Randy Johnson, Pedro Martínez, John Smoltz y Carlos Delgado figuran entre las 17 caras nuevas en las papeletas para la votación del Salón de la Fama del béisbol. Otro a ser considerado, aunque no por primera vez, será Craig Biggio, quien el año pasado se quedó a dos votos del 75% necesario para ser incorporado al Salón.
También volverán a ser tomados en cuenta Barry Bonds, Roger Clemens, Sammy Sosa, Mark McGwire, Mike Piazza, Jeff Bagwell y Tim Raines, quienes no lograron los votos necesarios el año pasado.
¿Por qué será electo Pedro Martínez?
Antes de ponderar las razones por las cuales entendemos que el dominicano será electo con más del 75% de los votos, vale analizar las posibilidades de tres candidatos con grandes posibilidades de ser electos: Randy Johnson, John Smoltz y Craig Biggio.
En lo que respecta a Randy Johnson hay prácticamente un consenso de que el espigado zurdo sea electo en su primera oportunidad.
En lo relativo a Biggio, cabe resaltar que en las votaciones pasadas se quedó corto con apenas un 1.5% para obtener el mínimo requerido, tras obtener el 73.5% de los votos.
Otro candidato con amplias posibilidades de ser electo es John Smoltz, quien pese a no tener, desde el punto de vista del dominio ejercido por el dominicano, es un candidato de primera línea para formar parte del Nicho de los Inmortales.
Entendemos que Randy Johnson y Pedro Martínez sacarán el más alto porcentaje de todos los jugadores que aparecerán en las papeletas de votación, seguidos de Biggio. Dado el hecho de que, según nuestro criterio, Johnson, Martínez y Biggio obtengan más del 75% requerido del universo de votos necesarios, esto afecta, como es natural, las posibilidades de Smoltz de ser electo.
El dominio de Pedro Martínez
Siempre hemos sostenido la tesis que plantea que existen dos razones de peso para que un jugador y/o lanzador sea exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown: la acumulación estadística, léase longevidad y el nivel de dominio ejercido por un determinado jugador y/o lanzador en un período de tiempo determinado.
En lo relativo al dominicano, entendemos que, basándonos en el segundo parámetro, la principal carta de presentación del nativo de Manoguayabo fue su gran dominio ejercido sobre los bateadores, en la famosa época del bateo y los esteroides.
Al analizar los factores que nos hacen llegar a la conclusión de que Pedro Martínez será electo a Cooperstown, tomamos en cuenta varias estadísticas, tanto básicas como de última generación, a fin de ser lo más objetivo posible en lo que respecta al análisis del contexto histórico.
El contexto histórico es primordial a la hora de medir el nivel de superioridad de un determinado jugador y/o lanzador sobre sus homólogos.
Veamos, detalladamente, qué tan superior fue Pedro Martínez sobre sus contemporáneos, tomando en cuenta las siguientes estadísticas:
- Efetividad Ajustada (ERA+): La efectividad ajustada de por vida de Pedro Martínez fue de 154. Esta estadística indica que Martínez fue un 54% superior a sus homólogos. Para que usted, amigo lector, tenga una idea de la grandeza de Pedro, vale citar la referencia obligada, nuestro inmortal de Cooperstown Juan Marichal, quien tuvo una efectividad ajustada de 123, es decir, Marichal fue un 23% superior a los pitchers de su generación (1960-75).
- WHIP (hits y transferencias por episodio lanzado). Esta estadística refleja el dominio real de un lanzador en una época o contexto histórico determinado. El WHIP de Pedro Martínez de por vida fue de 1.05.
- FIP (promedio de efectividad independiente del fildeo). Pedro tuvo un formidable FIP de 2.91. Muchos estudiosos de las estadísticas del béisbol le llaman al FIP "la verdadera efectividad de un pitcher". Al analizar su significado, notamos que no es fortuito dicha tesis.
El FIP nos brinda una mejor perspectiva sobre el dominio y la eficiencia de cada lanzador, puesto que parte de la premisa de que las bolas puestas en juego, y que a la postre terminaban en hits, no se correlacionaban de temporada a temporada.
Esto denota que los lanzadores no tenían mucho control sobre las bolas puestas en juego, por lo que para medir el talento de un pitcher se debía acudir a la medición de aquellas situaciones del juego que el lanzador si podía controlar como son los ponches, las bases por bolas y los cuadrangulares.
- SO/BB (ponches propinados por cada boleto concedido). Pedro tuvo una excelente proporción de 4.15 ponches propinados por cada boleto otorgado. De por vida, el dominicano abanicó a 3,154 bateadores y apenas transfirió un total de 760.
A continuación analizaremos otras aristas que le dan base de sustentación a nuestro argumento y para ello, tomamos el referente obligado, comparativamente hablando, de nuestro inmortal de Cooperstown Juan Marichal, a fin de que usted, amigo lector, pueda aquilatar en su justo contexto lo que queremos puntualizar en esta tesitura.
Pedro tuvo 108 partidos de cifras dobles en ponches, categoría en la que se encuentra en el cuarto lugar de la lista de todos los tiempos. Resalta, además, que Martínez compiló una foja de 101-31 contra equipos de la Liga Americana, donde se usa el bateador designado y por ende, le tocó enfrentar más ofensiva. Vale destacar, asimismo, sus tres premios Cy Young y sus tres lideratos de ponches, que lo llevaron a sumar 3,154 abanicados de por vida, el segundo mayor total para un lanzador de color en toda la historia de las Grandes Ligas.
Entre 1960 y 1973, la mejor época de Marichal, se registraron 61 ganadores de al menos 20 partidos. Mientras tanto, entre 1997 y el 2004, cuando Pedro lo hizo tres veces, solo se lograron los 20 triunfos en 19 ocasiones.
Para darle peso a la relevancia del tema de la ofensiva en la época de Martínez, cabe resaltar que entre 1960 y 1973 se conectaron 50 jonrones en solo tres ocasiones, mientras que entre 1997 y el 2004 se en 16 ocasiones.
De hecho, el periodo comprendido entre los años de 1997 y 2003 es probablemente el más dominante de lanzador alguno en los anales de Grandes Ligas.
Las estadísticas de última generación corroboran la alta valoración que se tiene del dominicano. Efectividad normalizada (ERA+) de 154, es decir más de un 50% por encima del promedio de sus contemporáneos. Victorias sobre el jugador reemplazo (WAR) 75.9, lo ubican en el grupo elite entre los mejores monticulistas de la historia de liga mayor.
Para poner en perspectiva los números de Martínez, basta observar los del inmenso Juan Marichal, quien compiló en su carrera ERA+ de 123 y acumuló 64 WARs.
Entre los lauros de Pedro destacan tres premios Cy Young (1997, 1999, 2000), ocho juegos de estrellas, cinco lideratos de efectividad y tres de ponches propinados.
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