poco se sabe de la vida de Juan Pablo Duarte durante este período. Es muy probable que no tuviera noticias del decreto de amnistía que en favor de él y de sus compañeros, el gobierno de Jiménez promulgó a principios de septiembre de 1848.
En 1861 el presidente Pedro Santana decidió la anexión de la República a España, con lo que se ponía fin a la Primera República Dominicana. En 1864 se produjo un alzamiento en contra de la unión con España y Duarte regresó a su patria el 25 de marzo de ese año. Fue encargado de recorrer América del Sur en busca de ayuda para la causa independentista. En noviembre se hallaba ya en Venezuela, donde recibió las noticias del triunfo del gobierno restaurador y el nacimiento de la Segunda República Dominicana. El general José María Cabral se hizo cargo del nuevo gobierno, mientras que Juan Pablo Duarte fue nuevamente condenado al ostracismo, esta vez por sus propios partidarios, que no supieron reconocer su aportación a la causa independentista. Enfermo de cuerpo y alma, su vida se fue apagando en su retiro forzoso de Caracas, donde falleció el 15 de julio de 1876.
Fue entonces cuando comenzó a perfilarse el ideario político de Juan Pablo Duarte, en el cual el nacionalismo y el liberalismo se fundían sobre un fondo romántico: los dominicanos eran un pueblo con identidad propia, que los hacía dignos de la independencia política. Alcanzada ésta, la nación debía organizarse sobre la base del institucionalismo de la democracia representativa, que a su vez era un fruto del pensamiento liberal. En 1833 regresó a su país dispuesto a llevar a la práctica estas ideas.
Fue en el seno de la clase media urbana donde sus ideas encontraron mayor eco. Para entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos dirigentes se hallaban solidarizados con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años, su cooperación. Al irse ensanchando el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible crear una organización que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los Carbonarios, asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así surgió la sociedad La Trinitaria, cuyo objeto era liberar al país del dominio de Haití. El lema de esta sociedad fue: "Dios, Patria y Libertad". Luego surgió la sociedad La Filantrópica, que realizó una importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales.
En 1843 luchó junto a los revolucionarios haitianos para derrocar a Boyer, pero el objetivo de Duarte era la independencia de la parte española de la isla, por lo que continuó su lucha tras la caída de Boyer. El 2 de agosto de 1843 tuvo que exiliarse en Caracas, perseguido por el nuevo gobierno haitiano. Pese a ello las ideas independentistas de Duarte siguieron ganando adeptos y el 27 de febrero de 1844 sus seguidores declararon la independencia del país. Tras algunas batallas la causa independentista triunfó y los haitianos fueron expulsados a su parte de la isla y se configuraron las fronteras actuales entre Haití y la República Dominicana.
Juan Pablo Duarte fue recibido, el 14 de marzo, por el nuevo gobierno como un héroe nacional y fue nombrado general del ejército. El triunfo del movimiento iniciado el 27 de febrero impulsó al presidente haitiano Herard a invadir la República con un ejército dividido en dos cuerpos, de los cuales uno penetró por el Norte y otro por el Sur. Correspondió a Pedro Santana enfrentarse a este último y lograr una resonante victoria en Azua, el 19 de marzo. Pero la victoria no fue aprovechada y el general Santana se retiró desordenadamente a Baní donde exigió al cónsul francés, que hiciera válidas sus promesas relativas al protectorado.
Mientras tanto, en Haití, la derrota de su ejército provocó una grave crisis política que fue aprovechada por Santana para imponer su dominio. Así las cosas, la Junta Central Gubernativa ordenó a Duarte que se dirigiera a Baní, con una fuerza militar organizada por Pedro Alejandrino Pina, a fin de llegar a un acuerdo con Santana sobre la estrategia a seguir contra el invasor. Al no ser posible este acuerdo, Duarte requirió de la Junta la necesaria autoridad para actuar por su cuenta; la Junta, dominada por Bobadilla, representante junto con Santana del sector denominado colonialista, partidario de la unión con España, respondió ordenando a Duarte que regresara con sus tropas a la capital. El desacuerdo entre el sector colonialista y el duartismo se hizo evidente. Duarte se exilió una vez más.
Estuvo exiliado en Hamburgo y poco después marchó a St. Thomas. Luego siguió rumbo a Venezuela, país donde estuvo doce años; poco se sabe de la vida de Juan Pablo Duarte durante este período. Es muy probable que no tuviera noticias del decreto de amnistía que en favor de él y de sus compañeros, el gobierno de Jiménez promulgó a principios de septiembre de 1848.
En 1861 el presidente Pedro Santana decidió la anexión de la República a España, con lo que se ponía fin a la Primera República Dominicana. En 1864 se produjo un alzamiento en contra de la unión con España y Duarte regresó a su patria el 25 de marzo de ese año. Fue encargado de recorrer América del Sur en busca de ayuda para la causa independentista. En noviembre se hallaba ya en Venezuela, donde recibió las noticias del triunfo del gobierno restaurador y el nacimiento de la Segunda República Dominicana. El general José María Cabral se hizo cargo del nuevo gobierno, mientras que Juan Pablo Duarte fue nuevamente condenado al ostracismo, esta vez por sus propios partidarios, que no supieron reconocer su aportación a la causa independentista. Enfermo de cuerpo y alma, su vida se fue apagando en su retiro forzoso de Caracas, donde falleció el 15 de julio de 1876.
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