"Las lágrimas se me salieron de los ojos", expresó Pujols. "Estamos muy contentos por ella".
La meta de Sophia son los Juegos Olímpicos del 2020 en Tokio. Para ese tiempo tendrá apenas 14 años, dos años menos de la edad requerida para eventos de alto nivel, pero "quién sabe", declaró Pujols. "Siempre están cambiando las reglas".
Pero Pujols está seguro de algo: Si su hija llega a participar, él piensa estar ahí.
Las Olimpíadas del 2020 se realizarán en medio de lo que sería el noveno año de Pujols con los Angelinos. El quisqueyano cumplirá 40 años de edad antes de esa campaña, con US$59 millones todavía sobre la mesa -- pero si Sophia estuviera participando en el magno evento deportivo, su papá no se lo perdería.
"Ese puede ser el año en que me tenga que retirar. Puedes publicarlo en el periódico, porque no quiero perdérmelo", dijo el primera base.
Pujols aclaró que estaba bromeando y luego agregó, "Probablemente les pida que me pasen a la lista de lesionados por algunas semanas". Pero el nueve veces convocado al Juego de Estrellas anteriormente ha insinuado la posibilidad de no jugar durante todo su contrato de 10 años y US$240 millones que firmó con Los Angeles-Anaheim en diciembre del 2011.
El quisqueyano quiere retirarse bajo sus propios términos y tiene demasiado orgullo como para seguir jugando si no piensa que pueda contribuir. Y sobre todo, su familia va primero.
"Fue casi como una señal", indicó Pujols sobre observar a su hija competir. "Queremos apoyarla".
El evento de Sophia era el único motivo por el que el inicialista no se había presentado a los Entrenamientos de Primavera. Llegó dos días antes de que el resto de los jugadores de posición debían presentarse para sus pruebas físicas, pero Pujols tradicionalmente llega a Arizona con los lanzadores y los receptores.
Pujols viene de su primera temporada muerta normal en tres años, que siguió una campaña del 2014 en la que bateó .272 con porcentaje de embasarse de .324, .466 de slugging, 28 jonrones y 105 impulsadas. Además, jugó una defensa digna de un Guante de Oro. Durante un breve momento con los medios, el primera base se negó a ponerle expectativas personales a lo que será su 15ta temporada en las Mayores.
"Mis expectativas son iguales a las de mis últimos 15 años", expresó Pujols. "Se trata de ganar un campeonato, y ésa es mi meta. No se trata solamente de lo que yo haga".
El dirigente de los Angelinos, Mike Scioscia, ha señalado la posibilidad de poner a Mike Trout en el tercer lugar de la alineación, lo que le daría a Pujols un buen tiempo como cuarto bate por primer vez desde el 2002.
"No tengo problema con eso", dijo Pujols. "La clave es tener a alguien antes de Trout que pueda embasarse y preparar la mesa, como Kole Clahoun".
Pujols tuvo una drástica diferencia en sus estadísticas el año pasado, registrando un OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .943 en 180 turnos como bateador designado comparado con.731 en 512 turnos como inicialista. Pero el dos veces ganador del Guante de Oro calificó eso como una casualidad de pequeñas muestras, y dijo que se sintió bien con sus 116 partidos como titular en la primera base.
"Quiero jugar un poco más", declaró Pujols, "pero esas cosas no las decido yo".
El deseo de Pujols de tener un mayor volumen de trabajo tiene mucho que ver con el estado de su rodilla derecha. Se sometió a una cirugía en noviembre del 2012, sintió más dolores tratando de compensar por una dolencia en el pie izquierdo en el 2013 y no pudo tomar la fuerza que deseaba en la parte derecha de su cuerpo.
Este invierno, Pujols por fin pudo ser más agresivo con sus ejercicios en la parte inferior de su cuerpo. El cañonero cree que por el resto de su carrera tendrá que lidiar con molestias en su rodilla derecha, pero también piensa que puede manejar el dolor y que esta campaña estará al nivel de siempre.
"El tercer año después de una operación es visto como el momento que comienzas a recuperar toda tu fuerza", explicó Pujols. "Estoy de acuerdo con eso. Así es como me siento ahora".
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