Con un sencillo en el quinto episodio del último juego de la temporada entre los Mets y los Astros, el jardinero venezolano de Nueva York, Bobby Abreu, conectó su imparable número 2,470 de por vida, su último en las Grandes Ligas. Agradeció la ovación de los espectadores y recibió la bola de su batazo antes de ser sustituido por un corredor emergente para ponerle final a una carrera de casi dos décadas en la Gran Carpa.
"Bastante especial", declaró Abreu con lágrimas. "Era la manera en que quería terminar -- en el terreno. Muchas gracias a todos los aficionados por la ovación y a mis compañeros que fueron parte de eso. Fue bonito. No creo que pudiera haber sido mejor".
Fue un día emotivo y un momento emotivo para Abreu, y aunque éeste dice que está listo para dejar de ser pelotero. Lo contempló durante gran parte de la campaña, y el domingo se sentó en su casillero por casi media hora después del juego, todavía vistiendo todo su uniforme. Luego volvió a tocar el tema de ser un coach en algún momento en un futuro.
"Fue maravilloso ponerme el uniforme por última ocasión", manifestó Abreu. "Cuando me lo quite, no lo volveré a vestir -- como jugador. Simplemente disfruto del momento".
Abreu se retira con un promedio de por vida de .291, 288 jonrones, 1,363 impulsadas y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .870.
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