¿Cuál es el mercado de Prince Fielder? Son muchos los ejecutivos de Grandes Ligas que quisieran saberlo. Bienvenidos al mundo de Scott Boras.
Los Orioles están en la puja. Los Orioles ya no forman parte de la conversación. Posiblemente. Los Nacionales definitivamente son candidatos, pero tal vez no. Los Marineros tienen algo de interés. Probablemente. Los Azulejos también.
Tendría sentido que Fielder se uniera a los Cachorros, pero el equipo de Chicago no ha dicho nada. ¿Los Rangers? Parece que no están en la lucha, pero no se puede apostar mucho en ese sentido.
Y tampoco se puede olvidar del "equipo misterio". El agente Boras siempre cuenta con uno de ellos. ¿Pero en verdad existen?
Los Medais Rojas dudaban que existiera un equipo misterio hace seis años cuando negociaban con Boras y su cliente Johnny Damon.
Resultó que sí había uno: los Yankees.
Sin embargo...
Los Rangers le dieron un contrato de 10 años y US$252 millones a Alex Rodríguez después de la temporada del 2000. En ese momento, pensaban que habían salido bien, debido a la tanta competencia por los servicios del entonces torpedero.
Los Bravos pensaban que habían hecho la segunda mayor oferta, que fue de unos US$100 millones menos de lo que terminaron pagando los Rangers. Atlanta se preguntó si Texas pudo haber negociado en contra de sí mismo por esos US$100 millones.
Boras afirma que hubo un equipo misterio en aquellas negociaciones, y que requirió de cada centavo de los US$252 millones para que A-Rod firmara con los Rangers.
El flamante representante utilizó una táctica similar con los Astros después de la campaña del 2004. Houston había adquirido a Carlos Beltrán para la recta final de ese año y el boricua había rendido un montón. Los siderales querían firmarlo y empezaron con una oferta de US$75 millones. Boras no respondió. Los Astros aumentaron lo ofrecido por US$15 millones y luego otros US$10 millones. Boras no vino con contra-oferta alguna.
Lo único que le dijo Boras a la gerencia de Houston era que sus ofertas no eran satisfactorias. Sin embargo, no le dio otro número como punto de partida. Al proceder así, Boras creó confusión y ansiedad. Los Astros no sabían si el representante jugaba con ellos y si en verdad tenía una mejor oferta en otra parte.
¿Será posible que Beltrán simple y llanamente no quería jugar en Houston? Todos estos años después, los Astros no saben la respuesta. Estaban tan desesperados por hacer un trato que el propietario Drayton McLane llamó a Boras y le dijo, "Scott, se nos acaba el tiempo."
Nada de Boras.
Después de que Beltrán aceptara un pacto de siete años y US$119 millones de los Mets, Boras expresó que los Astros pudieron haber procurado los servicios del puertorriqueño si hubieran incluido una cláusula de no cambio en su oferta. Afirmó que los demás términos económicos ya se habían acordado.
De su parte, la gerencia de Houston dijo que eso no era verdad. Los jefes de los siderales manifestaron que no se habían puesto de acuerdo ni en torno a la duración de la oferta ni de la cantidad de dinero-y mucho menos una cláusula de no cambio.
Hace dos años, cuando Boras negociaba un contrato para la primera selección el draft amateur, Stephen Strasburg, los Nacionales se frustraron con el ritmo de las pláticas. En otras palabras, no las hubo.
Posteriormente, a un ejecutivo de Washington le pregunté cuándo llegaron a negociar seriamente con Boras y Strasburg.
"Tú conoces a Scott", dijo el directivo capitalino. "Finalmente llegamos a negociar la mañana del mismo día de la fecha límite para firmar."
Ahora veamos el caso de Fielder.
Parece que ningún equipo interesado en el toletero sabe exactamente en qué pie está parado. Es hasta difícil saber cuáles conjuntos están interesados, porque Boras en ciertos momentos ha convencido a los equipos que tienen que conseguir al pelotero que no sabían siquiera que querían.
Significa muy poco el hecho de que haya habido poco ruido en torno a Fielder. Es que Boras opera en la oscuridad, entre humo y sombras e ilusiones.
En cuanto al precio del primera base, ésa es la parte fácil. Cuando el dominicano Albert Pujols firmó por 10 años y US$254 millones con los Angelinos, de ahí sacó Boras su punto de partida.
Si Boras no puede conseguir esa cantidad, probablemente intente procurar algo más corto, sea un pacto más largo con una cláusula para salirse después de un tiempo, o un contrato de menos años pero con un salario anual más alto.
Desde el punto de vista beisbolístico, Fielder encajaría en casi cualquier equipo. A Cachorros u Orioles les representaría un jugador franquicia. Posiblemente pusiera a los Nacionales en la conversación acerca de los favoritos del Este de la Liga Nacional, y haría lo mismo para los Marineros en el Oeste de la Americana.
En cuanto a los Rangers, sería el contra-golpe perfecto para propinarle a los Angelinos y Pujols.
Fielder es un pelotero al que hay que verlo mucho para valorar la totalidad de su juego. Además de ser un pelotero dinámico con el bate, es bastante buen corredor de bases y mucho mejor en la primera base de lo que la gente le reconoce.
En otras palabras, haría mejor a casi cualquier conjunto. Con el inicio de los entrenamientos ya acercándose, su destino es lo más interesante del mercado invernal ahora mismo.
Ahora te toca a ti, Scott.
Y tampoco se puede olvidar del "equipo misterio". El agente Boras siempre cuenta con uno de ellos. ¿Pero en verdad existen?
Los Medais Rojas dudaban que existiera un equipo misterio hace seis años cuando negociaban con Boras y su cliente Johnny Damon.
Resultó que sí había uno: los Yankees.
Sin embargo...
Los Rangers le dieron un contrato de 10 años y US$252 millones a Alex Rodríguez después de la temporada del 2000. En ese momento, pensaban que habían salido bien, debido a la tanta competencia por los servicios del entonces torpedero.
Los Bravos pensaban que habían hecho la segunda mayor oferta, que fue de unos US$100 millones menos de lo que terminaron pagando los Rangers. Atlanta se preguntó si Texas pudo haber negociado en contra de sí mismo por esos US$100 millones.
Boras afirma que hubo un equipo misterio en aquellas negociaciones, y que requirió de cada centavo de los US$252 millones para que A-Rod firmara con los Rangers.
El flamante representante utilizó una táctica similar con los Astros después de la campaña del 2004. Houston había adquirido a Carlos Beltrán para la recta final de ese año y el boricua había rendido un montón. Los siderales querían firmarlo y empezaron con una oferta de US$75 millones. Boras no respondió. Los Astros aumentaron lo ofrecido por US$15 millones y luego otros US$10 millones. Boras no vino con contra-oferta alguna.
Lo único que le dijo Boras a la gerencia de Houston era que sus ofertas no eran satisfactorias. Sin embargo, no le dio otro número como punto de partida. Al proceder así, Boras creó confusión y ansiedad. Los Astros no sabían si el representante jugaba con ellos y si en verdad tenía una mejor oferta en otra parte.
¿Será posible que Beltrán simple y llanamente no quería jugar en Houston? Todos estos años después, los Astros no saben la respuesta. Estaban tan desesperados por hacer un trato que el propietario Drayton McLane llamó a Boras y le dijo, "Scott, se nos acaba el tiempo."
Nada de Boras.
Después de que Beltrán aceptara un pacto de siete años y US$119 millones de los Mets, Boras expresó que los Astros pudieron haber procurado los servicios del puertorriqueño si hubieran incluido una cláusula de no cambio en su oferta. Afirmó que los demás términos económicos ya se habían acordado.
De su parte, la gerencia de Houston dijo que eso no era verdad. Los jefes de los siderales manifestaron que no se habían puesto de acuerdo ni en torno a la duración de la oferta ni de la cantidad de dinero-y mucho menos una cláusula de no cambio.
Hace dos años, cuando Boras negociaba un contrato para la primera selección el draft amateur, Stephen Strasburg, los Nacionales se frustraron con el ritmo de las pláticas. En otras palabras, no las hubo.
Posteriormente, a un ejecutivo de Washington le pregunté cuándo llegaron a negociar seriamente con Boras y Strasburg.
"Tú conoces a Scott", dijo el directivo capitalino. "Finalmente llegamos a negociar la mañana del mismo día de la fecha límite para firmar."
Ahora veamos el caso de Fielder.
Parece que ningún equipo interesado en el toletero sabe exactamente en qué pie está parado. Es hasta difícil saber cuáles conjuntos están interesados, porque Boras en ciertos momentos ha convencido a los equipos que tienen que conseguir al pelotero que no sabían siquiera que querían.
Significa muy poco el hecho de que haya habido poco ruido en torno a Fielder. Es que Boras opera en la oscuridad, entre humo y sombras e ilusiones.
En cuanto al precio del primera base, ésa es la parte fácil. Cuando el dominicano Albert Pujols firmó por 10 años y US$254 millones con los Angelinos, de ahí sacó Boras su punto de partida.
Si Boras no puede conseguir esa cantidad, probablemente intente procurar algo más corto, sea un pacto más largo con una cláusula para salirse después de un tiempo, o un contrato de menos años pero con un salario anual más alto.
Desde el punto de vista beisbolístico, Fielder encajaría en casi cualquier equipo. A Cachorros u Orioles les representaría un jugador franquicia. Posiblemente pusiera a los Nacionales en la conversación acerca de los favoritos del Este de la Liga Nacional, y haría lo mismo para los Marineros en el Oeste de la Americana.
En cuanto a los Rangers, sería el contra-golpe perfecto para propinarle a los Angelinos y Pujols.
Fielder es un pelotero al que hay que verlo mucho para valorar la totalidad de su juego. Además de ser un pelotero dinámico con el bate, es bastante buen corredor de bases y mucho mejor en la primera base de lo que la gente le reconoce.
En otras palabras, haría mejor a casi cualquier conjunto. Con el inicio de los entrenamientos ya acercándose, su destino es lo más interesante del mercado invernal ahora mismo.
Ahora te toca a ti, Scott.
0 comentarios:
Publicar un comentario