El toletero de los Medias Rojas de Boston escribió un ensayo en primera persona en el portal The Players' Tribune, del que es editor, en el que se defiende de las acusaciones de dopaje que lo persiguen desde hace más de una década.
"Déjenme decirles algo. Digan lo que digan sobre mí --me pueden amar, o me pueden odiar. Pero no miento. Nunca utilicé esteroides a sabiendas. Si arrojé positivo a algo, fue por algo que había en las pastillas que compré en el maldito centro comercial. Si creen que eso arruina todo lo que he hecho en este deporte, entonces no hay nada que pueda decir para hacerlos cambiar de opinión".
Ortiz dijo que antes que Grandes Ligas implementara su reglamento antidopaje, los jugadores compraban todo tipo de productos legales en tiendas de vitaminas, y algunos de esos productos tenían ingredientes que después fueron prohibidos.
"En 2003, Grandes Ligas quería medir lo que los jugadores estaban utilizando para fijar cierta norma. A todos nos hicieron pruebas y Grandes Ligas selló los resultados. Al año siguiente, dijeron, `okey, no pueden utilizar pastillas con esto, esto y esto', todo tipo de cosas estaban en suplementos que cualquiera podía comprar", escribió. "Okey, bien, fabuloso. Límpienlo. Si atrapan a alguien utilizando sustancias para mejorar el rendimiento, ahora que todos sabemos las reglas y todos hemos sido educados sobre lo que hay en estos suplementos, olvídate de 25, 50 partidos. Suspéndanlo por todo el año. No me importa, porque yo no lo estoy haciendo".
El bateador designado dijo que, desde que se implementó el protocolo antidopaje, cada año le realizan 10 controles, y agregó que merece ser exaltado al Salón de la Fama por su desempeño en el terreno en una era de estrictos controles.
"Por supuesto que merezco estar en el Salón de la Fama. He ganado tres Series Mundiales desde que Grandes Ligas empezó a realizar las pruebas abarcadoras. He tenido un buen desempeño año tras año tras año".
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